Los combates entre tropas de Uganda y Ruanda, dos países supuestamente aliados contra el gobierno de la República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire), y el virtual colapso de la misión de la ONU en Sierra Leona, podrían postergar el despliegue de fuerzas internacionales en territorio congoleño.
"Causan gran inquietud los combates entre las tropas ruandesas y ugandesas en Kisangani. Nos preocupa que esa situación pueda crear excusas para que la ONU no despliegue rápidamente sus fuerzas de paz y observadores", declaró el ministro de defensa de Zimbabwe, Moven Mahachi.
Además de las fuerzas de Ruanda y Uganda que luchan contra el gobierno de Laurent Kabila, al que paradójicamente ayudaron a llegar al poder hace tres años, también combaten en la guerra de RDC tropas de Angola, Burundi, Namibia, Uganda y Zimbabwe.
Mahachi asegura que se respetó el cese del fuego desde que se firmó en Kampala el 8 de abril, a pesar de incidentes aislados de violencia.
El Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) autorizó el envío a RDC de 5.500 efectivos para observar el cese del fuego firmado por todos los países y bandos del conflicto.
"Aunque los hechos de Sierra Leona son lamentables, no esperamos que afecten los planes de la ONU" con respecto a RDC, declaró Mahachi.
A principios de mes, rebeldes del Frente Revolucionario Unido de Sierra Leona aprovecharon el retiro de una fuerza de intervención africana para desarmar y tomar de rehenes a unos 500 efectivos de la misión de la ONU en el país.
Este jueves, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Richard Holbrooke, solicitó la rápida intervención de una fuerza internacional en la ciudad de Kisangani, en el norte de RDC, donde se enfrentan las tropas de Ruanda y Uganda.
La guerra se desató en agosto de 1998 cuando el gobierno de Kabila expulsó a las fuerzas ruandesas y ugandesas del país.
"Creemos que la presencia inmediata de una unidad de la ONU, de cualquier nacionalidad, en las próximas semanas es absolutamente crítica", declaró Holbrooke a la prensa en Washington.
"De otra manera, los riesgos de que comience nuevamente la guerra son muy altos", agregó.
"Las fuerzas de la ONU deben venir y ocupar puntos estratégicos para que puedan observar las violaciones al cese del fuego", dijo Mahachi.
Según medios de comunicación de Washington, la ONU considera enviar la misión recién en julio, pero Holbrooke dijo que se debe adelantar para concretar el acuerdo entre Ruanda y Uganda.
"La ONU se mueve muy despacio", se quejó Mahachi, cuyo gobierno tiene 11.000 soldados ayudando al régimen de Kabila a combatir a los rebeldes apoyados por Ruanda y Uganda.
Kinshasa estaba a punto de ser dominada por fuerzas rebeldes cuando Zimbabwe respondió inmediatamente enviando fuerzas que salvaron la caída del gobierno.
"Somos la espina dorsal que sostiene al gobierno de RDC. Somos el país más efectivo en RDC y si no fuera por Zimbabwe y sus fuerzas aliadas, (el gobierno) habría caído hace tiempo", sostuvo Mahachi.
El ministro exhortó a la ONU a cumplir su parte del acuerdo lo antes posible. "Hemos dado la garantía de que, en lo que concierne a Zimbabwe, estamos obligados por el acuerdo de Kampala y las vidas del personal de la ONU serán protegidas", declaró.
Según Mahachi, si la ONU no discriminara a Africa, la fuerza de paz se hubiera instalado hace tiempo en RDC.
"Africa no controla a la ONU, sino que la ONU está controlada por Europa, y seguramente cuando se trata de problemas europeos, la ONU apoya más a Europa que Africa", aseguró Mahachi.
El ministro acusó a la comunidad internacional y a la ONU de falta de sinceridad en sus intentos de resolver la guerra en la RDC.
Mahachi dijo que las declaraciones de Holbrooke, enviado especial de la ONU a la región de los Grandes Lagos africanos, referidas a que el foro mundial investigará el "saqueo" de recursos en la RDC por Zimbabwe, son un truco para retrasar la ayuda a ese país.
"Es una excusa para huir de sus responsabilidades", comentó. (FIN/IPS/tra-en/lm/sm/aq/ip/00
