Los habitantes de Venezuela conocieron hoy resultados de una nueva oleada de encuestas sobre el posible desenlace de las elecciones del 28 de mayo, pero los números son divergentes y dificultan los pronósticos sobre la crucial lucha por la Presidencia entre dos antiguos militares golpistas.
Dos estudios divulgados por empresas encuestadoras en medios locales reflejaban este viernes diferencias de cuatro y de 28 puntos entre el presidente Hugo Chávez, que en ambos casos se mantiene en la punta, y su principal retador, Francisco Arias.
La anterior oleada de encuestas, a fines de marzo, presentaba diferencias de 11,4 a 28 puntos entre los candidatos, lo cual ha contribuido a dificultar el seguimiento de la evolución electoral, uno de cuyos principales parámetros es el potencial de aceptación que podría lograr Arias en las próximas semanas.
El 28 de mayo los venezolanos participarán en las elecciones más grandes en la historia del país: elegirán más de 6.000 candidatos, entre presidente, parlamentarios, gobernadores, legisladores regionales, alcaldes, concejales y miembros de las juntas parroquiales.
La meta de este proceso, conocido como "la megaelección", es renovar la institucionalidad venezolana para adaptarla a la nueva Constitución aprobada en diciembre, esgrimida como la herramienta clave para el proceso de cambios políticos impulsado por Chávez, hasta hace poco respaldado por Arias.
Los dos contendores por la Presidencia son militares retirados y alcanzaron notoriedad el 4 de febrero de 1992, cuando encabezaron un fallido golpe de Estado contra el gobierno del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez.
Después de la intentona ambos estuvieron en la cárcel y cuando fueron liberados le dieron continuidad a sus operaciones políticas. Arias terminó a cargo de la Gobernación del importante estado petrolero de Zulia, en el oeste del país, y Chávez lideró el movimiento que lo llevó al poder en febrero de 1999.
La llegada de Chávez implicó el desplazamiento de los partidos tradicionales tras 40 años de hegemonía desde la instauración de la democracia, y Arias parecía de acuerdo con el proceso, hasta que en febrero se unió a otros ex golpistas en las críticas al presidente por considerarlo alejado del "proyecto original".
Arias intenta capitalizar el descontento con el gobierno, se presenta como un gerente y no como militar retirado, lo cual contrasta con la actitud del actual mandatario, quien se autodenomina como "un soldado", y ofrece ponderación frente al discurso de confrontación que caracteriza a Chávez.
Pero su mayor desafío consiste en derrotar la popularidad de Chávez, que a comienzos de este año contaba con cerca de 70 por ciento de respaldo, según las encuestas.
El estudio de la empresa Mercanálisis divulgado este viernes por el diario El Nacional, que da 45 por ciento a Chávez y 41 por ciento a Arias, revelaría un extraordinario avance del candidato retador, si se confirma esa tendencia de aquí a fines de mayo.
En cambio, el Instituto Venezolano de Análisis de Datos, cuyos resultados fueron divulgados por el diario El Universal, le otorgó a Chávez una amplia ventaja: 55,8 por ciento frente a 27,8 por ciento de Arias.
Las dos encuestas han reflejado un bajísimo apoyo para el tercer candidato presidencial, el ex dirigente socialdemócrata y representante del movimiento opositor Encuentro Nacional, Claudio Fermín, a quien le otorgan alrededor de seis por ciento de la intención de voto.
Durante los últimos 20 días se han dado a conocer al menos seis encuestas sobre la situación de la competencia entre Chávez y Arias, quienes hasta hace poco eran "hermanos del alma", un calificativo que quedó rápidamente tapiado por la intensidad de su confrontación.
Arias critica insistentemente al mandatario por la falta de logros económicos y el agravamiento de la inseguridad y el desempleo, los temas más preocupantes para los venezolanos.
Chávez, por su parte, no duda en calificar a su contendor de "traidor", mientras sus seguidores plantean la necesidad de combatir la "contrarrevolución".
El discurso deberá caldearse aún más a partir del 1 de mayo, cuando de acuerdo a lo dispuesto por el Consejo Nacional Electoral (CNE) comience oficialmente la campaña electoral, lo cual además produciría nuevas andanadas de encuestas, algunas de ellas encargadas por las propias organizaciones políticas.
Un directivo del CNE, Eduardo Semtei, trató de gestionar una medida para prohibir las encuestas al menos dos semanas antes de las "megaelecciones", pero su propuesta fue criticada por comentaristas políticos y por las propias encuestadoras, que se opusieron al control de la información.
El CNE, encargado de supervisar el proceso electoral, también rechazó esa posibilidad y manifestó que la publicación de sondeos se realizará de acuerdo con la ley vigente hasta siete días antes de la votación.
Las "megaelecciones" convocarán a unos 11,5 millones de electores, de los cuales, según las dos encuestas divulgadas este viernes, entre ocho y 10 por ciento aún no se habrían definido. (FIN/IPS/lc/ag/ip/00