Los habitantes de Venezuela iniciaron hoy un largo asueto que les permitirá un respiro antes de una de las contiendas electorales más intensas de la historia de este país, destinada a renovar toda la institucionalidad, en una época de grandes antagonismos políticos.
El descarnado debate generado por las elecciones más grandes desde la fundación en 1958 de la democracia venezolana fue sometido a una pausa por la coincidencia de un feriado nacional con la Semana Santa cristiana, que vació las ciudades y silenció los periódicos, que no circularán este jueves ni el viernes.
Pero a partir del lunes ya no habrá descanso hasta los comicios del 28 de mayo, conocidos popularmente como "megaelecciones".
El Consejo Nacional Electoral (CNE) confirmó este miércoles, justo antes del comienzo del asueto, que serán necesarias unas 42 millones de boletas de votación. Unos 11,5 millones de personas están convocadas a sufragar por alguno de los 32.000 candidatos postulados.
Las boletas serán impresas en la ciudad estadounidense de Chicago a un costo de 11 millones de dólares, mientras en Venezuela circulan ocho millones de "gacetas" para informar a los electores la naturaleza del proceso y las opciones a su disposición.
El CNE también informó que, para combatir la tradición de alta abstención de este país, lanzará una campaña de imagen protagonizada por tres de las principales estrellas de las telenovelas locales, que llamarán a ejercer el derecho al voto, destacando la trascendencia del proceso.
Los venezolanos tendrán la oportunidad inédita de votar en un mismo día para elegir presidente, parlamentarios, gobernadores, legisladores regionales, alcaldes, concejales y miembros de las juntas parroquiales, para cubrir un total de 6.324 cargos.
La dimensión de estos comicios fue prevista para renovar la institucionalidad venezolana y adaptarla a la normativa establecida en la nueva Constitución, vigente desde el 30 de diciembre.
La contienda electoral se recalentará después del 1 de mayo, al comenzar oficialmente la campaña. Pero, en la práctica, los llamados a votar y las descalificaciones se adelantaron varias semanas a la fecha prevista y los habitantes del país ya están sumidos en un ambiente de enfrentamiento.
Aunque hay numerosas contiendas regionales y municipales, la mayor batalla es la que libran por la Presidencia el actual mandatario, Hugo Chávez, y el principal desafiante, su ex compañero de aventuras políticas y militares, Francisco Arias.
Chávez y Arias, dos militares retirados que encabezaron un fallido golpe de Estado en 1992, emiten casi a diario declaraciones ampliamente difundidas en los medios de prensa, cuyo contenido principal son los ataques mutuos.
Arias cuestiona la obra del gobierno de Chávez, iniciado en febrero de 1999. Mientras, el presidente, que busca su religitimación bajo la nueva Constitución que él mismo impulsó, califica a su ex compañero de "traidor".
Un nuevo actor, la Iglesia Católica, se incorporó al debate en las últimas semanas, con una declaración en la cual dudaba de la transparencia del proceso y de la composición del CNE, designado por un parlamento de transición dominado por el oficialismo.
Chávez entró en una agria disputa con la Iglesia cuando cuestionó a los obispos y los acusó de estar en contra del proceso de cambios impulsado por su gobierno, porque "pertenecen al régimen anterior", en referencia a los 40 años de gobierno que precedieron su mandato.
Los obispos "sabían que esos presidentes estaban robando al pueblo y los bendecían", dijo Chávez, quien es creyente y practicante católico, pese a que cíclicamente sostiene disputas con miembros de la conferencia episcopal.
En medio de esta disputa, el CNE decidió invitar como observadores a miembros de las diversas organizaciones en competencia para las "megaelecciones", pero eso no ha evitado las críticas en su contra por falta de pluralismo.
El presidente del CNE, Estanislao González, consideró las críticas como el fruto de "una campaña perversa". Otros miembros del organismo electoral han dicho que esa institución aspira a ser juzgada por su transparencia cuando haya concluido el proceso electoral.
Entretanto, ya se han cursado invitaciones a organizaciones de la sociedad civil y a numerosas instituciones internacionales para asistir al proceso electoral.
Los 32.000 candidatos, que desde este lunes se disputarán sin tregua los votos, esperan convertirse a fines de mayo en las primeras autoridades de un país que, según la nueva Constitución, se llama ahora República Bolivariana de Venezuela. (FIN/IPS/lc/ff/ip/00