AMERICA CENTRAL: Mujeres más educadas, pero menos remuneradas

Las trabajadoras de América Central tienen niveles de educación más altos que los hombres, pero siguen recibiendo menores salarios por la misma labor, reveló un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Miguel del Cid, especialista regional en empleo de la OIT, explicó a IPS que aún prevalecen los signos de discriminación laboral contra las mujeres, pese a que su participación en el mercado de trabajo creció en los últimos 10 años.

"La brecha entre hombres y mujeres se refleja en el hecho de que, aunque ellas tienen más años de escolaridad, sufren las consecuencias de un mayor desempleo y reciben salarios más bajos que los hombres", detalló Del Cid.

Esta tendencia es una constante en Costa Rica, Honduras y Panamá, donde la fuerza laboral femenina presenta un nivel de educación superior al de los hombres, según el estudio realizado por la OIT en la década de los 90.

En 1998, una trabajadora costarricense contaba con 9,1 años de escolaridad, mientras que los asalariados varones tenían en promedio 8,8 años de educación.

La relación no varía en los otros países, ya que para esa misma fecha en Honduras los hombres tenían 5 años de estudio y las mujeres 6,2 años, mientras en Panamá los trabajadores presentaban 10,1 años y las trabajadoras 11,5 años de educación.

Sin embargo, esa ventaja educativa no se traduce en un reconocimiento monetario, señaló Del Cid.

Estos datos coinciden con el Primer Informe sobre el Estado de la Región elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el cual reveló que las diferencias salariales de género todavía son evidentes en el mercado laboral de América Central.

No obstante, el funcionario de la OIT se mostró optimista sobre el futuro, ya que la brecha en los salarios urbanos entre hombres y mujeres comenzó a reducirse.

En 1991, el salario urbano de un hombre en Costa Rica era 25 por ciento mayor que el de una mujer, mientras que en 1998 era sólo 20 por ciento superior. En tanto, en Honduras la diferencia se redujo en la década pasada de 11 a 10 por ciento.

"Es evidente que en los últimos 10 años la condición de la mujer centroamericana mejoró, pero aún nos falta mucho por hacer", dijo a IPS Ana María Valentín, portavoz del no gubernamental Consejo Nacional de Mujeres de Guatemala.

Valentín explicó que el principal obstáculo que tienen las mujeres guatemaltecas para lograr consolidar una lucha femenina unificada es la gran cantidad de etnias que conforman el país.

La activista apuntó que la gran tarea pendiente para la sociedad guatemalteca de este siglo XXI es lograr algo que hasta ahora ha sido imposible, como es equiparar el salario de la mujer al del hombre.

Según el estudio de la OIT, en algunas regiones del istmo los altos y desiguales niveles de desempleo se mantienen para las mujeres, pero los signos de discriminación en el acceso al trabajo están en relación directa con el estrato social al que se pertenezca.

El desempleo entre las mujeres de Costa Rica es de 19,4 por ciento, mientras que el desempleo para aquellas con más de 12 años de estudio se reduce a 2,9 por ciento.

Del Cid añadió que, aunque no se cuentan con datos exactos de Guatemala, El Salvador y Nicaragua, es muy posible que la situación sea similar a la de los otros países de la región.

Sin embargo, algunas organizaciones regionales destacan que en la última década ha habido importantes retrocesos en las condiciones laborales femeninas.

"Ese es el caso de El Salvador, donde las condiciones de las trabajadoras, sobre todo las de la industria de la maquila, son muy malas en cuanto a salud, limpieza y salario", señaló a IPS la directora del no gubernamental Centro de Estudios para la Mujer, Alba América Guirola.

Guirola indicó que el gran problema del último decenio en El Salvador es el proceso de informalización del trabajo.

"El Salvador está sufriendo una asfixia en su economía que agobia a la población en general. Las nuevas fuentes de trabajo son escasas y, cuando aparecen, los requisitos exigidos a las mujeres son cinco veces mayores que para los hombres", comentó Guirola. (FIN/IPS/nms/dm/hd if/00

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