Las dos guerras civiles que sufrió Congo en los últimos años devastaron a la Universidad de Marien Ngouabi, la principal de este país centroafricano con una población de 20.000 estudiantes.
El pasto crece sin control y los residuos se apilan por todas partes en el campus universitario en Brazzaville. Sus paredes están llenas de agujeros de bala, testimonio de las batallas que hasta hace poco provocaron el caos en este país.
La Facultad de Ciencias y el Instituto de Desarrollo Rural están totalmente abandonados. "La universidad parece una zona de guerra. Un granjero podría traer a su ganado para pacer aquí", comenta un transeúnte.
La universidad fue el orgullo del país y un modelo en Africa. Pero en la actualidad está muy retrasada con respecto a otras instituciones de educación superior en la región.
Sus aulas no tienen electricidad y muchos alumnos no encuentran lugar para sacar apuntes de las clases. La mayoría debe permanecer de pie en los salones abarrotados.
Las bibliotecas no tienen libros, hay pocos laboratorios y los medios de transporte son pésimos. Gran parte del material de enseñanza desapareció en las dos guerras que asolaron al país, que participa en el Foro Mundial de Educación, que se inició este miércoles en Dakar.
Otra de las fuentes de descontento estudiantil es la falta de letrinas en el campus, lo cual obliga a los alumnos a hacer sus necesidades afuera de los edificios.
"En la Facultad de Derecho somos expertos corredores. Para satisfacernos, debemos correr desde los salones hasta los árboles del jardín de la (cercana) Plaza De Gaulle que usamos como letrinas", dijo Guy Kissana, alumno de la universidad.
En la Facultad de Derecho hay 565 profesores, lo cual hace que el promedio de las clases tengan 100 alumnos por profesor, cuando lo ideal sería entre 28 y 30 estudiantes.
El incremento del ingreso de alumnos convirtió a la Universidad en una institución de educación masiva cuya población estudiantil se multiplicó por cinco desde 1976.
Los sindicatos denuncian el drástico recorte de fondos del gobierno por la falta de profesores en algunas universidades.
"No me avergüenza decir que Congo no tiene universidad. A los alumnos no se les da la oportunidad de completar sus programas de enseñanza, y el programa educativo está anticuado", dijo Jean Philon Bokotaka, integrante del Sindicato Nacional de Profesores Universitarios (Synalu, por sus siglas en francés).
El año académico 1998-1999 se reanudó en mayo, pero las distintas facultades y departamentos comenzaron a trabajar en distintas fechas.
Sin embargo, los 9.000 estudiantes de la Facultad de Literatura y Ciencias Humanas esperan los resultados de sus exámenes.
Germain Eloki considera que el retraso se debe a la negativa de los profesores a calificar las pruebas de los alumnos en protesta por la falta de pago de sus salarios.
El año académico recién empezará a mediados de abril, pero los alumnos sostienen que sólo acudirán a las aulas si se les pagan sus becas. Así mismo, amenazan con armar barricadas en las calles para obligar al gobierno a cumplir con ellos.
"Esta vez vamos a tomar medidas porque estamos negociando hace demasiado tiempo. El ministro de educación y otros altos funcionarios no hacen nada para que se nos entregue lo que se nos debe", se lamentó un alumno.
Los estudiantes también quieren mejoras en las instalaciones y que se reanuden las reuniones públicas para discutir sus problemas.
Algunos creen que la situación sólo se calmará si se convoca a una asamblea general. Pero el rector de la Universidad, Charles Gombe Mbalawa sostiene que no es su responsabilidad convocarla. (FIN/IPS/tra-en/lm/mt/ko/sm/aq/ed/00