América Latina comienza una nueva década con progresos en materia de salud y libertades civiles, pero con fracasos en gestión de gobierno, crecimiento económico y prevención de delitos, señaló el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El estado del desarrollo en América Latina, una región que hoy puede clasificarse como de medianos ingresos, no es parejo sino con marcados contrastes, observó el BID en su último Informe sobre Progreso Económico y Social.
A menudo, la geopolítica y las fallas económicas son señaladas como causa de los problemas de desarrollo de la región, mientras la geografía, la demografía y las instituciones públicas se consideran factores importantes en la lentitud del crecimiento, la inestabilidad y la desigualdad de ingresos.
La composición de la población por edades y factores geográficos como el clima, la tierra y la topografía son desventajas para América Latina, señala el informe, titulado "Desarrollo más allá de la economía" y publicado el domingo.
Mientras, las deficiencias en la gestión de gobierno y las estructuras políticas son responsables por más de la mitad de las diferencias de ingreso registradas entre los países industrializados y América Latina, según el BID.
La diferencia en el ingreso por habitante entre América Latina y el Norte industrial se amplió en los últimos 50 años hasta llegar a 10.600 dólares en la actualidad.
En el último medio siglo, la región pasó del segundo al quinto lugar en términos de ingreso por habitante, por detrás de Asia oriental, Medio Oriente y Europa oriental. Los latinoamericanos tienen un ingreso anual promedio de 3.100 dólares.
Las edades promedio en los países latinoamericanos oscilan entre 21,6 y 34, frente a 20-25 en las regiones más pobres del mundo, como Africa, y 32-40 en las más ricas. Sin embargo, con el tiempo, esto podría convertirse en el motor del crecimiento de América Latina.
"Llegó la hora de estudiar los problemas estructurales del desarrollo de América Latina", declaró el presidente del BID, Enrique Iglesias.
Esos problemas "van mucho más allá de los habituales problemas económicos y no se resolverán con simples políticas macroeconómicas", agregó.
La región está recuperándose de una recesión económica. En el período 1998-1999, América Latina sufrió una reducción de sus influjos de capital, bajo nivel de crecimiento (2,3 por ciento en 1998 y 0,3 por ciento en 1999) y "el desempleo alcanzó 8,3 por ciento, una tasa similar a los peores años de los 80", destacó Iglesias.
"Según encuestas de opinión pública, la mayoría de los latinoamericanos creen que sus países están mal económicamente, que las generaciones anteriores vivían mejor, que la pobreza aumentó y que el ingreso está distribuido de manera injusta", indica el informe.
Además, consideran que "el crimen y la corrupción se agravaron y que la mayoría de las instituciones públicas no merecen su confianza".
En contraste con lo ocurrido en materia de crimen y violencia, América Latina experimentó un notable progreso en las últimas décadas en cuanto a libertades civiles y políticas, y éstas son mayores que en cualquier otra región en desarrollo, subraya el documento.
Sin embargo, en promedio los latinoamericanos reciben menos de nueve años de educación formal, muy por debajo del promedio de 13,5 años en Estados Unidos y de 12 en Corea del Sur y Taiwan.
Por otra parte, América Latina se compara favorablemente con Asia oriental y es la segunda región del mundo en el Indice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, que toma en cuenta indicadores como expectativa de vida, alfabetización, inscripción escolar e ingreso por habitante.
El país de desempeño más fuerte de la región ha sido Brasil, con un crecimiento anual promedio de 2,5 por ciento desde los años 50.
La expectativa de vida al nacer y la salud pública en general experimentaron enormes progresos, aunque éstos fueron opacados por la brecha entre ricos y pobres, observó Ricardo Hausmann, economista jefe del BID.
"Todavía vivimos en la región con mayores desigualdades del mundo… Africa intentó competir con nosotros, pero nuestros niveles son aún los más altos", dijo Hausmann.
"Hubo escaso progreso en materia de educación y aún tenemos la tasa de homicidios más alta del mundo, y esto no puede explicarse solo por la pobreza, porque Africa y algunas partes de Asia son mucho más pobres", señaló.
Algunos factores que inciden mucho en el perfil económico de la región, como la geografía, todavía no fueron estudiados exhaustivamente, concluyó el BID.
Por ejemplo, los países con gran incidencia de malaria, situados en los trópicos, crecen en promedio 0,6 puntos menos que las naciones libres de malaria. (FIN/IPS/tra-en/gm/da/mlm/dv-if/00