El derrocado primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, fue condenado hoy a prisión perpetua por "secuestro y terrorismo", pero la defensa ya anunció que apelará el veredicto.
La sentencia evitó la pena de muerte solicitada por la fiscalía y absolvió al ex mandatario de otros dos cargos de secuestro e intento de asesinato.
Sharif fue acusado de piratería aérea por tratar de impedir el pasado octubre el aterrizaje en Karachi de un avión que traía de regreso a este país al jefe de las fuerzas armadas, el general Pervez Musharraf. Horas antes, Sharif había ordenado la sustitución de Musharraf por otro militar.
El avión finalmente pudo aterrizar cuando el ejército tomó control del aeropuerto, y posteriormente Musharraf derrocó a Sharif.
Sharif se defendió arguyendo que solo trataba de impedir un golpe de Estado, que él consideraba inminente, y explicó que ordenó la destitución de Musharraf porque había comenzado a involucrarse en política.
Pero el juez Rehemetullah Hussein Jafri, presidente del tribunal anti-terrorismo creado por el propio Sharif, condenó al ex primer ministro a dos cadenas perpetuas.
"Obviamente, vamos a apelar este veredicto dentro de siete días", declaró a la prensa Haleem Siddiqi, miembro de la Liga Musulmana de Pakistán, liderada por Sharif.
Pero la Liga no planea organizar ninguna protesta pese a las exhortaciones de la esposa de Sharif, Julsoom Sharif.
"El partido no tiene planes de confrontar al ejército, y estamos seguros de que la señora Sharif acatará la decisión partidaria", declaró un portavoz de la Liga.
Analistas de Karachi, Rawalpindi y Lahore habían pronosticado que Sharif sería hallado culpable pero escaparía a la horca, especialmente luego de la visita del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Durante una breve parada en Islamabad como conclusión de su gira por Asia meridional, el mes pasado, Clinton advirtió que la ejecución de Sharif perjudicaría la imagen internacional de Pakistán.
"En el exterior existe la idea de que los tribunales aquí no son libres y justos… Una sentencia de muerte reafirmaría esa idea", previno el presidente en la capital paquistaní.
Sharif fue afortunado, considerando que hace 21 años Zulifqar Alí Bhutto, otro primer ministro derrocado en un golpe militar, fue ejecutado en la horca pese a los pedidos de clemencia de líderes de todo el mundo.
Tras el veredicto, un portavoz del gobierno militar declaró a la prensa que el juicio fue "probablemente el más transparente de la historia del país" y "una prueba de la independencia del Poder Judicial en Pakistán".
Sharif también está acusado de corrupción, evasión fiscal, lavado de dinero y otros delitos a los que Musharraf atribuye el actual caos de la economía nacional. (FIN/IPS/tra-en/ni/rdr/mlm/ip/00