La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el mayor centro estatal de estudios superiores de América Latina, lleva un año atrapada en una espiral de conflictos entre estudiantes y autoridades, cuyo eje es el concepto de gratuidad de la enseñanza.
Más de 3.000 policías armados de escudos y toletes ingresaron a la UNAM el sábado, a pedido de sus propias autoridades, que temen que jóvenes rebeldes desencaden una nueva huelga, tras la que comenzó el 20 de abril del año pasado y finalizó en enero también con la intervención de la policía.
Porque si bien las clases se reanudaron, los conflictos internos impiden que las autoridades logren un diálogo con los dirigentes estudiantiles, que según encuestas tienen escaso apoyo de la población, de sus compañeros y los partidos políticos.
Transformado en "un problema de Estado", según el gobierno, el conflicto de la UNAM pone en juego el proyecto de universidad pública, el viejo concepto de autonomía universitaria y el futuro de cientos de jóvenes egresados que no consiguen empleo.
De los más de 300.000 estudiantes que tiene la UNAM, menos de cinco por ciento egresa cada año. Para los que logran terminar sus estudios es difícil conseguir un puesto en el mercado laboral, donde se prefiere a graduados de universidades privadas, de acuerdo a testimonios de empresarios locales.
El 70 por ciento de los egresados de las universidades públicas en América Latina nunca van a encontrar un puesto en el área que estudiaron, apunta una investigación de la Unión de Universidades de América Latina, difundida en octubre.
Todo intento de diálogo en la UNAM ha chocado con acusaciones seguidas de marchas y protestas del llamado Consejo General de Huelga, que dice enarbolar la bandera de una universidad "por y para el pueblo".
La intervención de la policía en enero, cuando permaneció en los edificios de la UNAM menos de una semana, y la actual, que terminará el domingo 23, es una afrenta a la autonomía universitaria y demuestra el carácter autoritario de la rectoría, sostiene el Consejo General de Huelga.
El aumento de las cuotas de ingreso, por el que se originó el conflicto, fue derogado, y las autoriadades que lo impulsaron renunciaron, pero el Consejo demanda una profunda reforma de la UNAM y la liberación de los detenidos, y advirtió que mientras "no termine la represión" seguirá en actividad.
De los más de 600 estudiantes que fueron detenidos en enero, cuando la policía tomó las instalaciones de la UNAM, tres siguen en la cárcel acusados de robo y despojo.
Para reformar los programas de estudio de la UNAM y sus formas de gobierno, las autoridades universitarias prometen realizar un congreso democrático, pero aunque el Consejo General de Huelga comparte esa estrategia, afirma que los sectores neoliberales tendrán mayoría, por lo que podría boicotear esa iniciativa.
La nueva intervención policial, que tiene la orden de resguardar las instalaciones universitarias durante las vacaciones de Semana Santa avivó el conflicto, al punto que el sindicato de trabajadores de la UNAM amenazó con declarar una huelga por la violación de la autonomía.
El conflicto universitario, el más largo y costoso que haya enfrentado la UNAM en su historia, ha dejado pérdidas de más de 70 millones de dólares, investigaciones frustradas y una clara división interna.
El Rectorado de la UNAM realizó en enero un plebiscito para que estudiantes, profesores y trabajadores se pronunciaran sobre las protestas del Consejo General de Huelga. Una abrumadora mayoría votó contra las protestas y pidió la normalización de actividades.
Pero para los jóvenes huelguistas el plebiscito fue fraudulento y no merece mayor atención.
El Rectorado de la UNAM indicó que sigue abierto al diálogo con el Consejo General de Huelga, pero con la condición de que renuncie a las acciones violentas y haga explícita la promesa de no relanzar la huelga.
Para celebrar el primer aniversario de la huelga, el Consejo organizó un congreso estudiantil nacional con invitados extranjeros. Entre este jueves 20 y el lunes 24 los jóvenes discutirán sobre educación gratuita, globalización y neoliberalismo. (FIN/IPS/dc/ag/ip ed/00
