La reducción de las Fuerzas Armadas que propuso una comisión especial en Alemania causó la inesperada inquietud de organizaciones benéficas y religiosas.
La comisión Weizsaecker, llamada así porque fue dirigida por el ex presidente Richard von Weizsaecker, recomendó reducir la cantidad de efectivos en 20 por ciento en un lapso de cinco años, lo cual implica la pérdida de 100.000 puestos de trabajo.
La recomendación es parte de la tendencia de los países europeos de modernizar las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Francia y Gran Bretaña también están transformando sus Fuerzas Armadas para reducirlas y equiparlas mejor para la reacción rápida.
El problema en Alemania es que gran parte de sus Fuerzas Armadas están integradas por reclutas. Aunque la comisión Weizsaeker no recomienda el fin del reclutamiento, la reducción de los mismos tendría serias consecuencias para los servicios sociales en el país.
El servicio civil alternativo, que incluye a aquellos que objetaron al uso de las armas según sus derechos constitucionales, recibió a más de 140.000 jóvenes el año pasado, un tercio de los que fueron convocados.
Esta fue la mayor cantidad desde que la cantidad de objetores de conciencia comenzó a aumentar tras la guerra del Golfo en 1991 y con la reunificación de Alemania.
El servicio civil de las Fuerzas Armadas es fundamental para la labor de numerosos grupos, incluso la Cruz roja y la organización benéfica católica Caritas.
Hogares de ancianos, asilos y hospitales dependen del personal del servicio civil desde que los primeros 340 objetores comenzaron a trabajar en 1961.
"El servicio civil evolucionó hasta convertirse en parte indispensable del sistema de seguridad social del estado", dijo Juergen Gohde, de la organización benéfica Diakonie.
"Los trabajadores civiles llenan el vacío donde se necesita ayuda, que no se puede medir sólo en dinero", según un informe de la ministra de Salud Christine Bergman.
"Tienen tiempo para hablar con los viejos y los enfermos y de mostrar interés por las pequeñas cosas para las cuales los enfermeros remunerados no tienen tiempo", agregó.
Al menos 16 organizaciones que emplean a trabajadores civiles proceden del ministerio de Bergman.
Un grupo de trabajo se formó a raíz de la Comisión Weizsaecker, que incluye a Bergman. Este producirá un informe este año, pero pocos creen que el servicio civil recibirá atención especial.
"No podemos permitir que el servicio civil se destruya de a poco sin acordar los recursos y los programas a largo plazo", dijo Ulrich Schneider, de la Asociación de Grupos Caritativos.
Caritas considera que al menos parte del dinero que el gobierno ahorrará al reducir el número de reclutas se debe reinvertir en los servicios de seguridad social.
En ese lapso, el servicio se puede reconstruir, quizá contratando más voluntarios y también aumentando el personal entrenado profesionalmente.
Pero los políticos señalan que esto es sumamente improbable. Todo lo que se ahorre se invertirá para modernizar los equipos y las armas, aseguran.
"Las organizaciones de caridad y de seguridad social recién comienzan a percatarse del grado en que los servicios sociales están subsidiados por el presupuesto de defensa", dijo un voluntario católico.
Muchas organizaciones comienzan a preguntarse como harán para cubrir la brecha que se producirá cuando el servicio civil de 13 meses de duración se reduzca a 11 meses, ya que el grupo saliente se retirará antes de que llegue el nuevo.
Otras señalan que es importante aprovechar la oportunidad para pensar a largo plazo, cuando se reducirá drásticamente la cantidad de trabajadores civiles.
Caritas solicitó que el gobierno aplique un programa de creación de empleos, dé más incentivos para el trabajo voluntario y cree más puestos de aprendices para que los voluntarios se conviertan en profesionales.
El Partido Verde, que es un socio menor del gobierno de coalición dirigido por socialdemócratas, cree que el servicio social se debe sustituir con más lugares de capacitación y puestos para voluntarios de uno y otro sexo, y que no debe vincularse al servicio militar.
Gran cantidad de legisladores exigen que se ponga fin al reclutamiento y que se sustituya a los reclutas por soldados profesionales.
En la sociedad alemana, que envejece rápidamente, las grandes organizaciones benéficas señalan que el servicio civil ocultó efectivamente a los contribuyentes el costo verdadero de mantener a un estado de bienestar.
"Hay empleos que la mayoría de los alemanes no quieren hacer" y que son cubiertos por los efectivos del servicio social, según Caritas. (FIN/IPS/tra-en/ys/sm/aq/ip/00