Una pronta mejora de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos es improbable pese al fuerte apoyo del público y el gobierno estadounidenses a la devolución a su padre de Elián González, el niño cubano que sobrevivió a un naufragio en viaje a este país, prevén analistas.
Si bien la comunidad cubano-estadounidense, que pretendía retener a Elián en Miami junto a la familia de su tío abuelo, Lázaro González, parece más aislada que nunca desde la abortada invasión de la Bahía de los Cochinos, hace casi 40 años, su capacidad para impedir una aproximación entre Washington y La Habana sigue siendo formidable.
"Aunque están desacreditados ante el público en general y las fuerzas centristas, el hecho es que retienen influencia sobre elementos clave del Congreso", señaló Geoffrey Thale, un analista de asuntos cubanos de la Oficina de Washington para América Latina, un grupo de derechos humanos.
De esos congresistas, los más influyentes son republicanos, en particular el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert, y el jefe de la mayoría parlamentaria, Tom DeLay.
Elián, de seis años, sobrevivió en noviembre al naufragio de una embarcación con emigrantes cubanos indocumentados, en el cual pereció su madre, Elizabeth Brotons. El niño fue rescatado por pescadores cerca de las costas estadounidenses y se convirtió en el centro de una disputa que involucró a Washington y La Habana.
La comunidad cubana opositora al gobierno de la isla y residente en Miami reclamó, con el apoyo de grupos de presión de derecha estadounidenses, que la custodia de Elián se asignara a familiares suyos que viven en esa ciudad, arguyendo que la situación política en Cuba no era conveniente para el niño.
Sin embargo, el Poder Ejecutivo estadounidense impuso su decisión de que el menor fuera entregado a Juan Miguel González, quien viajó desde Cuba a Estados Unidos para llevarlo de vuelta a la isla, con el apoyo del gobierno cubano.
Thale y otros analistas creen que la dramática batalla por la custodia de Elián podría acelerar modestamente el proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales, pero dicho proceso, que recibió un importante impulso con la visita a Cuba del papa Juan Pablo II, hace dos años, llevará mucho más tiempo, creen.
"Antes de la llegada de Elián, ya se había producido un cambio en la opinión pública sobre la política hacia Cuba", subrayó Julia Sweig, experta en asuntos cubanos del Consejo de Relaciones Exteriores, un gabinete de estrategia.
"Elián acelerará ese cambio en cierta medida, pero llevará bastante tiempo antes de que se traduzca en un gran cambio político", advirtió.
Sweig prevé que el presidente Bill Clinton aliviará las restricciones a los viajes y los envíos de bienes y dinero hacia Cuba tan pronto como este verano boreal, como parte de una política preexistente de promover los contactos de pueblo a pueblo y la reunificación familiar.
Sin embargo, cualquier nueva medida hacia la normalización probablemente tendrá que esperar al menos hasta la asunción del nuevo presidente, el año próximo, aclaró la analista.
Pero incluso eso es improbable, dadas las posiciones adoptadas por los principales postulantes a la presidencia sobre el destino de Elián.
El vicepresidente Al Gore, candidato por el gobernante Partido Demócrata, se alejó de la administración Clinton al reclamar que el caso fuera resuelto por un tribunal de familia de Florida y no por el Servicio de Inmigración y Naturalización del Departamento de Justicia.
El mismo reclamo había formulado el gobernador de Texas, George W. Bush, candidato presidencial por el Partido Republicano.
"La posición de todos los candidatos coincidió con la de la familia" de Lázaro González, señaló Richard Nuccio, quien manejó los asuntos cubanos en el Consejo de Seguridad Nacional de Clinton a mediados de los años 90.
En parte, esta situación se debió a la época preelectoral. Los cubano-estadounidenses, que en general votan en bloque, son considerados electores clave en los estados de Florida y Nueva Jersey, y ningún partido se arriesgó a enemistarse con ellos.
Nuccio admitió que la influencia de fuerzas radicales contrarias al régimen de Fidel Castro ya estaba debilitada antes de que Elián fuera encontrado a la deriva en un neumático y llevado a Miami.
"Creo que ganarán algunas batallas más, pero están perdiendo la guerra, y esto es su capacidad de bloquear una política de compromiso constructivo con Cuba", opinó.
La afirmación de Nuccio quedó demostrada el año pasado, cuando el Senado aprobó por 70 votos contra 28 una excepción al embargo de casi 40 años contra el régimen socialista de Castro, que incluiría alimentos y medicinas.
El proyecto fue respaldado por una coalición sin precedentes de exportadores de alimentos, otras empresas unidas en la Cámara de Comercio Estadounidense, organizaciones religiosas, fuerzas políticas y grupos pequeños partidarios de la normalización de los vínculos con La Habana.
La administración Clinton, hasta ahora renuente a contrariar a la comunidad cubano-estadounidense, permaneció solícitamente neutral.
La medida solo fue rechazada por los líderes republicanos de la Cámara de Representantes luego de una fuerte presión de la Fundación Nacional Cubano-Estadounidense (CANF, por sus siglas en inglés), por lejos el más radical de los grupos de cubanos exiliados contrarios a Castro.
Pese al rechazo del público a la posición de CANF sobre Elián, se prevé que la fundación ejercerá la misma influencia sobre una propuesta similar este año, señalaron funcionarios del Congreso.
Sin embargo, el amplio margen de aprobación de la excepción al embargo en el Senado marcó una gran derrota para CANF y otros elementos radicales de la comunidad cubano-estadounidense, que podría haber usado el caso Elián para cambiar la creciente percepción sobre la reducción de su influencia política, según analistas.
CANF se debilitó en primer lugar por la muerte en 1997 de su carismático fundador, Jorge Más Canosa.
Otro factor en el debilitamiento del grupo fue la visita del Papa a Cuba, donde condenó el embargo y exhortó a un mayor contacto entre los cubanos y el resto del mundo.
Desde entonces, aumentaron los viajes a la isla de destacados estadounidenses, como el campeón de boxeo Mohammed Alí e incluso el presidente de la Cámara de Comercio Estadounidense y el gobernador del estado de Illinois.
"Creo que los radicales vieron en Elián un símbolo humano para movilizar una vez más el sentimiento público contra la dictadura de Cuba", opinó Thale.
"Sin embargo, el intento tuvo un efecto contraproducente. Los medios presentaron su postura como extremista y fuera de la realidad en cuanto a lo que la mayoría consideraba un reclamo muy razonable de reunir a un niño con su padre", agregó.
CANF jugó un papel fundamental en la batalla por la custodia de Elián, casi desde el momento en que la custodia fue transferida del Servicio de Inmigración a Lázaro González, hace cinco meses.
Trascendió que la organización financió la representación legal de Lázaro en todo el proceso judicial, así como su viaje a Washington esta semana junto con su familia y amigos en un intento infructífero por obtener el derecho de visita a Elián.
El sábado 22, policías y agentes armados del Servicio de Inmigración se llevaron a Elián de la casa de Lázaro González en Miami para reunirlo en Washington con su padre, Juan Miguel.
Lázaro y sus partidarios sufrieron un importante revés el jueves cuando un tribunal de apelaciones rechazó su reclamo de visitar a Elián y designar a un tercero como representante legal del niño.
La decisión judicial coincidió con la posición adoptada por el Departamento de Justicia de que solo el padre de Elián puede representarlo en la corte.
Juan Miguel González, quien llegó a Washington desde Cuba hace tres semanas tras obtener la garantía del Departamento de Justicia de que le devolverían a Elián, ha mantenido al niño protegido de los medios de prensa desde que se reunió con él.
Luego de varios días de alojamiento en la base aérea Andrews, ambos fueron llevados por agentes federales a una residencia privada en el estado de Maryland, donde se les unieron varios familiares y amigos cubanos.
El padre de Elián prometió permanecer en Estados Unidos hasta que la justicia se pronuncie sobre una solicitud de asilo para el niño, presentada por los abogados de Lázaro González.
Dos tercios del público cree que el Departamento de Justicia hizo bien en quitarle la custodia temporal a Lázaro y reunir a Elián con su padre por la fuerza, según encuestas de opinión publicadas esta semana.
Un porcentaje similar considera que Elián estará mejor en Cuba que en este país, aunque en enero la opinión pública estaba dividida en mitades sobre la cuestión.
Sin embargo, el estado de la opinión pública no se traducirá en una reaproximación entre Cuba y Estados Unidos a corto plazo, pronosticó Nuccio.
"Aquellos que dan por acabada la influencia de la comunidad cubano-estadounidense están fuera de la realidad", afirmó. (FIN/IPS/tra-en/jl/da/mlm/ip/00