URUGUAY: Jefe de FFAA destituido por declaraciones apocalípticas

El gobierno de Uruguay destituyó hoy al jefe del estado mayor conjunto de las Fuerzas Armadas, general Manuel Fernández, por afirmar que la guerra contrainsurgente de los años 70 no ha terminado y que los militares volverán al combate.

El ministro de Defensa, Luis Brezzo, informó que Fernández fue arrestado a rigor (incomunicado) en el comando general del Ejército y quedó a disposición de esa cartera hasta nuevo destino.

La destitución de Fernández, dispuesta por el presidente Jorge Batlle, en su calidad de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, fue decidida pocas horas después de que el semanario Búsqueda publicara una entrevista con el general.

"A la larga o a la corta, vamos a tener que pelear de vuelta", porque "ya las cosas están pasando de claro a oscuro", dijo Fernández a Búsqueda.

También afirmó que en Uruguay no hubo "cese de hostilidades", en referencia al combate contra los guerrilleros tupamaros, a quienes los propios militares aseguraron haber derrotado en 1972, un año antes del golpe de Estado que instaló un régimen dictatorial (1973-1985).

Fernández identificó como "enemigos" de las Fuerzas Armadas a maestros y profesores, sindicatos y organizaciones "alineadas con la vieja doctrina marxista leninista". También afirmó que el país está envuelto en el "caos, por lo que hay muy poco para hablar".

Aseguró que los militares no han alterado en los últimos 15 años su oposición a una eventual revisión de lo actuado durante la dictadura y a la investigación del destino de las personas detenidas-desaparecidas en ese período.

Sin embargo, esa afirmación fue desmentida por teniente general retirado Daniel García, ex jefe del Ejército, quien dijo que sería "fantástico" que todos los involucrados en los enfrentamientos de los años 70 "pidieran perdón por los errores cometidos".

Sería muy positivo que todos aquellos que "fueron actores en esos años tristes para la sociedad" pidieran perdón, comentó a IPS García, que estuvo al frente del Ejército en el último tramo del gobierno de Luis Alberto Lacalle (1990-1995).

Así mismo, consideró "perfecto" que Batlle pidiera disculpas en nombre del Estado por los "excesos' cometidos por los militares en esos años.

Los comentarios de García fueron valorados como un dato importante del cambio de actitud de buena parte de los militares por el presidente de la Comisión de Defensa del Senado, Eleuterio Fernández Huidobro, del Encuentro Progresista-Frente Amplio.

Fernández Huidobro, uno de los líderes históricos de los tupamaros, dijo a IPS que la "rápida y contundente" sanción impuesta a Fernández es también una muestra de que el nuevo gobierno, de Batlle, está dispuesto a abortar indisciplinas militares.

"Es muy positivo lo hecho por Batlle en este tema, muy diferente a la actitud que tenía (su predecesor Julio María) Sanguinetti", señaló.

El legislador izquierdista coincidió con García respecto de que todos los involucrados en los sangrientos hechos del pasado deben asumir sus responsabilidades.

"El propio presidente Batlle inició este camino en su discurso inaugural ante el parlamento, al decir que todos somos responsables de los enfrentamientos del pasado, mirando a quienes lo redeaban en ese momento, como dirigentes de todos los partidos políticos, militares y autoridades internacionales", destacó Fernández Huidobro.

"Es fácil pedir perdón, lo difícil es concederlo, y muchos estaremos en esta última encrucijada en el futuro cercano", agregó.

En su alocución ante el Congreso el 1 de marzo, al recibir la banda presidencial, Batlle se comprometió a generar el clima propicio para "sellar la paz" entre los uruguayos, pautando la principal diferencia con Sangunetti, ambos del mismo tradicional Partido Colorado.

Esa inclinación a atender el reclamo de los familiares de las víctimas de la dictadura, que inisten en conocer el destino de unoss 150 desaparecidos, la mayoría en Argentina, se concretó el 31 de marzo, al anunciarse la aparición de la nieta del poeta argentino Juan Gelman.

De esta forma se confirmaba la denuncia de Gelman de que su familiar había nacido en un hospital militar en Montevideo, luego de que su madre, María Claudia García Irureta Goyenta, fuera apresada en Buenos Aires y trasladada a este país en el marco del Plan Cóndor, coordinación represiva de las dictaduras del Cono Sur de América.

El anuncio de Batlle y Gelman generó expectativas en organizaciones humanitarias y sectores políticos de izquierda.

También García dijo a IPS estar "lleno de alegría" por la aparición de la nieta de Gelman, pero puso en duda la posibilidad de llegarse a saber el destino de los adultos desaparecidos, porque es "muy difícil que algún militar se anime a brindar datos".

El ex jefe del Ejército entiende que sus colegas pueden sentir temor de que un gesto en ese sentido no sea reconocido por la sociedad y, por el contrario, pueda ser víctima de persecución. (FIN/IPS/dm/ff/ip/00

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