El gobernante partido Pasok y el opositor y conservador Nueva Democracia, de Grecia, se proyectan como grupos de centro anclados en la Unión Europa (UE) en la carrera hacia las elecciones nacionales, el domingo 9.
O, como se comenta a nivel popular, ambos partidos buscan el centro y en el proceso sus programas y promesas se volvieron muy similares.
Hace apenas 10 años, la situación era muy diferente. La izquierda y la derecha se enfrentaban en una lucha sin cuartel y evocaban memorias de una distante guerra civil, la Junta de Coroneles a fines de los años 60, la restauración de la democracia en 1974, y un período de nivelación social bajo el líder socialista Andreas Papandreu, tan amado como detestado.
La actual campaña electoral es la más reñida desde 1974. Tanto Pasok, del primer ministro Costas Simitis, como Nueva Democracia, de Costas Karamanlis, figuran en las encuestas con cerca de 35 por ciento de los votos.
Ambos partidos no solo buscan el centro, sino también el voto de los indecisos que puedan haberse alejado de ellos en los últimos años, y de unos 600.000 jóvenes que sufragarán por primera vez en una elección nacional.
También es la campaña menos griega de los últimos tiempos, por su falta de pasión. Sí hay actos públicos donde se ondean banderas y se pronuncian los habituales discursos políticos, pero éstos son casi predecibles, y a diferencia del pasado, no contienen ninguna acusación removedora.
Hace dos semanas, muchos pensaron que fuerzas oscuras estaban operando, cuando el índice principal de la bolsa de valores de Atenas cayó en picada tras haber subido a un nivel récord el pasado verano boreal. Hubo manifestaciones y acusaciones.
Pero empresas y bancos estatales compraron acciones de inmediato para hacer aumentar sus precios, que lentamente se recuperaron luego de una corrección.
Hace 10 años, no había ninguna bolsa que afectase el resultado electoral.
Ahora, se descubrió que grandes inversores extranjeros intentaron deprimir el mercado para comprar acciones a bajo precio, anticipándose a una reforma postelectoral de Morgan Stanley, dado que Grecia satisfizo los requisitos de la UE para incorporarse a la Unión Monetaria Europea el próximo enero.
Fue ese logro el que decidió a Simitis a convocar a elecciones cinco meses antes de la fecha prevista, demostrando la distancia que Grecia recorrió en los últimos 10 años, al celebrar comicios en base a consideraciones de la UE, algo que muchos critican por ser "poco griego".
De hecho, la acusación más fuerte que hizo Pasok contra Nueva Democracia es que una victoria de los conservadores provocaría el caos económico. A la vez, Nueva Democracia intenta presentar a Pasok como una fuerza que se volvió obsoleta luego de gobernar 16 de los últimos 19 años.
Los dos principales candidatos se enfrentaron la semana pasada en un supuesto debate televisivo, pero éste no interesó mucho al público, porque las preguntas eran preseleccionadas y en realidad no hubo debate alguno. Ambas partes se atribuyeron la "victoria".
A diferencia de campañas anteriores, casi no hay debate sobre política exterior.
El hecho más significativo del año pasado fue la intervención de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) contra Yugoslavia. El gobierno de Simitis cumplió con sus obligaciones internacionales y ahora participa en las operaciones de mantenimiento de la paz de la alianza atlántica en Kosovo.
De manera poco característica, Nueva Democracia se opuso a la intervención.
Con respecto a Turquía, Pasok entabló un diálogo con Ankara, pero Nueva Democracia se mantuvo en una línea más nacionalista. Una vez más, el gobierno de Simitis cooperó con la UE para ayudar a normalizar las relaciones con Turquía.
En resumen, la pertenencia de Grecia a la UE y los programas de convergencia económica de esta última, con incentivos y penas, cooperan para estabilizar su política, alguna vez volátil.
Un país que alguna vez fue considerado "el extraño" de Europa, está ahora cada vez más aferrado al bloque europeo.
Pasok cerrará su campaña este viernes con un masivo acto político en atenas.
El fin de semana, millones de ciudadanos regresarán a sus localidades de origen para emitir su sufragio. Muchos se encontrarán con amigos y familiares en apartadas islas o aldeas montañosas, y también con sus representantes parlamentarios o "voulis".
Los nuevos votantes de 19 años o más decidirán si Karamanlis los conmueve por algo más que el nombre de su famoso tío o si su futuro será más seguro con Simitis y la política institucionalizada de Pasok.
En todo caso, la mayoría de los griegos se han movido hacia el centro político y se consideran ciudadanos de la República Helénica y la Unión Europea. (FIN/IPS/tra-en/wj/sm/mlm/ip/00