DESARROLLO: Banco Mundial y FMI prometen combatir pobreza y sida

La reunión de primavera (boreal) del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial concluyó en Washington con llamados a intensificar la lucha contra el sida, expandir el comercio para combatir la pobreza, y acelerar el proceso de alivio de la deuda externa.

El encuentro comenzó el sábado y giró en torno de reuniones de ministros de Economía y presidentes de bancos centrales de los países miembros con funcionarios del banco y del FMI, en dos organismos: la Comisión del Fondo Monetario Internacional (IMFC), que sesionó hasta el domingó, y la Comisión de Desarrollo.

El presidente del banco, James Wolfensohn, dijo a periodistas el lunes, al cabo de la reunión de la Comisión de Desarrollo, que el aumento de los esfuerzos para combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) fue uno de los asuntos más importantes que se discutieron en ese organismo.

"Aseguré a la Comisión que no habrá límites para el financiamiento de la lucha contra el sida por parte del banco. Estamos preparados para respaldar en mayor escala ese esfuerzo y asegurar que ningún programa clave se detenga por falta de dinero", afirmó.

La epidemia de sida tiene efectos devastadores en Africa subsahariana, donde se registra 85 por ciento de las víctimas mundiales.

En Zimbabwe, la enfermedad afecta a 25 por ciento de la población, y el banco asegura que el crecimiento del producto interno bruto por habitante es por lo menos un punto porcentual menor que el que se registraría en ausencia de la epidemia.

La Comisión de Desarrollo, también llamada Comisión Ministerial Conjunta para la Transferencia de Recursos Reales a los Países en Desarrollo, fue presidida por el ministro de Finanzas de Tailandia, Tarrin Nimmanahaeminda.

El organismo discutió también asuntos vinculados con el comercio, y los países en desarrollo reiteraron la demanda de que se asegure el acceso de sus productos a los mercados de las naciones industrializadas.

"Lo ocurrido en la III Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) debería urgirnos a desarrollar un sistema comercial multilateral más equitativo, que tome en cuenta la dimensión del desarrollo", dijo a la Comisión el ministro de Finanzas de Marruecos, Fathallah Oualalou.

La Conferencia de la OMC, realizada a fines del año pasado en la ciudad noroccidental estadounidense de Seattle, se desarrolló entre fuertes protestas callejeras contra la globalización económica, y terminó sin que se alcanzara acuerdo alguno.

"Es urgente eliminar las barreras comerciales que afectan a los productos de los países más pobres, e iniciar nuevas negociaciones para liberalizar el comercio en los sectores en los cuales las naciones en desarrollo cuentan con ventajas comparativas", enfatizó Oualalou.

Las barreras impuestas por países industrializados a productos de naciones en desarrollo son en promedio bastante bajas, y representan aproximadamente cuatro por ciento del valor de los productos, pero son muy altas y van en aumento para rubros en cuya producción los países en desarrollo tienen ventajas comparativas, apuntó el banco.

Las exportaciones cárnicas de países en desarrollo a la Unión Europea deben pagar 826 por ciento, las de alimentos procesados a Japón 781 por ciento, las de fruta y productos procesados a Estados Unidos 147 por ciento, y las de calzado a Japón 123 por ciento, indicó el banco en un documento de trabajo aportado a la Comisión de Desarrollo.

"Admitimos que este no es el organismo en el cual debe decidirse reducir o eliminar esas barreras, pero estamos convencidos de que es preciso ejercer fuerte presión contra ellas", afirmó el ministro de Finanzas de India, Yashwant Sinha.

"El principal objetivo de la Comisión es concentrarse en asuntos que promuevan el crecimiento económico y aceleren el ritmo del desarrollo", explicó.

El banco prevé que en 2008 la cantidad de personas que viven con menos de un dólar diario seguirá siendo aproximadamente 1.200 millones, como en la actualidad, si se mantienen el lento ritmo de crecimiento económico y las crisis intermitentes de los últimos años.

La cifra podría descender a 700 millones si el crecimiento de las economías se acelerara, pero aun en esas condiciones habría pocos cambios en América Latina, el Caribe y Africa subsahariana, indicó la institución financiera.

En la ultima década, una serie de reuniones internacionales fijó metas de desarrollo para 2015, incluyendo reducir a la mitad de la pobreza en el mundo, asegurar educación para todos y revertir la tendencia a la pérdida de recursos naturales. Al ritmo actual, esos objetivos parecen inalcanzables.

"La experiencia de los últimos 20 años sugiere que la economía mundial, a la cual se ha descrito a menudo en función de una división entre ricos y pobres, parece a punto de consolidar una división en tres partes", señaló el banco.

Esas tres partes son "los países industrializados, un grupo intermedio de naciones en desarrollo que participan de forma más o menos exitosa en el comercio mundial, y casi 80 países que no logran mantener el ritmo de la globalización económica", explicó.

La mayoría de esas 80 naciones, en las cuales habita 35 por ciento de la población mundial, siguen fracasando en su intento de lograr el crecimiento y la integración a la economía mundial, pese a reiterados esfuerzos para aplicar reformas, apuntó.

La participación en el comercio mundial de los 28 países menos desarrollados cayó de 0,8 por ciento a 0,4 por ciento entre 1980 y 1997.

El secretario general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Rubens Ricupero, destacó que las distorsiones de la economía mundial siguen bloqueando el crecimiento de los países en desarrollo, y que es necesario resolver ese problema.

"El desequilibrio del proceso de globalización puede verse con claridad en su naturaleza selectiva, ya que el movimiento de capital financiero se desarrolla con mucha mayor rapidez que el comercio y las inversiones productivas, y el movimiento sindical es excluido en forma casi completa", apuntó.

"Es aun más significativo que los arquitectos de la integración económica hayan ignorado o minimizado, con demasiada frecuencia, los problemas de los países en desarrollo", añadió.

Los delegados de países en desarrollo subrayaron su interés en hallar vías para regular el flujo mundial de capitales, cuya volatilidad tuvo efectos desastrosos para las economías asiáticas en 1997, causó luego crisis en Rusia y Brasil, y ha contribuido a que disminuya el rito de crecimiento económico en el mundo.

"La alta volatilidad del flujo de capitales privados sigue siendo un motivo de preocupación", señaló Jorge Giordani, ministro de Planificación del Desarrollo de Venezuela.

"Esa volatilidad parece ser la reacción de los inversores internacionales ante la ausencia de equidad y equilibrio en las economías de los países en desarrollo, y los problemas de esas naciones para cumplir con sus obligaciones financieras", afirmó.

Las reuniones del Banco Mundial y el FMI se desarrollaron en el marco de protestas callejeras de entre 6.000 y 10.000 ambientalistas, grupos de presión contra el libre comercio, organizaciones de defensa de los derechos humanos y otros movimientos.

Los activistas sostuvieron que las políticas del banco y el Fondo agravan la situación de los países pobres, y reclamaron una renuncia en gran escala al cobro de la deuda externa de las nacines en desarrollo. (FIN/IPS/tra-eng/gm/da/mp/dv if/00

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