El Grupo de los 77 (G-77) asumió en la cumbre de esta semana en la capital de Cuba el compromiso de superar la heterogeneidad de criterios y fortalecer su capacidad de negociación en los foros internacionales.
La decisión de coordinar esfuerzos con el Movimiento de Países No Alineados y organismos regionales del Caribe, Asia y Africa ayudará a consensuar posiciones, tan diversas como plurales son los regímenes políticos, económicos y sociales de los países del Sur en desarrollo.
El presidente del G-77, el nigeriano Olusegun Obasanjo, dijo al clausurar los cinco días de sesiones que el centro de coordinación entre esas instituciones tendrá por misión la aplicación del Programa de Acción y las decisiones sobre cooperación Sur-Sur.
La creación de una institución de ese tipo, que los 133 países miembros deberán contribuir a sostener financieramente, fue defendida en las sesiones de trabajo para, entre otros objetivos, dar seguimiento a las resoluciones adoptadas.
Observadores de la cumbre entienden que la nueva instancia facilitará las negociaciones desde posiciones fortalecidas por la cohesión, en especial frente al Norte industrializado, por sobre la divergencia de puntos de vista.
La primera cita de jefes de Estado y de gobierno del G-77 en sus más de tres décadas de existencia finalizó el viernes por la noche con la aprobación de una declaración política y un Programa de Acción, que resume sus principales decisiones.
Así mismo, el G-77 hizo suyos un vasto plan de cooperación Sur- Sur, que contiene alrededor de 120 proyectos, y convocó a la Segunda Cumbre Sur para el 2005, en tanto las reuniones ministeriales continuarán fiscalizando cada año el resultado de los acuerdos.
En el tema de la colaboración, Obasanjo anunció la "generosa" oferta de Cuba de poner 3.000 médicos a disposición de un programa de salud para los países en desarrollo, que contará con apoyo de Nigeria, Botswana, Libia, Sudáfrica y Argelia, además de la Organización Mundial de la Salud, entre otras.
"Hemos comprendido que, si bien nosotros en el Sur tenemos interés mutuo en atraer al Norte a este trabajo, también debemos poner nuestras propias casas en orden", expresó el gobernante nigeriano.
Al respecto, Obasanjo se lamentó de que los males que aquejan a los país del Sur se ven oscurecidos por las olas cada vez más crecientes de conflictos, sobre todo en Africa, e incluso entre los estados miembros del G-77.
Africa, el continente con mayor representación a nivel de mandatarios, recibió un fuerte respaldo de la cumbre, que en sus documentos finales exhortó a la adopción de medidas para ayudar a sus países a revertir las tendencias actuales de involución en los índices de desarrollo humano.
"Estamos profundamente alarmados por la persistente situación económica crítica de Africa, agravada, entre otras cosas, por la onerosa carga de la deuda, los bajos niveles de ahorros e inversiones y la reducción de los precios de los productos básicos", señala la declaración final de la reunión.
Los gobernantes también asumieron el compromiso de trabajar por una "solución justa y duradera" para el problema de la deuda externa de las naciones del Sur, que en conjunto alcanza una cifrra cercana a los 2,5 billones de dólares.
En tanto, el Programa de Acción demandó más ayuda para el desarrollo, apertura de mercados en el Norte, transferencia de tecnologías, financiamientos con condiciones de pago favorables y una "urgente reforma" de la actual estructura financiera internacional.
La cita encargó al presidente del G-77 hacer llegar las preocupaciones, aspiraciones e intereses del Sur al Grupo de los Ocho (G-8), que se reunirá próximamente en Japón, en el contexto del diálogo con el Norte que desean propiciar los mandatarios.
En ese sentido, la cumbre espera alentar al G-8 (Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Canada, Italia y Rusia) a que aumente "la coordinación y la coherencia de sus políticas macroeconómicas" con los objetivos de desarrollo del Sur.
Las relaciones Norte-Sur figuraron entre los temas fundamentales de la cita, junto la globalización, la cooperación Sur-Sur y conocimiento y tecnología.
Casi medio centenar de jefes de Estado y de gobierno, en un total de 122 delegaciones, participaron en los debates, iniciados el lunes a nivel de expertos.
Entre los invitados especiales a la Cumbre Sur figuraron algunos delegados de miembros del G-8 y de la Organización Mundial de Comercio. (FIN/IPS/pg/dm/ip/00