EDUCACION-BANGLADESH: Escuelas informales de niños inalcanzables

Por 16 dólares mensuales, Firoz Kabir, un estudiante universitario, emplea su tiempo libre como maestro de niñas y niños de Jigatola, un barrio pobre de la capital de Bangladesh que coexiste con la elegante área residencial de Dhanmondi.

Más que el dinero, Kabin encuentra gran satisfacción en pasar dos horas todas las mañanas en la escuela informal de Jigatola con 30 niños que trabajan como empleados domésticos, vendedores callejeros o peones jornaleros.

La escuela, manejada por la organizacion no gubernamental (ONG) Desarrollo para los Pobres, imparte educación básica. Sus paupérrimos alumnos, en su mayoría niñas, están divididos en dos turnos diarios y son provistos gratuitamente de materiales didácticos.

Se trata de los niños "difíciles de alcanzar", como dicen los expertos del programa de Educación Para Todos (EFA), porque en primer lugar deben complementar los escasos ingresos familiares.

Antes de que se instalara la escuela informal de Jigatola, las niñas y niños del barrio no asistían a clases y, según la maestra Khodeja Akhter, el éxito de todo proyecto de EFA depende de las posibilidades y flexibilidad de los alumnos para "ganar (dinero) y aprender".

Hay en Dhaka 2.025 escuelas informales que imparten educación básica a 60.070 alumnos, 54 por ciento de los cuales son niñas, informó Kazi Farid Ahmed, jefa de la Dirección de Educación Informal.

Financiado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia y respaldado por los gobiernos de Bangladesh y Suecia, el proyecto de Educación Básica para Niños Urbanos Difíciles de Alcanzar (Behtruc) apunta desde 1997 a brindar enseñanza elemental a 350.000 niños en seis distritos.

Actualmente, 180.000 niños cursan educación básica en función del proyecto Behtruc en los distritos de Shaka, Chittagong, Khulna, Rajshahi, Barisal y Sylhet.

Se aguarda para los próximos 16 meses la habilitación de miles de escuelas adicionales para niños y niños de centros urbanos y edad entre ocho y 14 años.

Ciento veinticinco ONG gestionarán esas escuelas para niños de que son fuente de recursos para sus familias y conforman 56 por ciento de los habitantes de los barrios pobres.

El trabajo infantil aporta un tercio de los ingresos de algunas familias, y muchos niños no disponen ni siquiera de escuela a la que concurrir. Y aunque hubiera escuelas, no podrían pagar los costos adicionales asociados con la educación.

Los maestros contratados reciben formación especial en métodos de enseñanza participativos y se les informa de las necesidades específicas de los niños "difíciles de alcanzar".

También deben visitar el hogar de cada uno de los alumnos a su cargo para supervisar sus progresos y mantener informadas a las familias.

Cuatro proyectos de EFA por valor de 309 millones de dólares están en marcha en Bangladesh, con apoyo del Banco de Desarrollo Asiatico, la Agencia Internacional para el Desarrollo, la Agencia Suiza de Desarrollo Internacional y la agencia noruega de ayuda para el desarrollo.

El ministro de Educación, A. Sadique, aseguró al parlamento o que, como resultado de esfuerzos sostenidos, el alfabetismo aumentó de 34,6 por ciento en 1991 a 60 por ciento en la actualidad y el gobierno confía en llevarlo a 80 por ciento en 2001.

Sin embargo, muchos expertos opinan que el gobierno debe formular una política más realista para corregir el problema de la deserción escolar y de los niños que nunca se han matriculado en enseñanza primaria. La mayoría de los 120 millones de habitantes del país viven en aldeas.

Cinco millones de niños y niñas, o 38 por ciento del total de los inscriptos, abandonan la escuela, y a esa cantidad se agregan los que nunca concurrieron a centros de educación.

Tampoco hay un plan general de educación para más de seis millones de niños trabajadores en el grupo de edad entre nueve y 15 años.

Ansar Ali Khan, representante en Bangladesh de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, abogó por medidas consistentes para acabar con el analfabetismo en el 2006.

"El gobierno deberá invertir más recursos en la enseñanza y hacer todos los esfuerzos posibles para difundir y mantener la educación", dijo Ali Khan.

Bangladesh destina a la educación 2,3 por ciento de su producto interno bruto, una proporción inferior a la de otros países de Asia meridional, según el Informe Vigilancia de Educación 1999. (FIN/IPS/tra-eng/ti/rdr/ego/ed/00

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