Lee "Scratch" Perry, el productor jamaiquino que usó métodos poco convencionales para grabar algunos de los mayores éxitos musicales del reggae, es el protagonista del libro biográfico "People Funny Boy".
Perry, de 64 años y actual residente en Suiza, tuvo un estilo de vida que dió que hablar y es venerado por aficionados del reggae y del punk por igual.
Escrito por el estadounidense David Katz, el título es tomado de uno de los grandes éxitos de Perry. Es una reflexión sobre la vida y la obra de uno de los grandes personajes del reggae cuyas técnicas poco ortodoxas contribuyeron con algunos de los puntos más altos de ese género musical, como Bob Marley y los Wailers.
El libro de 384 páginas, que abarca desde que Perry era un buscavidas en el pueblo de Kendal, parroquia de Hanover, hasta que se convirtió en selector y buscador de talentos para el sello discográfico Studio One, de Clement "Coxsone" Dodd, exigió 10 años a Katz y fue elogiado por las revistas especializadas The Face y Mojo.
The Face hace referencia a algunas de las locuras más famosas del excéntrico productor, entre las que figura el presunto maleficio que aplicó a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.
"People Funny Boy" sale a la luz mientras Perry goza del momento más fructífero de su carrera, la cual ha estado matizada de brotes geniales y controversias.
Los álbumes en que participó como maestro de "dub" (el lado instrumental del reggae) y del período con Island Records, en los años 70, fueron reeditados numerosas veces.
Fue entonces que cosechó temas clásicos como "Curly Locks", de Junior Byles, y "Police and Thieves", de Junior Marvin, aunque también padeció la conflictiva relación con Chris Blackwell, el propietario del sello.
La mayoría de esas canciones fueron grabadas en el estudio que tenía Perry, Black Ark, en Kingston, destruido en un incendio en 1979. En esa época, Perry fue denunciado como mentalmente inestable y la policía sospechó que había quemado el estudio intencionalmente, aunque finalmente fue exonerado de toda culpa.
Nacido el 20 de marzo de 1936, Rainford Lee Perry trabajó en su pueblo natal de Kendal como obrero, bailarín y campeón de dominó antes de aventurarse en Kingston, la capital, durante los años 50.
Allí se zambulló en la creciente escena musical junto con Dodd, un ex peón de campo en Estados Unidos, cuyo sistema sonoro Downbeat pronto se convirtió en un rival para el Trojan, de Duke Reid, como sonido "opcional" en las fiestas de Kingston.
Perry permaneció con Dodd casi una década antes de asociarse con Joe Gibbs, otro pionero, con su sello discográfico Amalgamated.
Perry lanzó su propio sello, Upsetters, a fines de los 60, que fue el responsable de apuntalar la carrera de algunos de los músicos más influyentes del reggae, como Bob Marley y los Wailers, que justamente se habían separado de Dodd.
Con el apoyo de Upsetters, Marley grabó una serie de canciones que están consideradas entre sus mejores, como "Duppy Conqueror", "Small Axe" y "Mr. Brown".
Perry también produjo el aclamado album de los Wailers llamado "Soul Revolution", que llegó a los oídos de Blackwell, quien finalmente contrató al grupo rastafari para su creciente sello discográfico.
Aunque también dejó a Perry tras un breve período, Marley dijo que era el mejor productor con que había trabajado. Perry luego produciría el disco simple de los reyes del reggae "Punky Reggae Party".
Perry también grabó una serie de éxitos, incluso "Beat Down Babylon", de Byles, y "War Inna Babylon", de Max Romeo, que resumieron el ambiente activista de Jamaica en los años 70.
Después del incendio en Black Ark, Perry cayó en desgracia con Blackwell, y se trasladó a Gran Bretaña en los años 80. Allí trabajó con artistas como Robert Palmer y la banda de rock punk The Clash, que recibieron la influencia de su obra en la década anterior.
Perry agregó a la mística que lo rodea su matrimonio con una baronesa suiza con la que tuvo dos hijos. Ahora se encuentra establecido en Suiza pero viaja regularmente a Estados Unidos y el resto de Europa.
"People Funny Boy", que contiene entrevistas a familiares y amigos, así como músicos que trabajaron con Perry, trata de desmitificar al hombre que una vez dijo de sí mismo: "Soy la mitad que nunca se contó". (FIN/IPS/tra-en/hc/da/ego/aq/cr/00