México y el Triángulo Norte de América Central (El Salvador, Guatemala y Honduras) alcanzaron consenso tras ocho años de negociaciones para un tratado de libre comercio moderno y ambicioso, afirmaron hoy ministros de los cuatro países.
Las delegaciones de México, por un lado, y de Honduras, El Salvador y Guatemala, por otro, concluyeron la noche del miércoles una etapa de compleja negociación con vistas a firmar un acuerdo que entre en vigor el 1 de enero de 2001.
El secretario (ministro) mexicano de Comercio, Herminio Blanco, anunció en conferencia de prensa que los cuatro países diseñaron un mecanismo "moderno y ambicioso, que promoverá el empleo, la inversión y el progreso" entre ambas regiones.
La apertura de los mercados para los productos industriales se dará en el término de 12 años. "Más de 50 por ciento del comercio se abrirá desde un principio", y los plazos fueron acordados de modo que conviniera a todas las partes, señaló el funcionario.
No obstante, acompañado por sus pares centroamericanos, el funcionario se abstuvo de proporcionar detalles sobre el calendario estipulado en el nuevo tratado de libre comercio.
El Triángulo Norte representa para México un mercado cautivo, principalmente por la condición de vecindad. Las exportaciones de mercancías nacionales a esa área, la más pobre de América Latina, ascendieron a 900 millones de dólares en 1999.
México, con cerca de 100 millones de habitantes, capta sólo 10 por ciento de las importaciones de esa región.
Durante el proceso negociador, las partes pusieron sobre la mesa las asimetrías entre las respectivas economías, señaló Blanco.
Aunque es comprensible "el temor que puede prevalecer en un país pequeño", los resultados de los tratados de libre comercio en todo el mundo demuestran que son las economías pequeñas las que reciben más oportunidades para los negocios, según el funcionario.
En 1998, México tuvo un superávit comercial de 509,5 millones de dólares con Guatemala, de 192,4 millones con El Salvador y de 122,5 millones con Honduras.
Los términos del acuerdo permitieron a Honduras lograr un tratado "bastante favorable", que abre "grandes expectativas" para los empresarios hondureños de penetrar el mercado mexicano, señaló el ministro de Industria y Comercio de ese país, Oscar Kafati.
Tras declararse complacido por los resultados del proceso negociador, el ministro de Economía de Guatemala, Eduardo Weyman, pronosticó que el acuerdo permitirá a esa nación multiplicar por cuatro el flujo comercial hacia México.
El viceministro de El Salvador, Eduardo Ayala, expresó también su beneplácito con el acuerdo.
Además de promover el crecimiento en América Central, el nuevo tratado responde a la política del presidente mexicano, Ernesto Zedillo, subrayó Blanco.
A lo largo de su sexenio, que concluirá en diciembre, el mandatario puso el acento en abrir nuevos destinos a las exportaciones mexicanas.
El comercio exterior de este país latinoamericano, que alcanzó 220.000 millones de dólares en 1997 y 242.000 al siguiente año, se ubica en el décimo puesto mundial.
En los últimos cinco años, las exportaciones al exterior crecieron 113 por ciento hacia América Latina, 142 por ciento a Estados Unidos, 40 por ciento a la Unión Europea y 191 por ciento a Corea del Sur, Taiwán, Singapur y Hong Kong, en conjunto.
Los esfuerzos por diversificar el comercio dieron como fruto otros ocho acuerdos entre México y un total de 24 países, que representan 870 millones de potenciales consumidores.
El tratado con los países del Triángulo Norte centroamericano tendrá "un impacto singular en Chiapas", en especial en materia de servicios, que beneficiará al convulsionado estado del sudeste mexicano, afirmó Blanco.
Fronteriza con Guatemala, Chiapas es escenario de un conflicto que comenzó con la gestión de Zedillo y que, hasta ahora, se mantiene sin solución.
El rebelde Ejército Zapatista de Liberación Nacional se sublevó el 1 de enero de 1994 en defensa de los derechos de los indígenas de Chiapas y del resto del país.
Los problemas políticos encuentran en el comercio el único medio de solución, dijo al respecto el ministro Weyman, quien recordó los 30 años de guerra civil que vivió su país.
El capítulo sobre compras gubernamentales quedó fuera del tratado, debido a que los negociadores no alcanzaron una coincidencia en la materia.
Con el acuerdo, la cerveza mexicana se venderá en los tres países con un arancel de 13 por ciento, ante el 20 por ciento actual. Noventa por ciento de las exportaciones siderúrgicas quedaron liberadas.
El tratado será sometido para su ratificación a los poderes legislativos de los cuatro países, una vez que haya sido firmado por los gobiernos, en fecha y lugar por determinar. El texto será sujeto a revisión a los cinco años de su entrada en vigor. (FIN/IPS/pf/mj/if/00
