/Ciudades de América Latina/ PERU: Estadio deportivo amenaza la tranquilidad de los vecinos

La Municipalidad Metropolitana de Lima coordina un plan con las autoridades municipales de cinco distritos cuya seguridad y tranquilidad se verá amenazada por las "barras bravas" que asistan a un estadio de fútbol a punto de inaugurarse.

La policía elaboró un plan para separar dentro del Estadio Monumental a las barras bravas de los equipos mediante alambrados y cordones policiales, e implementó sistemas de control provistos de circuitos cerrados de televisión.

Pero el problema aún no resuelto satisfactoriamente estará en el exterior del estadio: la circulación masiva de público hacia y desde el futuro escenario deportivo, en el que también tendrán lugar espectáculos artísticos.

El mayor temor radica en el vandalismo y la violencia que suelen protagonizar las barras bravas en el exterior de los estadios, que han ocasionado varias muertes y graves daños en establecimientos comerciales, inmuebles y vehículos.

El Estadio Monumental, perteneciente al club Universitario de Deportes, uno de los tres "grandes" del futbol peruano, con la hinchada más numerosa y violenta del país, ha sido construido en el municipio de Ate, una zona residencial.

Se trata de una construcción helíptica de 13 pisos, con capacidad para 80.000 espectadores y áreas de estacionamiento para 5.000 vehículos.

Regidores de los municipios de Surco, La Molina, San Borja y San Isidro, próximos al distrito de Ate o situados en las rutas de tránsito y evacuación del estadio, critican que la obra haya sido aprobada sólo por el municipio de Ate y el Consejo Metropolitano.

La aprobación de un proyecto de construcción corresponde al municipio en que estará situada la obra, según la reglamentación actual, que confiere al Consejo Metropolitano capacidad de objeción. Pero no reconoce ingerencia alguna a los municipios aledaños, aunque éstos resulten afectados.

El Consejo Metropolitano debe representar el interés y la opinión de los 43 municipios distritales de la Gran Lima, pero en la practica esto no se cumple, afirmó el ingeniero Luis Dibos, de la Junta Vecinal del distrito de la Molina.

Dibos señaló que los municipios que se verán afectados por el funcionamiento del Estadio Monumental no pudieron impedir su ubicación, aunque propusieron que fuera construido en una extensa propiedad que el Club Universitario tiene fuera del área urbana.

En la avenida Las Palmas, próxima al estadio, los vecinos colocaron carteles que expresan su temor a la violencia y reclaman la construcción de un muro que proteja sus propiedades de la multitud que la recorrerá al concluir los espectáculos deportivos.

"Pintarán las paredes, romperán los vidrios y agrederán a los transeúntes que encuentren a su paso", advirtió María García de Turin, presidenta de la Junta Vecinal de Las Palmas.

La empresa privada que hizo el estadio, y lo administrará como pago, se comprometió a levantaqr un muro de tres metros de altura y rejas a lo largo de 1.800 metros hasta un óvalo vial, para aislar a los aficionados violentos de las zonas residenciales de la urbanización Mayorazgo.

Pero esa solución tampoco agrada a los propietarios de los inmuebles situados a lo largo de la avenida, que será encajonada por el mencionado muro, porque disminuirá su valor, y han comenzado a aparecer letreros anunciando el remate de algunas propiedades.

"Hemos estudiado circuitos de evacuación diferentes para las barras de los distintos equipos, para evitar peleas callejeras, y trataremos de retenerlas hasta que la mayoría del público, que no forma parte de las barras bravas, hayan evacuado", declaró Hector Sarmiento, gerente del proyecto Estadio Monumental.

"Cuando haya grandes espectáculos deportivos, especialmente cuando se enfrenten la 'U' (Universitario) y Alianza Lima, más de 3.000 policías y personal privado de seguridad estará controlando el orden dentro del estadio y en el exterior", agregó.

Sarmiento puntualizó que la solución no está sólo en las medidas de seguridad, sino que es necesario un cambio en la mentalidad de los aficionados, y anunció que se aplicará la ley que sanciona el "pandillaje pernicioso".

Pero los problemas que creará el Estadio Monumental no se limitan al riesgo de destrozos a la propiedad privada que suelen cometer las barras bravas y los delincuentes que se infiltran en ellas.

La salida del público, aunque lo haga en forma pacífica, afectará la fluidez del tránsito en al menos dos arterias importantes de Lima.

La empresa administradora presentó al Consejo Metropolitano un plan para ensanchar algunas avenidas y se comprometió a señalizar las rutas alternativas para el acceso a cada una de las tribunas, que serán distribuidas con las entradas.

El Instituto de Defensa Civil, del Ministerio del Interior, recomendó a las municipalidades de Lima metropolitana y de Ate que exijan a la empresa y al club Universitario de Deportes la construcción de un viaducto como requisito previo para autorizar el funcionamiento del Estadio.

"La salida del público del Estadio Monumental congestionará la Carretera Central y la Avenida Javier Prado, dos de las vías más importantes de la ciudad, pues no están preparadas para soportar la irrupción simultánea de miles de vehículos", comentó el mayor Fernando Trelles, jefe de la Segunda Región de Defensa Civil.

La empresa operadora del Estadio no está dispuesta a invertir en la construcción del viaducto y ha ofrecido una propuesta alternativa, que ha sido aún más criticada: abrir un paso a través del cerro Puruchuco, en donde se encuentran restos arqueológicos importantes. (FIN/IPS/al/ag/ip/00

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