BRASIL: Ofensiva del Ministerio de Salud contra el tabaco

El Ministerio de Salud de Brasil celebró hoy el Día Mundial Sin Tabaco con la presentación de un proyecto de ley que prohibe la publicidad de cigarrillos y de un estudio sobre los daños económicos del hábito de fumar.

La ofensiva legislativa, publicitaria, informativa y fiscal busca reducir el tabaquismo, que causa 80.000 muertes anuales en el país y casi cuatro millones en el mundo.

El proyecto enviado este miércoles al Congreso Nacional por el ministro de Salud, José Serra, prohibe la publicidad en los medios de comunicación masiva en todo el país e intenta poner fin al patrocinio de deportes y actividades culturales por parte de la industria tabacalera.

Esa publicidad sufre restricciones en la actualidad, ya que sólo puede ser difundida por televisión en horas nocturnas y siempre acompañada de la advertencia que fumar hace daño a la salud y provoca varias enfermedades, explícitamente mencionadas. Sin embargo, ahora se intenta eliminarla completamente.

Una investigación de la Fundación Getulio Vargas, institución dedicada a estudios de economía y administración pública, estudió los aspectos económicos y las tendencias del consumo en Brasil, sugiriendo una mayor tributación sobre el cigarrillo, como mecanismo para reducir su consumo.

La medida tendría poco efecto en lo inmediato, pero podría disminuir en hasta 12 por ciento el consumo a largo plazo, según el trabajo encomendado por el Instituto Nacional de Cáncer, dependiente del Ministerio de Salud.

El cigarrillo ya es fuertemente gravado en Brasil, donde tres cuartos de su precio de venta al consumidor corresponden a tributos. Pero aún así es uno de los más baratos del mundo, con un precio promedio de 1,62 dólares la caja de 20 unidades, favoreciendo la medida fiscal.

Sin embargo, Brasil afronta una situación singular, ya que es uno de los mayores exportadores mundiales de tabaco, obteniendo ingresos cercanos a los 1.000 millones de dólares al año. El aumento del consumo en el exterior hará crecer sus ingresos.

El tabaco, producido principalmente en el sur del país por pequeños agricultores que abastecen la Souza Cruz, empresa local del grupo British American Tobaco, se reveló como uno de los pocos cultivos que hacen viable económicamente a la agricultura familiar en pequeñas áreas.

Unas 150.000 familias viven de su producción, disfrutando de créditos subsidiados que el gobierno ofrece a los pequeños agricultores.

La campaña publicitaria antitabaco iniciada la semana pasada, que busca neutralizar en forma agresiva la propaganda de cigarrillos, cuenta con la ayuda del empresario estadounidense Mac McLaren, hermano de Wayne McLaren, el "cowboy" (vaquero) que aparecía en los avisos de los cigarrillos Marlboro y que murió de cáncer en 1992.

McLaren está en Brasil para hablar sobre su combate personal contra el tabaco, desde que murió su hermano, y autorizó al Ministerio de Salud brasileño a usar la imagen de Wayne.

Eso permitió la difusión por televisión y a través de carteles callejeros de avisos en que se dice que el "cigarrillo hace daño incluso en la publicidad", después de informar que el "cowboy" de Marlboro murió de cáncer.

Es necesario "usar bien las armas del enemigo para combatirlo con eficacia", señaló el director del Instituto Nacional del Cáncer, Jacob Klingerman.

La industria desarrolló formas sofisticadas de atraer la juventud al vicio, identificando el cigarrillo con belleza, poder, aventura, sexo y libertad, observó.

La cartera de Salud inauguró en Río de Janeiro, en este Día Mundial Sin Tabaco, la muestra "Mirando más allá del humo", que hasta este domingo exhibe 69 películas de publicidad antitabaco de variados países y obras de arte que tratan el tema.

La ofensiva contempla también abundante información a la población. La Secretaría de Salud del estado de Paraná, en el sur de Brasil, distribuyó 35.000 folletos señalando los daños del tabaco y los artificios empleados por la industria para conquistar nuevos consumidores.

En la capital de este estado, Curitiba, las muertes provocadas por el tabaco aumentaron de 287 en 1990 a 1.184 el año pasado, según las autoridades sanitarias locales.

En Sao Paulo, el Instituto del Corazón divulgó investigaciones en las que se indica que 70 por ciento de los fumadores desean abandonar el vicio y que 90 por ciento de ellos podría conseguirlo sin tratamiento médico o psicológico.

Sin embargo, dejar de fumar es mucho más difícil para las mujeres. En un grupo de cien hombres y mujeres que intentaban liberarse del tabaquismo, la mitad de los varones lograron el objetivo contra sólo 32 por ciento de la parte femenina.

Las restricciones que sufren los fumadores y las campañas anteriores parecen exitosas. El estudio de la Fundación Getulio Vargas comprobó que el consumo por persona en Brasil cayó de 1.690 cigarrillos en 1996 a 1.400 en 1999.

Paralelamente, se desarrollaron variados negocios que buscan ayudar a las personas a liberarse de la dependencia de la nicotina.

Clínicas especializadas, "medicamentos" en forma de caramelos, asistencia psicológica, terapias importadas y libros de autoayuda, tratan de aprovehcar el nuevo mercado. (FIN/IPS/mo/dm/he/00

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