LIBANO: Interrogantes ante posible retirada israelí

La perspectiva de una retirada de Líbano de las tropas israelíes este verano (boreal), según prometió el primer ministro de Israel, Ehud Barak, hace temer que los conflictos armados se agraven en vez de cesar.

Uno de los escenarios posibles de enfrentamientos es la aldea meridional de At-Tiri, donde el tiempo parece haberse detenido desde 1987, cuando el último auto circuló por la polvorienta calle principal.

La aldea, situada entre el área ocupada por Israel y lo que, por oposición, se denomina "Líbano libre", carece de teléfonos o comercios, y sólo quedan en ella 73 habitantes de edad avanzada. Antes de la invasión israelí de 1978 había 7.500.

Sus vecinos más cercanos son dos destacamentos del Ejército del Sur de Líbano (SLA), aliado de Israel en la zona, y un puesto de las Fuerzas Transitorias de las Naciones Unidas en Líbano (UNIFIL).

Las Fuerzas Transitorias, enviadas tras la invasión israelí, han permanecido en Líbano durante 22 años.

Su misión original fue garantizar el cumplimiento de la resolución 425 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), votada en 1978, que ordenó "el inmediato cese de la actividad militar israelí y su retirada de todos los territorios libaneses", pero esa retirada aún no se ha producido.

"Este es un cementerio para los vivos. Esperamos que haya un acuerdo de paz y una total retirada israelí. Sólo entonces todo estará bien", declaró Alí Faqih, el alcalde de At-Tiri, quien tiene 78 años de edad.

Se piensa que Israel podría retirarse el 7 de julio, cumpliendo la promesa de Barak durante su campaña electoral, pero muchos temen que se desaten graves enfrentamientos con participación de soldados israelíes, el SLA, la UNIFIL y el grupo guerrillero Hezbollah, que lucha contra la ocupación.

El comandante de la UNIFIL, Kofi Obeng, viajó el domingo a Nueva York para reunirse con el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, y discutir la situación en Líbano y las necesidades de la fuerza a su cargo.

Obeng fue acompañado por el portavoz de UNIFIL, Timor Goksel, quien ha estado con esa fuerza desde que fue enviada a Líbano.

"Hasta que nos digan que no tenemos un papel, debemos presumir que lo tenemos", declaró Goksel a IPS.

"En 1978, nuestra misión fue verificar la retirada israelí y hacernos cargo de esta parte del país, convertirla en un área pacífica y entregarla a las autoridades libanesas. No ocurrió nada de eso", explicó.

La UNIFIL no cuenta con todos los elementos necesarios para definir su estrategia, ya que no se conoce ningún detalle sobre las características de la retirada prometida por Barak.

"Hemos esperado 22 años para cumplir nuestra misión, pero si no sabemos qué área debemos cubrir, ni con qué tipo de apoyo o cooperación de las autoridades locales vamos a contar, tenemos un problema concreto de planificación", señaló Goksel.

El canciller de Israel, David Levy, trató de lograr apoyo para la formación de una fuerza multinacional de mantenimiento de la paz en Líbano, pero el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, convenció a Israel de postergar esa iniciativa hasta que se sepa qué rumbo toman sus negociaciones de paz con Siria.

"El secretario general (de la ONU) no dará pasos formales antes de que haya una notificación formal del gobierno israelí vinculada con una posible evacuación del sur de Líbano", declaró la semana pasada en Beirut el enviado del foro mundial para Medio Oriente, Terje Roed-Larsen.

Los observadores especulan con varias modalidades posibles de retirada israelí.

La mejor hipótesis es que la retirada se produzca en el marco de un acuerdo de Israel con Siria y Líbano, pero Barak declaró que queda poco optimismo sobre la posibilidad de una paz con Siria, antes de partir desde Israel para analizar con Clinton la marcha del proceso de paz.

El domingo, cuatro libaneses y dos milicianos del SLA resultaron heridos en un enfrentamiento.

Israel también podría retirarse sin que haya un acuerdo con Líbano y Siria, y esto podría ser un problema para Damasco.

Siria aprovecha la actividad de Hezbollah como un elemento de presión para que Israel le devuelva las Alturas del Golan, ocupadas desde la guerra árabe-israelí de 1967.

La tercera posibilidad es que no haya acuerdo y Barak decida mantener cuatro puestos militares de avanzada en la frontera con Líbano.

La UNIFIL informó que no se desplegará en las áreas desocupadas por Israel si la retirada no es completa, para no verse atrapada en el fuego cruzado de los israelíes y Hezbollah, que juró continuar la lucha hasta que el último soldado de Israel se marche.

Otro problema es la posibilidad de que continúe la actividad militar del SLA, cuyo comandante, Antoine Lahd, afirmó la semana pasada, en una conferencia de prensa realizada en Israel que el grupo, integrado por unos 2.500 combatientes, mantendrán sus posiciones aun después de una retirada israelí.

"Si eso es real, es muy peligroso. Puede llevar a una guerra civil (entre Hezbollah y el SLA) que los libaneses no desean", opinó Goksel.

La semana pasada, la prensa israelí informó que se han otorgado al SLA 175 millones de dólares por concepto de indemnizaciones, y afirmó que cientos de personas se presentaron en forma voluntaria para enrolarse en la milicia.

Sin embargo, se informó también que están en marcha preparativos para que 800 familias de miembros del SLA "puedan volver a salvo a Líbano tras la retirada", y que el costo de esos preparativos es superior a 50 millones de dólares.

El presidente libanés Emile Lahoud envió un memorando a Annan por medio de Larsen, para preguntarle si la fuerza de la UNIFIL está lista para desarmar a los palestinos que aún están en campamentos en Líbano, y podrían lanzar ataques contra Israel despues de su retirada.

A comienzos de este mes, Lahoud advirtió que Líbano no sería responsable de acciones armadas palestinas.

En la actualidad hay unos 350.000 palestinos en territorio libanés.

En los primeros años de actividad de UNIFIL, sus patrullas interceptaban a menudo a guerrilleros palestinos que atacaban a Israel desde Líbano, pero en la actualidad la fuerza de la ONU no intefiere con las actividades de Hezbollah contra los israelíes.

"Hezbollah cuenta con reconocimiento internacional y de Beirut como responsable de liberar el sur de Líbano", explicó Tony Kiely, oficial de información del batallón irlandés de la UNIFIL.

Con el paso de los años, la UNIFIL se ha dedicado cada vez más a tareas de índole humanitaria, como brindar asistencia médica y a veces víveres a los residentes en su área de operaciones, además de mucho apoyo moral. La fuerza de la ONU tuvo 234 bajas desde 1978.

"Si no fuera por ellos, no quedaría nadie en esta aldea. Nos gustaría que se quedaran para siempre, ya no como soldados de la paz sino también como amigos", declaró Zaynab Fiay, un habitante de At-Tiri de 60 años de edad.

El memorando de Lahoud fue considerado poco realista por muchos.

"Los libaneses han encontrado la manera de decir 'no' a nuestra retirada en nombre de los sirios. Pero la única alternativa está planteada entre un acuerdo y una situación de guerra", declaró el viceministro israelí de Defensa, Efraím Sneh. (FIN/IPS/tra-eng/kg/sm/ego/mp/ip/00)

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