ALIMENTACION-CUERNO DE AFRICA: Sin solución para hambruna anual

Las agencias internacionales reclaman todos los años ayuda para la hambruna que azota cíclicamente a los nueve países del Cuerno de Africa, pero esa contribución no alcanza para lograr una solución permanente.

Este año, la falta de alimento avanzó con rapidez en la región, y ahora amenaza a más de 15 millones de personas, 70 por ciento de las cuales son mujeres y niños. A estas cifra se le deben agregar 2,5 millones de desplazados y refugiados.

"El hecho de que el hambre haya sido identificado como un fenómeno cíclico significa que puede ser previsto y advertido", apunta Mary Omosa, profesora del Instituto de Estudios de Desarrollo de la Universidad de Nairobi.

Mitch Odero, portavoz del Concilio de Iglesias de Africa, recordó que más de 50 organizaciones de socorro que operan en el sur de Sudán concentran su esfuerzo en "aliviar" más que "desarrollar".

"Cada vez que el pueblo de Sudán pide fondos para desarrollo, ellos contestan que solo pueden otorgar socorro para la coyuntura", afirmó.

Los llamados a alimentar a millones de hambrientos son ya una rutina para organizaciones como el Programa Mundial de Alimentación (PMA). Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) procura encontrar una solución permanente al hambre.

Las poblaciones más afectadas este año son las habitadas por pastores, ubicadas en el sur y el este de Etiopía, Somalia y el norte de Kenia, según el PMA.

En ese último país, donde más de 200 personas han muerto desde fines del año pasado como resultado de la hambruna, 2,7 millones se encuentran ahora bajo amenaza.

Shariff Nassir, ministro keniata a cargo de la seguridad alimentaria, había negado la existencia de una hambruna en el norte del país, pero ahora admitió que la nación se encuentra en un "grave peligro" y pidió ayuda a la comunidad internacional.

"Estamos poniendo todo nuestro esfuerzo en comprar tanta comida como podamos. Pero todo está en manos de Dios", dijo a IPS.

Los deseos de Nassir reflejan un cambio de postura respecto del año pasado, cuando rechazó reclamos de la población del este del país, donde más de 90 por ciento de los granjeros obtuvo una muy pobre cosecha tras la sequía.

La situación también se torna difícil en el sur de Sudán —que en 1997 fue testigo de una terrible hambruna—, pues allí se combinan otros factores, como la guerra civil entre los rebeldes del Movimiento de Liberación de los Pueblos de Sudán (SPLM) y el gobierno islámico del norte.

El hambre, que mató a miles de personas en 1997 y 1998, ahora amenaza a unas 40.000 en esa región.

Somalia, que carece de un sistema de gobierno estable, tiene grandes dificultades para pedir a organizaciones internacionales alimento destinado a su población en riesgo, que llega a 1,2 millones de personas.

Etiopía es el país más afectado. Allí la escasez de alimento amenaza de manera directa a más de siete millones de personas, algo que hace recordar los estragos que provocó el hambre en 1984 en todo el Cuerno de Africa.

El regreso de la hambruna a Etiopía, casi dos décadas después, ha revelado el carácter cíclico de las inundaciones y las sequías que, sumadas a la guerra con Eritrea, han sido el azote de la región.

El PMA atribuye la mayor parte del problema a la sequía, pero también al efecto acumulativo de las lluvias y los terremotos, que en los últimos años han erosionado las estrategias de sobrevivencia.

La situación en Etiopía motivó el mes pasado la visita de la directora ejecutiva del PMA, Catherine Bertini.

"El momento en que se presenta la hambruna es crítico pues la gente acababa de enfrentarse con la sequía y de vender sus animales. Todos los mecanismos que tienen los pobladores para enfrentar la situación han sido erosionados", dijo Bertini a los periodistas en Nairobi luego de recorrer la región.

Muchos se preguntan por qué el hambre continúa azotando el Cuerno de Africa si el fenómeno se manifiesta en forma cíclica y, por lo tanto, puede preverse. Además, la región no carece de ayuda de organizaciones internacionales. De hecho, las agencias concentran aquí su atención.

Omosa opinó que la intervención de las agencias no ha sido positiva porque no dieron soluciones definitivas.

Las intervenciones fracasaron en el intento de atacar las raíces del problema, que son la falta de poder adquisitivo y la pobreza, según Omosa.

"La asistencia que se le da a Africa no toca el problema que subyace. ¿Cómo puede ser que el período de sequía de un año mate a tanta gente?", se pregunta.

El ministro de Agricultura de Kenia, Chirs Obura, admitió que la política alimentaria del país, revisada por última vez en 1994 para liberalizar el mercado de granos, es un fracaso. "La producción de alimento ha sido superada por la demanda", dice preocupado.

En un informe titulado "Africa enfrenta el desafío del Siglo XXI", la analista de la FAO Peggy Polk coincide en que la crisis de alimentos y el desafío para asistir a la población es uno de los mayores retos que habrá de enfrentar el continente en los próximos 100 años.

Los esfuerzos para acortar la amplia brecha entre las necesidades de la población y el alimento disponible en Africa subsahariana será determinado por factores tales como la sequía, las enfermedades, las pestes y la falta de tecnología agrícola apropiada, según el informe.

Además de las guerras, agregó Polk, la creciente carga de deuda de más de 300.000 millones de dolares agrava la situación de la región.

"Alcanzar las metas de mejorar el suministro de alimento sólo será posible si la región procura un incremento sustancial de la producción, a través de la tecnología, el desarrollo de sistemas de distribución de agua, de cultivo y de forestación que conserven las propiedades de la tierra y del agua", afirmó. (FIN/IPS/ja/sm/rp/mj/dv/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe