La pobreza se reducirá a la mitad en América Latina y el Caribe en un plazo de 15 años, si se cumple uno de los principales compromisos acordados en una conferencia regional finalizada hoy en la capital chilena.
Los asistentes a la II Conferencia Regional de Seguimiento de la Cumbre de Desarrollo Social firmaron la Declaración de Santiago, luego de tres días de estudiar el cumplimiento del Plan de Acción acordado en la reunión celebrada en Copenhague en 1995 por más de 160 países.
La declaración establece acciones específicas como el fortalecimiento de los programas de inversiones públicas y privadas "con un compromiso ético, social y económico, de manera que los niveles de pobreza prevalecientes, disminuyan a la mitad en los próximos 15 años".
Los países asistentes al encuentro también se comprometieron a impulsar y priorizar las reformas legales, institucionales, políticas y financieras para lograr a la brevedad el acceso universal a la educación básica.
La Declaración de Santiago confirma el compromiso de avanzar hacia la concreción de acciones que permitan alcanzar los compromisos de Copenhague, para lo cual se intensificarán los esfuerzos para cumplir con los acuerdos contenidos en el Consenso de Sao Paulo, suscrito en la primera conferencia de seguimiento.
Las conclusiones llegaron después de evaluar lo realizado para erradicar la pobreza y promover el empleo y el fomento a la integración social, en base a un documento presentado para la ocasión por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Estos tres ámbitos son los que han crecido en forma muy lenta, advirtió la Cepal en su informe "La brecha de la equidad".
Por su parte, los gobiernos de la región pusieron de manifiesto la contribución de la Cumbre Social al reforzamiento de muchas de las políticas sociales llevadas adelante en el último quinquenio.
El esfuerzo por superar los rezagos sociales se ha advertido en el aumento de la inversión pública social en la mayoría de los países, en particular en educación, salud y seguridad social.
"Sin embargo, pese a los avances de estos procesos de reforma, las insuficiencias en cuanto a equidad resultan todavía muy significativas. Este hecho afecta la sostenibilidad del proceso de desarrollo y dificulta el fortalecimiento de la integración social", indica la Cepal.
El crecimiento económico experimentado por algunos países de la región podrá traducirse en una reducción de la pobreza sólo cuando incorpore a sectores que generen empleo productivo en forma masiva, señala.
En el caso específico de las mujeres, este crecimiento no las beneficiará si no se adoptan medidas especiales que promuevan y fortalezcan la igualdad de oportunidades.
"La disparidad entre los sexos en los ámbitos económico y social, así como en el poder político, sigue siendo un factor crucial que determina la mayor vulnerabilidad relativa de las mujeres pobres", explicó la Cepal.
El compromiso asumido en Santiago respecto de la generación de empleo, impone diseñar e implementar políticas económicas y sociales integradas que aumente su calidad, dando especial importancia a los programas y redes institucionales que apoyen a la mediana, pequeña y microempresa.
Este capítulo refiere que en la década de los 90 la mayor parte del empleo se generó en el sector informal, según la Cepal.
"De cada 100 empleos creados entre 1990 y 1997, 69 correspondieron a este sector, al que pertenece 47 por ciento de los ocupados de la región", indicó el documento.
"En un plano más general, la readecuación competitiva de las empresas modernas privilegia el incremento de la productividad y la flexibilidad laboral, junto con una sostenida y acentuada baja de la generación de empleo por unidad de producto", agregó.
La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para la región cree que son escasas las posibilidades de mejorar la distribución del ingreso en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe.
La ubicación relativa de las personas en la distribución futura del ingreso tiene un carácter casi hereditario, que resulta difícil de modificar aún en condiciones de crecimiento económico sostenido durante una década, concluye la Cepal.
Para propiciar un mayor desarrollo ciudadano y una plena integración social, los asistentes a la reunión de Santiago se comprometieron a impulsar y fortalecer los programas y mecanismos orientados a la superación de la pobreza.
También propiciarán la participación ciudadana en las decisiones públicas, el acceso a la educación e información y a la disminución de la violencia y resolución pacífica de los conflictos.
Además de establecer estos anuncios, los países de la región solicitaron la convocatoria a una nueva cumbre en favor de la infancia. La idea es buscar un nuevo compromiso para la década 2000-2010 de reducir la mortalidad infantil, en especial en la franja de menores de 5 años.
En la última sesión de esta conferencia las representaciones de Chile, Colombia, Jamaica y México informaron sobre los avances y retrocesos de la región en materia de integración social.
La ministra de Planificación y Cooperación de Chile y presidenta de esta segunda conferencia, Alejandra Krauss, alertó sobre la decreciente participación social, la escasa capacidad de asociación, el aumento del desinterés en los procesos eleccionarios y las críticas al sistema de partidos políticos.
"Estos síntomas aparecen como señales recurrentes que marcan nuestros estilos de convivencia, nuestras relaciones políticas y sociales, así como las relaciones de las personas con las instituciones", dijo.
Krauss advirtió la necesidad de perfeccionar los mecanismos de representación, de ampliar los espacios de participación social y de acentuar las políticas públicas, "que permitan que los derechos de las personas no estén supeditados a sus niveles de ingreso".
La mexicana Lourdes Arizpe, del Centro Regional de Investigaciones de ese país, lamentó la pérdida de convivencia en América Latina y señaló que la conceptualización de desarrollo social no ha avanzado.
Por su parte, el colombiano Antonio Navarro denunció que los cuatro problemas básicos que afrontan las democracias en el continente son la corrupción, el clientelismo, la brecha entre la ciudadanía y el gobierno, y la dependencia que tienen los sistemas políticos respecto de los grupos dominantes.
Así, los países latinoamericanos cumplieron una etapa más en la preparación de lo que será su presencia en el período extraordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU sobre la aplicación de los resultados de la Cumbre Social, a realizarse en Ginebra entre el 26 y el 30 de junio. (FIN/IPS/as/dm/ip dv/00