El Banco Mundial lanzó una nueva estrategia ambiental para integrar cuestiones ecológicas con la erradicación de la pobreza, y eligió a Japón para iniciar esta campaña debido a su voluminosa ayuda para el desarrollo.
"Japón marca la primera etapa de una importante discusión sobre una nueva estrategia para impedir que los créditos y donaciones dañen el ambiente", declaró Kristalina Georgieva, directora del Departamento de Ambiente del Banco, con sede en Washington.
"El Banco Mundial adoptará la nueva estrategia y esperamos que ésta constituya la base de programas de desarrollo en todo el mundo", agregó Georgieva en el lanzamiento de la campaña, el miércoles.
Japón fue elegido para lanzar la campaña debido a la gran proporción de su ayuda oficial para el desarrollo destinada a la protección ambiental, así como por sus esfuerzos por la limpieza de su propio ambiente, explicó la funcionaria.
Actualmente, Japón destina 20 por ciento de su ayuda al desarrollo a programas ambientales, según el gobierno.
El presupuesto de ayuda oficial para el desarrollo de Japón aumentó 43,8 por ciento entre 1998 y 1999 al pasar a 15.300 millones de dólares, informó la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, que agrupa a los países más ricos.
El Banco también discutirá su estrategia con Europa y países en desarrollo, en especial China e Indonesia, antes de presentar su informe final, en el año 2002.
"Decidimos que sea en el 2002 para que coincida con el décimo aniversario de la Cumbre de la Tierra", celebrada en Río de Janeiro, explicó Georgieva a la prensa.
Grupos ambientalistas aprobaron la nueva estrategia del Banco, pero señalaron que su eficacia aún está por verse.
"La idea de una nueva estrategia ambiental es bienvenida. El Banco está consultando con organizaciones no gubernamentales (ONG) y eso es bueno", expresó Tokihara Okazaki, del grupo ambientalista Amigos de la Tierra/Japón.
"Sin embargo, es importante que la estrategia incluya un control sobre el sector privado y promueva un trabajo bilateral con gobiernos de países en desarrollo", aclaró.
Agregó que eso "queda por verse, porque la estrategia solo quedará completa dentro de un año".
Los críticos también cuestionan que gran parte de la ayuda de Japón se destine al ambiente, y señalan que, por ejemplo, un préstamo para desarrollar un sistema de transporte subterráneo en Filipinas fue incluido en la categoría de "ayuda ambiental".
Pese a los esfuerzos de varias instituciones multilaterales, la pobreza crece en los países en desarrollo, y actulamente 2.800 millones de personas en todo el mundo viven con menos de dos dólares al día.
Hoy en día está claro que destruir el ambiente para alimentar a la gente no eliminará la pobreza, señaló Georgieva.
Por ejemplo, señaló, en Jordania hay en curso un gran proyecto de extracción de agua subterránea para hacer llegar el escaso recurso a más personas, pero esa extracción destruye el suelo, y en cinco a 10 años, el problema se agravará.
Entre cinco y seis millones de habitantes de países pobres mueren cada año debido a enfermedades causadas por problemas ambientales, como la contaminación del agua y del aire o la destrucción de bosques, que provocan enfermedades como la disentería, el dengue o la malaria.
La situación es tan grave que el número de personas que muere por enfermedades relacionadas con problemas ameintales es mayor que el de personas desnutridas, destacó Georgieva.
"Esta tendencia se está acelerando", advirtió, y observó que cada año se talan 17 millones de hectáreas de bosques primitivos y que 70 por ciento de los bancos de pesca del planeta son sobreexplotados, lo que provoca un daño irreversible.
Funcionarios del Banco Mundial discutieron la nueva estrategia con ONG, políticos, representantes gubernamentales y empresarios.
Las conversaciones se centraron en la necesidad de respaldar al sector público en la aplicación de las normas ambientales y hacer que el sector privado sea más responsable hacia el ambiente, así como de comprometer a la ciudadanía y la sociedad civil organizada para trabajar en conjunto.
"Se destacó la importancia de trabajar hacia un delicado equilibrio entre esas tres fuerzas, porque solo de esta forma pueden alcanzarse logros concretos para beneficio del ambiente", subrayó Georgieva.
Participantes japoneses de las conversaciones también plantearon la necesidad de equilibrar el crecimiento económico con la protección ambiental, un tema que estuvo presente en todo el proceso.
"La estrategia debe formular pautas claras para que las empresas y las inversiones en general obren en beneficio del ambiente. Solo así podrá considerarse que la estrategia es un avance", concluyó el profesor Kazu sumi, de la Universidad de Niigata. (FIN/IPS/tra-en/sk/js/mlm/dv-en/00