/BOLETIN-AMBIENTE/ EEUU: Recalentamiento planetario preocupa a senadores

La sesión especial de un comité del Senado de Estados Unidos sobre el recalentamiento de la Tierra sugiere una actitud más decidida de los legisladores ante la amenaza del cambio climático.

Impulsada por John McCain, senador por Arizona que compitió este año en las elecciones primarias del Partido Republicano para la candidatura presidencial, la sesión del Comité de Transporte, Ciencia y Comercio consideró el testimonio de algunos de los principales científicos del mundo.

McCain dijo que muchos adultos jóvenes en todo el territorio de Estados Unidos le preguntaban durante su campaña hacia las primarias su programa sobre el recalentamiento del planeta.

"No tengo un programa. Pero los políticos deberíamos estar preocupados ante la impactante evidencia de que algo está sucediendo", dijo McCain.

La mayoría de los científicos, entre ellos los asistentes a la sesión especial, coinciden en que el efecto invernadero, causado por los gases emitidos por la combustión de combustibles fósiles, recalientan la atmósfera de la Tierra y alteran el clima.

La década anterior ha sido la más cálida desde que existen registros, y 1998 fue el año más cálido en al menos 200 años, afirman los investigadores.

La temperatura mundial podrían elevarse entre uno y 3,5 grados para 2050, si la tendencia continúa, de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), organismo científico de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Los científicos dicen ser testigos de un viraje hacia fenómenos climáticos extremos y anómalos.

Las rachas de sequía y calor en Estados Unidos y Rusia y los ciclones en India, entre otros cambios climáticos, se están volviendo crónicos, aunque no sea posible probar que son una consecuencia directa del recalentamiento planetario, dicen los científicos.

"La pregunta no es si el clima va a cambiar como consecuencia de las actividades humanas, sino más bien dónde, cuándo y cuánto", dijo en la sesión especial Robert Watson, presidente del IPCC.

Watson consideró evidente que el cambio climático tendrá efectos adversos en la salud humana —en particular por la propagación de enfermedades como la malaria—, en los sistemas ecológicos, tales como bosques y arrecifes de coral, y en la economía, en especial en la agricultura y la pesca.

Para afrontar este problema, el Protocolo de Kyoto anexo a la Convención de la ONU sobre Cambio Climático aprobado en 1997, exhorta a 38 países industrializados a reducir para 2012 sus emisiones de gas al menos cinco por ciento respecto de 1990.

El Senado se ha negado a ratificar el Protocolo, pues, advierten, causará una pérdida de competitividad de la industria estadounidense, y no lo aprobarán a menos que países en desarrollo clave, como Brasil e India, también se comprometan a someterse a las limitaciones.

La posición de los senadores es atribuida por ambientalistas al apoyo económico de la industria a las campañas electorales.

Antes de que el protocolo fuera firmado por el presidente Bill Clinton, el Senado aprobó una ley que prohibía la ratificación de cualquier tratado que "exima" de obligaciones a las naciones en desarrollo o que cause "serios perjuicios económicos" a Estados Unidos.

Muchas organizaciones ambientalistas que siguen de cerca el debate sobre el cambio climático destacaron el esfuerzo de McCain para romper el punto muerto que, según ellos, supuso la aprobación internacional del Protocolo de Kyoto y por tratar de entender lo que implica el recalentamiento del planeta.

"Si el senador McCain se toma en serio el recalentamiento de la Tierra, podría convertirse en el líder ideal que los estadounidenses están esperando de Washington", afirmó el director ejcutivo de Acción Ozono, John Passacantando.

Hace pocos días, el Subcomité de Agricultura del Senado realizó una sesión especial para analizar cómo algunas prácticas de cultivo pueden reducir las emisiones de dióxido de carbono, el principal de los gases invernadero.

En la sesión, varios senadores de los estados agrícolas afirmaron en público su convencimiento de que el problema climático debe ser tratado.

A pesar de este impulso en el Congreso legislativo, dos miembros republicanos de la Cámara de Representantes, Joe Knollenberg y Jo Ann Emerson, introdujeron una ley diseñada para detener cualquier financiación de programas que se asemejen a los incluidos en el Protocolo de Kyoto.

"Ningún fondo debe ser usado para el Protocolo de Kyoto, incluyendo aquellas medidas como las dispociciones sobre emisiones de dióxido carbono y el Mecanismo de Desarrollo Limpio que se encuentran sólo en el Protocolo de Kyoto y de ninguna manera en las leyes de Estados Unidos", indica el proyecto.

Neal Land, asistente presidencial sobre Ciencia y Tecnología, atacó el proyecto en la sesión especial.

"Estamos muy preocupados. Esto determina las acciones del Poder Ejecutivo en la conducción de las negociaciones internacionales, y eso me parece que crea graves problemas constitucionales", dijo.

Land afirmó que la medida podría tender un "efecto escalofriante" en las posibilidades de investigación científica del país, según como sea interpretada.

Los grupos ambientalistas coincidieron, y denominaron a la ley "la regla mordaza".

"Los representantes Konllenberg y Emerson podrían anular las investigaciones científicas que intentan aprender un poco más sobre el impacto de la contaminación que ensucia nuestro aire y causa el recalentamiento del planeta", dijo Philip Clap, presidente del Comité Nacional Ambientalista. (FIN/IPS/tra-eng/dk/da/rp/mj/en/00)

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