/Ciudades de América Latina/ PERU: La capital comienza a luchar contra contaminación ambiental

La calidad del aire en las principales avenidas de la capital de Perú sobrepasan los límites tolerables de contaminación, aseguran expertos que ayudan al municipio a elaborar un reglamento ambiental.

Entre los principales factores que atacan el ambiente de Lima están los gases emitidos por vehículos en mal estado, según estudios realizados por técnicos de la municipalidad y de la facultad de Ingeniería Geográfica y Ambiental de la Universidad Federico Villareal.

Los trabajos forman parte de un plan de las autoridades limeñas que, con apoyo de organizaciones no gubernamentales y centros universitarios, preparan un reglamento ambiental y la adopción de medidas de contingencia para suplir la carencia en Perú de normas y límites permisibles de factores contaminantes.

El grupo de expertos colocó aparatos de medición entre el 10 y el 24 de marzo en Abancay, avenida que atraviesa el centro de la ciudad, en Ayllon, en un área industrial, y en Arequipa, Javier Prado y La Marina, que recorren áreas residenciales.

Los resultados fueron calificados de "alarmantes" por el decano de la facultad de Ingeniería Ambiental, Jorge Lescano, quien explicó que en toda el área estudiada la cantidad de partículas en suspensión y de monóxido de carbono supera el límite máximo admitido internacionalmente.

"Los niveles de partículas en suspensión encontrados oscilan entre 161 microgramos por metro cúbico (ug/m3), en la avenida Arequipa y 272 en la avenida Abancay, mientras que el tope máximo tolerado en Estados Unidos es 150", comentó Lescano.

En cuanto al monóxido de carbono en el aire, los niveles variaron entre 38.000 ug/m3 en avenida La Marina y 53.000 en avenida Abancay, mientras que el límite internacionalmente permitido es de 35.000 ug/m3.

El resultado de la medición fue incorporado al expediente que prepara la municipalidad de Lima, para respaldar la preparación de un reglamento que proteja el ambiente urbano.

Arnold Millet, asesor del Consejo Metropolitano de Lima en asuntos ambientales, señaló que una de las medidas a adoptar es el restablecimiento de las revisiones técnicas de los vehículos, "porque la contaminación del aire urbano es producida por los automóviles en mal estado o mantenidos" en forma deficiente.

En Perú, hasta la década de los años 80, los automóviles y los vehículos de transporte pesado y de pasajeros debían superar una revisión técnica anual, examen que era identificado con un certificado pegado al parabrisas.

Esas pruebas fueron eliminadas cuando el control del tránsito pasó de manos de la policía a las municipalidades, cuyas autoridades consideraron que era preferible ahorrarle a los propietarios de vehículos "la mortificación" de concurrir a esa revisión técnica.

"Aunque ese control lo efectuaban empresas privadas contratadas por el municipio, los usuarios se quejaban de que se trataba de un tramite inútil, sin justificación técnica, impuesto sólo para extraer dinero de los contribuyentes", comentó el ex parlamentario y ecologista Alberto Palacios.

Pero la convicción de que es conveniente y necesario reimplantar las revisiones técnicas ha resurgido en Lima.

La delegación municipal de Barranco, distrito residencial situado en la zona sur de la ciudad, y la policía ecológica participaron en diciembre en una primera prueba de medición de gases de los escapes de automóviles a gasolina, convocada por la revista Ruedas y Tuercas.

La calidad de los automóviles determina el tipo de "emisiones de los gases generados por la combustión de hidrocarburos", explicó el experto independiente José Zollner.

"Las emisiones de gases de los vehículos se pueden dividir en dos grandes grupos", señaló.

"El primero corresponde a la combustión perfecta o casi perfecta en automóviles en buen estado, que emiten co2, gas contaminante de la atmósfera que causa el llamado efecto invernadero, pero que no es directamente dañino para el ser humano", dijo.

Zollner agregó que el segundo es el que emiten "los vehículos con combustión deficiente, que son tóxicos, como el CO, los HC (combustibles sin quemar) los NOx (óxidos nitrosos) y otros".

"El CO es el más peligroso, no sólo por su alta toxicidad, sino también porque no tiene olor ni color y los humanos los aspiramos sin darnos cuenta", indicó.

El experto añadió que "para garantizar una combustión ideal, la proporción entre el oxígeno y el combustible debe ser la precisa, según el diseño del fabricante, que puede ser alterada por una mala regulación en motores en buen estado o por fallas propias de motores muy usados y con componentes gastados".

"Los niveles de algunos tóxicos ambientales en Lima son superiores a los encontrados en la ciudad de México, considerada en riesgo grave de contaminación", comentó Manuel Aguilar, de la Sociedad Peruana de Ingenieros Automotrices.

Aguilar refiere que en 1991, después de una investigación realizada por científicos de las Universidades Autónoma de México y de Denver, Estados Unidos, el gobierno mexicano estableció un reglamento e introdujo el uso del convertidor catalítico para reducir las emisiones vehículares de hidrocarburos.

"La gestión ambiental es compleja, el conocimiento científico evoluciona y se debe tener la suficiente apertura para aceptar las experiencias en otras latitudes", concluyó Aguilar. (FIN/IPS/al/dm/en/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe