La globalización es un proceso incompleto y peligroso, pero también ofrece oportunidades, por lo que América Latina y el Caribe debería encararlo con una nueva ola de reformas económicas y financieras, señaló la Cepal en México.
No hay recetas únicas, pero "reformar las reformas" podría ser uno de los caminos, apuntó la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), una agencia de la Organización de las Naciones Unidas que realiza esta semana en México su 28 período de sesiones.
"Dada la heterogeneidad de nuestras sociedades existe el riesgo de que sólo algunos sectores logren obtener los beneficios de la globalización, mientras que otros, que están fuera de los mercados y la tecnología, experimenten retroceso", advirtió a IPS Reynaldo Bajraj, secretario ejecutivo adjunto de la Cepal.
Los nuevos ajustes estarían "orientados a crear, completar y regular mercados", así como a dar oportunidades a los sectores sociales no favorecidos, se indica en un documento presentado por la agencia a los delegados de la región, que firmarán este vienes una declaración final.
La Cepal aclaró que su recomendación está lejos "de ser contraria al desarrollo del mercado, más bien permitiría potenciar sus posibilidades".
La globalización tiene hoy un carácter incompleto y asimétrico y resulta preocupante la falta de mecanismos adicionales para garantizar la "coherencia global de las políticas macroeconómicas, la movilidad de la mano de obra (…) y la movilización de recursos que compensen a los países y sectores sociales que tienden a quedarse rezagados", apuntó.
Es necesario encauzar la globalización, pero cada país y región deben también adecuar sus políticas económicas y de desarrollo, evitando actuaciones tardías ante los problemas que se presenten, declaró Bajraj.
Ya no es suficiente manejar el concepto de "estabildidad macroeconómica", que la región desarrolló en los años 90. Ahora es preciso aplicar políticas anticíclicas, que busquen el empleo, el crecimiento, la inversión en tecnología y el desarrollo sustentable, observó la Cepal.
Se debe "resguardar la competencia y desarrollar mecanismos de regulación pública de las estructuras de mercado no competititvas", permitir el acceso al crédito, a la tecnología y a la tierra, y favorecer a las pequeñas emrpesas rurales y urbanas.
"Una buena macroeconomía, que logre reducir la volatilidad, no es suficiente. Es necesario completarla con un conjunto de políticas activas dirigidas a favorecer la estructura productiva" y diversificarla, sentenció la Cepal.
América Latina y el Caribe lograron en los años 90 avances importantes hacia su incorporación al comercio y la economía mundial, pero también sufrieron por ello, como lo demostraron la crisis mexicana de fines de 1994 y los problemas de Brasil a fines de 1998 y principios de 1999, que repercutieron en otros países.
Las exportaciones de América Latina y el Caribe crecieron en promedio 8,9 por ciento por año en la década pasada, una tasa sin precedentes en la región e incluso superior al aumento del comercio mundial en ese mismo período, destacó Cepal.
A pesar de ese rendimiento, la región representa en ese rubro apenas algo más de cinco por ciento en el total de las exportaciones mundiales.
Además, una parte importante de las ventas de México y otros países latinoamericanas está compuesta de montajes de piezas importadas, mercancías procesadas en maquilas (zonas francas de exportaciones) o materias primas, lo que muestra el escasa divrersificación e inversión tecnológica, señaló Bajraj.
Con inversiones en el aparato productivo y medidas económicas de largo plazo y preventivas ante las posibles crisis mundiales, América Latina podrá aprovechar las oportunidades de la globalización, aunque los riesgos no se eliminen del todo, expresó el experto.
En su análisis del comercio regional, Cepal advirtió que los países deben tener especial cuidado con el rápido crecimiento de sus importaciones, pues el déficit comercial se amplió los últimos años al punto de alcanzar niveles similares a la década del 70.
"Este hecho es de especial preocupación, dado que tales déficit coinciden con ritmos de crecimiento económico dos o más puntos porcentuales inferiores a los que se registran en los años 70, lo que refleja un deterioro de la relación entre el crecimiento económico y las cuentas externas", agregó.
Cepal sugirió a los países manejarse con prudencia en la globalización, pues aunque le ha beneficiado con inversiones extranjeras directas (cerca de 86.000 millones de dólares sólo en 1999) eso no se tradujo "en su totalidad" en mejoras sociales y ampliación productiva. (FIN/IPS/dc/mj/if/00