Las perspectivas para el mundo en desarrollo de la próxima ronda de negociaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y de la liberalización comercial en general serán eje de los debates del Grupo de los 77 que comenzó hoy su reunión cumbre en Cuba.
En la llamada Cumbre Sur se reunirán por primera vez los jefes de Estado de China y de los 133 países en desarrollo que integran el Grupo de los 77 (G-77). El propósito es desarrollar una agenda económica en común y mecanismos para aplicar las resoluciones de la cumbre.
El G-77 "se concentra específicamente en los temas económicos que conciernen a los países en desarrollo", explicó Jerry Matsila, del Departamento de Relaciones Exteriores de Sudáfrica.
Los principales puntos a tratar en la cumbre de La Habana serán la globalización económica, tecnologías nuevas, las relaciones Norte-Sur y la cooperación entre los países del hemisferio sur, según un proyecto de declaración final.
De especial importancia en el proyecto es el pedido de que los 133 países en desarrollo que integran el G-77 hagan hincapié en el papel que puede desempeñar la Organización de las Naciones Unidas en la resolución de muchos de sus problemas económicos, según funcionarios que preparan la cumbre.
Los organizadores esperan que al menos 65 jefes de Estado del G- 77, incluso unos 30 de Africa, estén presentes en La Habana.
Como presidente del Movimiento de No Alineados Sudáfrica representará los intereses económicos de aquellos países en desarrollo que no estarán presentes en la cumbre, dijo Matsila.
"El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional revisaron las condiciones de los préstamos a los países en desarrollo", agregó al explicar los probables beneficios de otra cumbre internacional.
"Antes imponían condiciones muy rigurosas a los préstamos, pero ahora toman las condiciones locales en consideración y dicen: 'Aquí están nuestras ideas'. Esas reformas son el resultado del frente unido que presentan los países del Sur", sostuvo.
Los mecanismos para reducir la deuda de los países en desarrollo también estarán en la agenda de la cumbre.
"Debemos decir en forma colectiva que si pagamos esas deudas no tendremos la oportunidad de mejorar la calidad de vida de nuestra gente, incluso con un sistema democrático", sostuvo Matsila.
En La Habana, Sudáfrica reiterará el pedido de que se reanuden las negociaciones de la OMC para establecer un nuevo régimen de comercio internacional.
"Existe la opinión general en el G-77 y China de que los intereses del Sur fueron un tanto dejados de lado en los últimos años".
"El Sur tiene poca voz en la economía mundial y los beneficios procedentes de la globalización y los acuerdos multilaterales de comercio fluyeron en forma desproporcionada hacia el Norte", señaló el Departamento de Relaciones Exteriores sudafricano.
El país quiere un conjunto de normas que se apliquen por igual a todos los países comerciantes del mundo, dijo Francis Kornegay, del Instituto Sudafricano de Relaciones Internacionales.
Eso le evitaría a los países el tener que recurrir a negociaciones complicadas cada vez que quieran tener acceso a otros mercados.
"Un conjunto de normas beneficiaría al Sur porque acabaría con el proteccionismo del Norte y brindaría acceso a sus mercados", dijo Kornegay.
Sudáfrica ha estado cooperando con algunas de las economías más fuertes del Sur, como las de Brasil, Egipto, India y Nigeria, para reunir a una masa crítica de países que estimulen mutuamente el desarrollo económico a través del comercio y proporcionen un modelo de trabajo para la próxima ronda de negociaciones de la OMC.
"Esto resultará en crecimiento económico y confianza en el Sur", dijo Matsila.
Kornegay considera que los países del Sur pueden ejercer un fuerte impacto en la próxima ronda de negociaciones de la OMC.
"El Sur está cada vez más organizado y mejor preparado para entablar negociaciones con los países industrializados. También tiene el poder de vetar los acuerdos de la OMC".
"Las economías industrializadas se han comprometido con este proceso y si quieren avanzar en las negociaciones de la OMC, no tendrán otra opción que escuchar a los países del Sur", aseguró.
El Grupo de los Siete países más ricos ha sido invitado como observador a la cumbre de La Habana. "Es importante que comprendan que el desarrollo desigual es una amenaza para la seguridad de todos nosotros", explicó Matsila.
Kornegay también cree que la cumbre se realiza en un momento oportuno.
"Entre el colapso de la ronda de negociaciones de Seattle y la reanudación de las mismas este año, quizá el próximo año debido a las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, la cumbre es una plataforma ideal para que el Sur desarrollo una posición en común", comentó.
Si la cumbre forja lazos más estrechos entre los bloques comerciales regionales del Sur, como la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral o el Mercosur de América del Sur, entonces habrá ayudado a que los países en desarrollo puedan enfrentar la globalización y pongan en práctica la cooperación Sur-Sur, dijo Kornegay. (FIN/IPS/tra-en/as/sm/aq/dv-ip/00