La inminencia de una reforma restrictiva de la Ley de Extranjería de España causa un aumento de la inmigración irregular, con naufragios y muertes en las costas del mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.
La ley vigente, aprobada en diciembre de 1999, implicó una dura derrota del gobierno del centroderechista José María Aznar. Tras las elecciones del 12 de marzo, sin embargo, Aznar cuenta con mayoría absoluta en el Parlamento, y su Partido Popular (PP) anunció que modificará la ley para evitar su "efecto llamada".
Ese efecto consiste, según el PP, en que las nuevas condiciones favorables a la inmigración atraen un flujo excesivo de trabajadores extranjeros.
El texto legal vigente permite a los inmigrantes que ya residen en España, pero carecen del reconocimiento de la administración, regularizar su situación y gozar de los derechos ciudadanos de expresión, libertad de asociación y seguridad social.
También otorga facilidades para ingresar a España a los extranjeros que desean trabajar en este país, por lo general en tareas que no desean cumplir los españoles, como las de los sectores agrario y de la construcción.
Otro aspecto importante es que desde la entrada en vigor de la ley, a principios de este año, quienes arriban a territorio español en forma irregular no pueden ser expulsados de inmediato, sino que tienen el derecho a apelar a la justicia.
En 1999 fueron devueltos a sus países 23.840 inmigrantes, en su mayoría de nacionalidad marroquí.
Luisa Fernanda Rudi, una integrante del PP que fue elegida hace poco presidenta del Congreso de los Diputados, admitió en forma pública que la revisión de la ley está en la agenda de su partido.
Centenares de inmigrantes tratan de ingresar a España antes de que se modifique la ley. Sólo por las Islas Canarias, ubicadas frente a la costa noroccidental de Africa, ingresaron 286 personas sin visado en la primer quincena de este mes.
El fin de semana los intentos de ingresar al país por parte de inmigrantes irregulares se acompañaron de naufragios y muertes.
Entre los casos que más conmovieron a la opinión pública estuvieron el de dos mujeres embarazadas que murieron al llegar a la costa, y el de dos jóvenes que perecieron asfixiados por vapores tóxicos, emanados de mercaderías transportadas en el camión en el cual se ocultaron para burlar a la aduana.
Esos episodios llamaron la atención por sus características, pero la muerte de quienes llegan a las costas españolas en pateras (embarcaciones frágiles) ya no es noticia de primera plana.
La Ley de Extranjería vigente reemplazó a una de 1985, aprobada por el entonces gobernante y hoy opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE), y según organizaciones sindicales y sociales representó un gran avance.
Cuando se aprobó la nueva ley, Luis de Grandes, portavoz parlamentario del PP, aseguró que no se había derrotado al gobierno, sino a España, "en una materia en la cual se ponen intereses vitales del Estado en juego".
Otros políticos piensan que los mismos intereses deben defenderse con una orientación distinta. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, socialista y presidente de la Comunidad Autónoma centrooccidental de Extremadura, es partidario de mantener la ley vigente y de apoyar a los inmigrantes.
Extremadura es una región rural en la cual trabajan miles de inmigrantes, quienes reciben respaldo del gobierno regional para contar con vivienda, atención sanitaria y educación de sus hijos.
El extremo opuesto se verifica en el Ayuntamiento de El Ejido, en la provincia meridional de Almería, gobernado por el PP, donde se vive una tensa situación tras graves incidentes de racismo a fines del año pasado.
En ese municipio los inmigrantes viven aislados en "chabolas", viviendas de emergencia como las que en otros países se llaman "villas miseria", "poblaciones", "favelas" o "cantegriles".
Se prevé que la inmigración irregular aumentará en los próximos meses a causa del anuncio de que se modificará la Ley, la desesperación por salir de situaciones de pobreza extrema, la llegada del verano (boreal) y la acción de bandas organizadas que engañan a africanos al ofrecerles un fácil traslado a España.
Con el aumento de esa forma de inmigración, crecerá también su efecto colateral y dramático de naufragios y muertes a las puertas de un futuro soñado. (FIN/IPS/td/mp/pr ip/00)
