La ampliación de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe y el tratado de libre comercio entre México y el Triángulo Norte de América Central traen beneficios ocultos e imprevistos, según políticos y empresarios del istmo.
El nuevo panorama comercial de América Central permitirá uniformar tres tratados independientes de libre comercio, impulsará alianzas entre compañías de la región y abrirá oportunidades a sectores exportadores de atún y cuero, indicaron expertos consultados por IPS.
"Los acontecimientos están provocando lo que los economistas llaman externalidades positivas, es decir, consecuencias adicionales que aunque no se planearon beneficiarán a la región", dijo Anabel González, viceministra de Comercio Exterior de Costa Rica.
Estos beneficios son producto de dos noticias que han sido recibidas como triunfos comerciales para el istmo.
La primera fue la decisión de Washington, a principios de mes, de aceptar la ampliación de los privilegios de la Iniciativa de la Cuenca del Caribe, que entre otras cosas, permite a los centroamericanos exportar productos textiles con arancel cero a Estados Unidos.
La segunda fue la conclusión, despúes de cuatro años de negociaciones, del tratado de libre comercio entre México y el Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras), cuya firma está prevista para el mes próximo.
El primero de los "beneficios ocultos" es la posibilidad de que en un futuro cercano los países centroamericanos puedan homologar tres tratados de libre comercio independientes que hay en la región con México.
El primero de ellos fue firmado por Costa Rica en 1994, el segundo por Nicaragua un año después y el tercero por los países del Triángulo Norte, y podría entrar en vigencia en el primer semestre de 2001.
"Queremos armonizar las reglas de origen de los tres tratados independientes", dijo a IPS Claudia Umaña, directora de Política Comercial de El Salvador.
Armonizar las reglas de origen permitiría a los países centroamericanos intercambiar materias primas entre sí y procesar en cualquiera de las naciones los productos exportables, sin que perdieran por eso los requisitos para aprovechar el libre comercio con México.
Actualmente cada país tiene que cumplir estrictas medidas de origen y no pueden utilizar materias primas de otras naciones.
"México se ha mostrado dispuesto a analizar esta posibilidad y en las próximas semanas habrá una reunión de técnicos de los distintos países", confirmó a IPS Amparo Pacheco, directora de Acuerdos Comerciales de Costa Rica.
Los sectores empresariales de la región perciben próximas mejoras en la infraestructura, en lo que constituye otro "beneficio oculto" del nuevo panorama comercial.
"Este nuevo paisaje económico va a provocar un aumento en el techo industrial y un crecimiento de trabajos en cascada", explicó a IPS el salvadoreño Napoleón Guerrero, presidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones Industriales Centroamericanas.
En los próximos tres años se generarán en la región 150.000 nuevos empleos directos, además de una cantidad aún no calculada de "trabajos en cascada" (ocupaciones indirectas relacionadas con actividades exportadoras) en áreas como el transporte y los servicios, según Guerrero.
El impacto del nuevo comercio ya aumenta la demanda por parte de exportadores e importadores de servicios bancarios y de seguros, no solo en el ámbito nacional sino regional.
Además, muchos empresarios de la región estiman que los nuevos acuerdos comerciales fomentarán grandes alianzas entre compañías de la región.
Hay empresas de diferentes países centroamericanos que tendrán que estudiar la posibilidad de distribuir o comercializar de manera conjunta sus productos comunes, como forma de penetrar con mayor eficiencia en los nuevos mercados.
"Creo que es lo más lógico y lo más inteligente", acotó a IPS Marco Vinicio Ruiz, presidente de la Cámara de Industrias de Costa Rica, para quien estas alianzas permitirían elevar la competitividad de los productos centroamericanos frente a terceros países.
Diversos sectores también opinan que las nuevas reglas del juego en la región aumentarán la transferencia de tecnología y la profesionalización de la fuerza laboral.
Un tercer "beneficio oculto" sería la gran oportunidad que la Iniciativa de la Cuenca del Caribe le abre a los exportadores de productos como atún enlatado y productos de cuero, debido a la sustancial rebaja de los aranceles de esas mercancías. (FIN/IPS/nms/mj/if/00