YUGOSLAVIA: Uso de uranio agotado por la OTAN preocupa a serbios

Los serbios temen posibles daños a su salud como consecuencia del uso de uranio agotado durante la campaña aérea de la OTAN contra Yugoslavia, el año pasado, hecho que fue confirmado por la propia alianza atlántica.

Pero la OTAN aún "retiene datos cruciales" sobre dónde y cuándo utilizó ese tipo de armas, acusó Pekka Haavisto, ex ministro de Ecología de Finlandia y actual jefe del Grupo de Trabajo de los Balcanes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) explicó que el objetivo de esas armas consistía en penetrar el grueso blindaje de los vehículos militares o escondites subterráneos.

Como resultado, partículas tóxicas y radiactivas contaminaron vastas extensiones de tierra y cursos de agua.

El uso de uranio agotado fue confirmado en una carta del secretario general de la OTAN, George Robertson, al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Kofi Annan.

En la carta, la OTAN incluyó un mapa con las zonas donde supuestamente utilizó las armas con uranio gastado, y admitió haber lanzado 31.000 cartuchos con ese material durante unas 100 misiones en la provincia sureña de Kosovo, desde aviones de combate estadounidenses A-10, explicó Haavisto.

"Lo que queda en duda es si el material también fue utilizado en Serbia y Montenegro y otras áreas", dijo.

Según el mapa de la OTAN, se utilizaron armas con uranio agotado al oeste de la carretera Pec-Djakovica-Prizren, alrededor de la localidad de Klina, cerca de Prizren y al norte de Suva Reka y Urosevac, en Kosovo, todas zonas densamente pobladas.

"La población debió ser protegida y advertida contra los riesgos de intoxicación, especialmente para los niños", señaló Haavisto.

Predrag Polic, profesor de química de la Universidad de Belgrado y miembro del equipo del PNUMA en la capital yugoslava, reveló a IPS que su grupo encontró pruebas del uso de armas con uranio agotado en seis lugares fuera de Kosovo, alrededor de las localidades sureñas serbias de Bujanovac y Vranje y en la localidad adriática de Kotor, en Montenegro.

"Este tipo de uranio tiene escasa radiactividad, pero actúa como cualquier otro metal pesado. Tiene efectos tóxicos y químicos a largo plazo, entra en la cadena alimenticia y permanece en ella mucho tiempo. Si una persona inhala sus partículas, se intoxica", explicó.

Expertos locales del PNUMA discreparon con la afirmación del Pentágono (Departamento de Defensa de Estados Unidos) según la cual 31.000 cartuchos no representan un riesgo significativo para la salud.

Los expertos advirtieron que, además del uranio agotado y sus posibles consecuencias, los ataques aéreos de la OTAN contribuyeron a contaminar toda el área mediante la destrucción de refinerías de petróleo, complejos petroquímicos y fábricas.

Entre el 24 de marzo y el 8 de junio de 1999, al menos 23 plantas petroquímicas, refinerías de petróleo y depósitos de combustible fueron bombardeados por la OTAN, así como otras 121 fábricas con sustancias peligrosas para la salud humana, según cifras del PNUMA y del Ministerio de Ambiente de Yugoslavia.

Como resultado, miles de toneladas de productos químicos altamente tóxicos fueron lanzadas al aire, el suelo y la tierra de este país densamente poblado, con una superficie de 102.173 kilómetros cuadrados y 10 millones de habitantes.

El Grupo de Trabajo de los Balcanes detalló una investigación realizada en la localidad de Pancevo, 15 kilómetros al noreste de Belgrado. Allí, una fábrica de fertilizantes, un complejo petroquímico y una refinería de petróleo fueron bombardeados varias veces.

Las tres instalaciones estaban situadas en un área de ocho kilómetros cuadrados y a solo cientos de metros de los edificios residenciales.

El equipo del PNUMA descubrió que más de 100.000 toneladas de sustancias tóxicas fueron lanzadas a la atmósfera, donde permanecieron durante días, y luego contaminaron el agua y la tierra, informó Srdjan Mikovic, alcalde de Pancevo.

Ocho toneladas de mercurio cayeron en el río Danubio luego del bombardeo del complejo petroquímico, así como dos toneladas de dicloruro de etileno, un fuerte cancerígeno, tras el ataque a la fábrica de fertilizantes.

"Todo esto puede tener consecuencias trágicas. Puede que no sea ahora, pero en los próximos años seguramente aumentarán los casos de cáncer en la zona", advirtió Mikovic.

Otros puntos críticos son la localidad de Novi Sad, en el norte de Serbia, donde la OTAN destruyó una enorme refinería de petróleo; la localidad central de Kragujevac, donde la fábrica de automóviles Zastava fue bombardeada, y la sureña Nis, donde una fábrica de transformadores fue atacada varias veces.

Los análisis de muestras de tierra de esos lugares revelaron rastros de mercurio, piraleno PCB y amianto.

Los PCB, utilizados en combustibles de transformadores, causan cáncer de piel y de hígado, así como esterilidad masculina, y puede transmitirse de madre a hijo mediante la leche.

El bombardeo intenso y reiterado de centrales de energía y transformadores en toda Serbia pudo haber lanzado al aire una peligrosa cantidad de esas sustancias.

"Esta situación es injusta y da miedo", comentó Budimir Babic, presidente del Partido Verde, en una conferencia de prensa en Belgrado.

"La OTAN oculta información sobre el uranio agotado y actúa de manera discriminatoria contra los ciudadanos comunes. Solo hablan del material que usaron en Kosovo, donde sus fuerzas están ahora, pero ¿qué hay sobre el resto?", preguntó. (FIN/IPS/tra-en/vpz/sm/mlm/ip-en-he/00

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