Ministros de Argentina y Brasil anunciaron en esta capital el inicio de una nueva etapa en las relaciones bilaterales y en la región, caracterizada por una aceleración de la convergencia macroeconómica y por la derivación de los conflictos comerciales al ámbito privado.
Los ministros de Economía, Defensa y Relaciones Exteriores de ambos países concluyeron el viernes dos días de reuniones con la firma de la Declaración de Buenos Aires, en que se comprometen a avanzar con medidas concretas hacia la convergencia, fijando metas parciales para septiembre y marzo de 2001.
"Esta declaración es un hito en la relación bilateral y regional. Estamos en un punto de inflexión, pasando de una etapa caracterizada por diferencias evidentes a una de relanzamiento de la relación entre ambos países y en el Mercosur", destacó el canciller argentino Adalberto Rodríguez Giavarini.
Desde que Fernando de la Rúa asumió el gobierno de Argentina, en diciembre, se procura un nuevo entendimiento entre los dos países que representan más de 90 por ciento del producto y la población del Mercosur (Mercado Común del Sur), tras un periodo signado por los conflictos comerciales de sectores privados.
Las principales divergencias habían surgido con la devaluación de la moneda brasileña, el real, en enero de 1999. Empresarios argentinos consideraban que esa medida restaba competitividad a la producción local, que quedaba en desventaja respecto de la producción brasileña y encarecida para su mercado.
Decididos a superar esa etapa, los dos socios mayores del bloque, que también integran Uruguay y Paraguay, trataron en dos días una agenda "amplia y abierta, sin temas a no tratar", según Rodríguez. El clima del encuentro fue calificado por todos como de "fraternidad", "amistad" y "cordialidad".
El ministro de Economía de Argentina, José Luis Machinea, anunció que los dos gobiernos estimularán la cooperación en el sector privado de ambos países, que podría resultar en acuerdos, y los estados se limitarán luego a "monitorear" los acuerdos mediante un mecanismo que será anunciado a más tardar en junio.
"La idea es que las disputas comerciales no nos hagan perder de vista el proyecto estratégico", admitió Machinea, y explicó que en la medida en que se puedan "encapsular algunos problemas" se podrá avanzar en temas "relevantes" como los que atañen a la coordinación macroeconómica.
A su turno en la conferencia de prensa, el canciller brasileño Luiz Lampreia coincidió con el estado "excelente" que atraviesan las relaciones entre ambos países, aseguró que la coincidencia es "muy amplia" en diversos temas y confió en que las diferencias que persisten son "perfectamente manejables".
"Estamos en el inicio de una nueva etapa, y haremos todo lo que sea necesario para relanzar el Mercosur", definió el brasileño, quien ratificó además el objetivo de su país de "ir llegando progresivamente a un mercado único en el Mercosur, con libre circulación de bienes, capitales y personas".
Lampreia añadió que "eventualmente", al final del proceso, puede haber una moneda común, una política externa común y una política de defensa única.
Si bien no participaron de la conferencia de prensa, y mantuvieron reuniones por separado, los ministros de Defensa de Argentina, Ricardo López Murphy, y Brasil, Gerardo Maguela Quintao, también estuvieron reunidos con el objetivo de tender a políticas comunes.
Los funcionarios trataron asuntos vinculados al comercio y a la infraestructura, estudiaron la posibilidad de considerar en el mediano plazo como ventas internas las que se realicen a países del bloque regional y fijaron un cronograma para la convergencia macroeconómica, comenzando por la medición de los índices.
En este sentido, Machinea y su par de Brasil, Pedro Malán, coincidieron en que para setiembre se publicarán estadísticas comparadas de ambos países, tales como índices de precios, balance fiscal y distintas mediciones de la deuda externa.
Machinea adelantó que antes de fines de junio, cuando termina la presidencia pro tempore de Argentina en el Mercosur, se realizará también en Buenos Aires una reunión de ministros de Economía y presidentes de bancos centrales de los cuatro socios, más de Bolivia y Chile, para sumar a todos a esta iniciativa.
El debate sobre los acuerdos entre sectores privados y el grado de intervención de los gobiernos en ese terreno fue controvertido, según trascendió en la reunión. Del mismo modo, la propuesta argentina de crear tribunales "permanentes" para dirimir controversias no contó con el apoyo brasileño.
Actualmente, existen tribunales "ad hoc", es decir que se constituyen para resolver disputas comerciales sobre bienes que intercambian los dos países.
Los ministros procuraron minimizar esas diferencias en su diálogo con la prensa. Rodriguez consideró que Argentina propondrá que haya 'árbitros" con cierta permanencia en las materias para ir sentando jurisprudencia, y también comentó la posibilidad de intriducir instancias de mediación independiente.
Lampreia explicó que el principio básico en el que están de acuerdo es en que debe haber un tribunal para las controversias "de todo lo pactado". "Brasil cree que, para los temas pactados, este mecanismo es suficiente, aunque se lo podría hacer más ágil y con las formas de mediación", dijo.
Pero, aclaró, tampoco se oponen rotundamente a que exista la posibilidad, en un futuro, de tener un tribunal permanente con las características que planteó Argentina.
Finalmente, los ministros destacaron que el Mercosur, aun con sus dificultades, demostró ser un éxito, porque no sólo permitió cuadruplicar el comercio entre los socios en los 90, sino que no significó un desvío de comercio.
"Problemas hubo, hay y habrá en el futuro, pero estamos avanzando a través de un diálogo serio que hoy existe, para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias que nos permitan avanzar", finalizó Malán. (FIN/IPS/mv/mj/ip if/00