/Integración y Desarrollo/ DESARROLLO: Africa exige más voz en FMI y Banco Mundial

Representantes de Africa presentes en la reunión anual conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial en esta capital sostuvieron que el continente debe tener más peso en las decisiones de ambas instituciones.

Aunque representa 25 por ciento de los 182 países miembros del FMI, Africa sólo controla cinco por ciento de los votos en la institución, una situación que debe cambiar, según los representantes africanos.

"La voz del continente se debe incrementar porque muchos de sus países usan recursos del FMI", declaró Linah Moholo, presidente del Banco Central de Botswana.

"No son sólo los países del mundo industrializado que proporcionan recursos al FMI, también hay países en Africa que lo hacen", dijo el representante de Botswana, una de las economías africanas más fuertes.

El Banco Mundial y el FMI se reunieron entre el dia 11 y el lunes en Washington para celebrar su reunión anual de primavera (boreal), entre otras cosas para determinar cómo pueden transferir "recursos reales" a los países en desarrollo.

Las reuniones se caracterizaron por las protestas de activistas que acusan al Banco Mundial y al FMI de favorecer a los países ricos y fomentar la pobreza en el Sur en desarrollo. La policía de Washington detuvo a casi un centenar de activistas este lunes que protestaban cerca del edificio donde se celebran las sesiones.

Las reuniones comprenden principalmente a dos comités internos: el Comité Monetario y Financiero Internacional y el Comité de Desarrollo, conocidos oficialmente como el Comité Ministerial Conjunto de la Junta de Directores de ambas instituciones.

Uno de los temas recurrentes este año es la reforma de los dos organismos creados en Bretton Woods tras la segunda guerra mundial para que apliquen políticas más democráticas y transparentes. Algunos grupos incluso exigen su eliminación.

Los países en desarrollo se quejan porque mientras el Grupo de Siete (G-7) países más industrializados más el resto de la Unión Europea sólo representan 14 por ciento de la población mundial, cuentan con 56 por ciento de los votos en el FMI.

Por el sistema actual, los votos del FMI son proporcionales a cuotas que a su vez están vinculadas con el peso del país en la economía mundial.

"El FMI… es una institución financiera que comprende acreedores que dictan las condiciones de préstamo y deudores que aceptan dichas condiciones", señaló la organización benéfica Oxfam en un comunicado de prensa.

También existe la percepción en muchos países en desarrollo de que el FMI sufre de la excesiva influencia de Estados Unidos.

"Aunque es inevitable que el mayor accionista tenga mayor peso que los demás, limitar el voto de los países a 10 por ciento del total ayudaría a corregir el desequilibrio actual", según Oxfam.

"Las últimas medidas adoptadas para lograr una estructura más participativa no funcionaron. Por ejemplo, la iniciativa para crear un Grupo de 20 economías sistemáticamente significativas en el Comité Interino aún deja a los países más pobres sin una voz efectiva y no es claro si los países del G-20 tienen una voz efectiva en las estrategias de desarrollo del FMI", agregó.

El G-20 es un mecanismo informal que tuvo su reunión inaugural en Berlín en diciembre.

Los países africanos también expresaron su inquietud por el Informe Meltzer, divulgado el mes pasado en el Congreso de Estados Unidos, que recomendó que el FMI se convierta en un prestamista de última instancia y que, aun así, sólo proporcione dinero a los países por un lapso inferior a 120 días.

El estudio, encargado por el Congreso el año pasado y dirigido por Alan Meltzer, profesor de la Universidad Carnegie Mellon, propone que el FMI sólo preste a aquellos países financieramente viables y que cobre tasas de interés en sanción.

El Informe Meltzer también sostiene que, en lugar de promover el crecimiento económico, el FMI institucionaliza la parálisis económica y que la reducción de la pobreza no es algo que competa al Banco Mundial.

Agrega que la labor de ambos organismos es dominada por la influencia de las principales instituciones económicas del G-7 y, en el caso del FMI, de Washington.

El ministro de Finanzas de Costa de Marfil, N'golo Coulibaly, declaró que un informe de tal relevancia no se debería haber escrito sin haber consultado a los países africanos, o sea el grupo que más perdería con la reducción de las funciones del Banco Mundial y del FMI.(FIN/IPS/tra-en/gm/da/aq/dv/00

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