El ex presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela , aseguró que los grupos rebeldes y el gobierno de Burundi aceptaron un proyecto de acuerdo para poner fin a la guerra civil desatada hace siete años en ese país africano.
Mandela, el intermediario en las negociaciones de paz entre los rebeldes hutus y el gobierno tutsi, precisó que, aunque se avanzó en la solució n del conflicto, aún es muy pronto para anunciar resultados definitivos.
Mandela, de 81 años, asumió como principal negociador en el conflicto después de la muerte del ex presidente de Tanzania Julius Nyerere. La guerra del pequeño país productor de café y té mató a más de 200 ..000 personas y desplazó de sus hogares a más de un millón.
Mandela dijo en Johannesburgo, después de presidir dos días de negociaciones en su residencia entre los rebeldes y el gobierno, que se llegó a un proyecto de acuerdo.
Los grupos rebeldes quieren tiempo para estudiar los detalles del acuerdo y consultar a sus comandantes, ya que dos de los grupos rebeldes se incorporaron a las negociaciones cuando éstas ya estaban iniciadas , señ aló Mandela.
«Aplazamos la próxima reunión», agregó Mandela, y dijo que se atrasó un mes, de junio a julio, para permitirle a los rebeldes discutir el acuerdo. Varios jefes de Estado asistirán a la reunión que se celebrará en la capital de Tanzania.
El proyecto de acuerdo «se circuló entre todos los partidos políticos y cuando los rebeldes manifestaron interés en las negociaciones, también s e les distribuyó", indicó. En julio, «todos deberán aceptar las propues tas definitivas sin cuestionarlas», dijo.
«No permitiremos que se plantee el asunto una vez más. Se lo hemos mencionado a los dirigentes en reuniones frente a frente y lo comenté ante la reunión plenaria y fue aceptado por unanimidad», aseguró Mandela.
Mandela indicó a los dirigentes de los diversos bandos que algunas de sus recomendaciones serán aceptadas y otras no, pero que no habrá marcha atrás.
Por un acuerdo para compartir el poder, diseñado por Mandela, los rebeldes hutus se integrarán al ejército, dominado por la etnia tutsti, y participarán en elecciones parlamentarias y presidenciales libres que se celebrarán luego de un período de transición.
Algunos obstáculos que Mandela deberá superar son el tamaño y la composición del gobierno de transición, que estará integrado por todos los bandos, y quién estará a cargo del mismo.
Así mismo, otro problema es alcanzar el consenso sobre la necesidad de las elecciones democráticas, resistidas por la minoría tutsi pero exigid as por la mayoría hutu, y cómo se habrán de organizar. Mandela hizo grand es esfuerzos para obtener la confianza de las Fuerzas Armadas de Burundi.
En las negociaciones estuvieron representadas las Fuerzas para la Defensa de la Democracia, el Frente Nacional de Liberación, el Consejo Nacional por la Defensa de la Democracia, el Partido por la Liberación del Pueblo Hutu y el Frente por la Liberación Nacional, así como el gobierno y las Fuerzas Armadas.
En su casa de Johannesburgo, Mandela se reunió por separado con una delegación del gobierno de Burundi dirigida por el ministro de Proceso de Paz Ambroise Niyonsaba.
El más destacado de los rebeldes presente en la reunión fue Leonard Nyangoma, director del Consejo Nacional por la Defensa de la Democracia.
El conflicto en Burundi se desató en 1993 cuando paracaidistas tutsis asesinaron al primer presidente elegido democráticamente, el hutu Melchior Ndadaye. La guerra enfrentó a grupos rebeldes hutus con el gobierno y el ejército dominados por los tutsis. (FIN/IPS/tra-en/fh/sm/aq/ip/00)