Alejandro Toledo, principal candidato opositor a la Presidencia en las elecciones del domingo en Perú, advirtió hoy a las autoridades que desconocería el resultado oficial si determinaba la reelección de Alberto Fujimori en la primera vuelta.
Toledo lanzó su alerta este martes, y hasta entonces la Oficina Nacional de Procesos Electorales había difundido el escrutinio de 86 por ciento de la votación, que asigna a Fujimori 49,8 por ciento de los sufragios, a muy corta distancia de la mitad más uno requerido para ganar en primera ronda.
"Estamos seguros de que, a pesar de que las encuestas no le dan a Fujimori mas de 48 por ciento, están a punto de proclamar que obtuvo mas del 50 por ciento, para proclamarlo ganador en primera ronda", afirmó.
"Hemos decidido no reconocer los resultados si éstos no incluyen una segunda vuelta, que tendrá que desarrollarse en nuevas condiciones de mayor transparencia y equidad", expresó Toledo.
En los comicios del domingo, Toledo alcanzó el segundo lugar, con 41 por ciento de los votos, según las encuestas de tres empresas independientes y la organización no gubernamental Transparencia. Fujimori, por su parte, consiguió 48 por ciento de los sufragios.
Un portavoz del Departamento de Estado (cancillería) estadounidense reiteró a IPS la "gran inquietud" de Washington respecto de "las informaciones contradictorias sobre el resultado de las elecciones".
La fuente de Washington manifestó su contrariedad porque "las primeras cifras divulgadas por las autoridades del gobierno ubican al presidente Fujimori en un lugar más favorable que lo indicado por observadores independientes".
"Las conclusiones de observadores se basan en muestras estadísticamente confiables tomadas por la respetada organización no gubernamental peruana Transparencia y por tres compañías encuestadoras peruanas", agregó.
El adversario de Fujimori invitó públicamente a Fujimori, quien se postula a ser reelegido por un tercer periodo consecutivo, a conversar en procura de una solución pacifica, para evitar desbordes populares violentos.
"Estamos tratando de contener un desborde popular. No queremos violencia, pero podemos decirles que en ocho ciudades hay movilizaciones preparadas, que esperan una orden para expresar con energía el descontento popular", dijo en conferencia de prensa.
Toledo estaba acompañado por cinco de los restantes siete candidatos opositores a la Presidencia, Victor García Belaunde (0,4 por ciento de los votos), Alberto Andrade (3,2 por ciento) Luis Castañeda (2,1 por ciento), Máximo San Roman (0,2 por ciento) y Abel Salinas (1,5 por ciento).
Los cinco se manifestaron de acuerdo en desconocer los resultados electorales si consagraban el triunfo de Fujimori en la primera vuelta.
Al finalizar la conferencia de prensa, Toledo anunció que "en la puerta de este edificio (el hotel Sheraton) hay unos 4.000 manifestantes dispuestos a demostrar su rechazo a un proceso electoral viciado por graves irregularidades".
Unas 3.00 personas, la mayoría estudiantes, realizaban entonces una manifestación contra el "fraude del Chino", en alusión al presidente Fujimori, de ascendencia japonesa.
Toledo salió luego al balcón del hotel para "rendir tributo a los jóvenes que no claudican", y pidió a los manifestantes "mantener viva la terquedad democrática para defender la voluntad del pueblo"
La fuente consultada por IPS en Washington anunció que funcionarios estadounidenses coordinarán "con observadores de la OEA, Transparencia y otros para evaluar la credibilidad del proceso".
El portavoz del Departamento de Estado se negó, de todos modos, a afirmar que las elecciones hubieran sido fraudulentas. "No podemos tomar decisiones definitivas hasta que se sepa el resultado final", dijo en tal sentido.
"Si se documenta el fraude, el gobierno de Perú se enfrentará con un gran desafío para restaurar su credibilidad con el pueblo de Perú y frente a su posición ante la comunidad democrática internacional y el gobierno de Estados Unidos", concluyó.
El resultado calculado por Transparencia y tres empresas encuestadoras a la salida de los circuitos electorales obligaría a dirimir la Presidencia en una segunda ronda, que debe realizarse en los 30 días siguientes a la proclamación de los dos candidatos más votados por parte de las autoridades.
Toledo insistió en su rechazo a la violencia en caso de que la Oficina Nacional de Procesos Electorales determine el triunfo de Fujimori en la primera vuelta, pero reiteró que era "previsible que la ciudadanía se movilice para impedir que burlen sus derechos electorales".
"No puedo revelar nuestros planes de contigencia. Todavía esperamos que las autoridades elijan el camino de la cordura, porque el país esta polarizado, caminando al borde de la navaja y a un paso del caos", sostuvo el candidato opositor.
Toledo dijo que su organización convocaría "noches de vigilia" para "aguardar masivamente la decisión de las autoridades electorales".
También declaró haber recibido manifestaciones reservadas de desacuerdo con las supuestas irregularidades electorales por parte de militares.
"Esas irregularidades figuran en los informes difundidos por la misión de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), la organización no gubernamental Transparencia y la Defensoría del Pueblo", precisó Toledo.
Carlos Ferrero, compañero de fórmula de Toledo, afirmó que la campaña de Fujimori apeló a recursos públicos y que, en cambio, los candidatos opositores carecieron de acceso a la televisión abierta, lo cual, a su juicio, restó legitimidad al proceso electoral.
También afirmó que no se permitió a los observadores el acceso al sistema de computación electrónica de votos y la falsificación de firmas en la inscripción de uno de los partidos que respaldan la candidatura de Fujimori.
Hay incertidumbre sobre los próximos pasos de Toledo. Los partidos que respaldan al candidato opositor se han declarado en "sesión permanente".
"Toledo no precisa si está dispuesto a promover una campaña de agitación callejera, como en algunos momentos parece proponer cuando dice que hay movilizaciones preparadas en Lima y varias ciudades", comentó al respecto el periodista Raúl Escalante.
"Otra alternativa sería que los 54 parlamentarios electos del partido de Toledo y de los cinco partidos que lo apoyan no acepten sus nombramientos y no asistan a la instalación del nuevo Congreso (legislativo) el 28 de julio", añadió Escalante.
Sobre esta vía de acción, Toledo se negó a pronunciarse. "Todavía no hemos incluido este asunto en nuestra coordinación con los partidos democráticos que nos acompañan", dijo. (FIN/IPS/al/mj/ip/00