Una delegación estadounidense que visita China para evaluar la marcha de las reformas económicas presenció el arresto de integrantes del ilegalizado movimiento espiritual Falun Gong, quienes realizaban una protesta pacífica en Beijing.
La delegación, encabezada por el secretario de Agricultura estadounidense, Dan Glickman, observará los resultados del proceso de reformas, para aportar elementos de juicio sobre un proyecto de ley que busca normalizar en forma permanente las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos.
Los estadounidenses llegaron a Beijing el martes, y ese día se produjo el arresto de integrantes de Falun Gong que protestaban en forma pacífica en el centro de Beijing, a pocos metros del hotel en el cual se alojó la delegación.
El movimiento espiritual, cuyo nombre significa literalmente Cultivo de la Rueda de la Ley, fue prohibido en 1999 por las autoridades chinas, luego de que sus integrantes se manifestaran en Beijing el 25 de abril del año pasado, para reclamar que se les reconociera en forma oficial.
El gobierno ilegalizó al movimiento, alegando que se trataba de un "culto malvado", y arrestó a miles de sus seguidores.
En el primer aniversario de aquella manifestación, miembros del grupo intentaron desplegar pancartas con la leyenda: "Falun Gong es bueno", en abierto desafío a la prohibición de sus actividades.
La presencia de un gran número de policías de civil en la capital china y la tensión causada por los arrestos mostró a los visitantes estadounidenses que el proceso de reformas introdujo la economía de mercado pero no permite la desobediencia civil ni las protestas para pedir respeto por los derechos humanos.
Sin embargo, Glickman descartó que el proyecto de Ley de Comercio Normal Permanente con China presentado al Congreso de Estados Unidos sea rechazado a causa de las violaciones de los derechos humanos por parte de Beijing.
"El rechazo del proyecto no protegería a ningún disidente ni aumentaría el salario de ningún trabajador en China", declaró el secretario de Agricultura el miércoles, tras un almuerzo de trabajo con integrantes de la Cámara Estadounidense de Comercio en Beijing.
Por el contrario, normalizar las relaciones de Estados Unidos con China tendría un efecto en la geopolítica del siglo XXI tan importante como el que tuvo el Plan Marshall de ayuda estadounidense a la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial, afirmó.
El Plan Marshall fue "audaz y discutido", pero aplicarlo fue "la decisión correcta", señaló.
Glicksman aseguró que aprobar el proyecto de normalización del comercio es "la decisión correcta" en la actualidad, y que esa iniciativa es "una de las más importantes que ha considerado el Congreso en los últimos 10 años".
El funcionario expresó su confianza en que el proyecto será aprobado, pero pronosticó que esa aprobación se producirá "por una mayoría estrecha".
Se prevé que la Cámara de Representantes estadounidenses exprese su opinión sobre la iniciativa durante la semana que comenzará el 22 de mayo.
La normalización del comercio con Estados Unidos sería un paso muy importante hacia el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Quienes se oponen al proyecto alegan que el ingreso de China a la OMC agravaría la violación de derechos humanos y laborales en este país, y consideran más conveniente que el Congreso defina cada año el tipo de relaciones comerciales que desea mantener con Beijing, como lo hace en la actualidad.
Esa decisión anual se adopta tras considerar, entre otros factores, la situación de los derechos humanos en China.
La visita de la delegación encabezada por Glickman busca fortalecer el respaldo al proyecto de normalización del comercio, mediante reuniones con funcionarios y hombres de negocios chinos en Beijing, Shanghai, hacia donde partió el jueves el grupo de estadounidenses, y Hong Kong.
Dos integrantes de la delegación son legisladores que ya definieron su apoyo al proyecto: Norman Dicks, del gobernante Partido Demócrata, elegido por el estado noroccidental de Washington, y Greg Walden, del opositor Partido Republicano, elegido por el estado noroccidental de Oregon.
Otros dos congresistas, Reuben Hinojosa, demócrata del estado centromeridional de Texas, y Gregory Meeks, demócrata del estado nororiental de Nueva York, aún no decidieron si apoyarán la iniciativa.
También integra la delegación el gobernador del estado centroseptentrional de Dakota del Norte, Ed Shafer, quien trajo consigo una carta en la cual 47 de los 54 gobernadores de Estados Unidos expresaron su apoyo a la normalización del comercio estadounidense con China.
"Apoyo en forma decidida el proyecto. Siempre pensé que es apropiado normalizar las relaciones con China, y es importante saber que los seis últimos presidentes estadounidenses, tanto demócratas como republicanos, han seguido esa política", declaró Dicks.
"Pienso que esta es la ley más importante que aprobaré en el Congreso, porque definirá el marco de nuestra relaciones durante los próximos 20 años", apuntó Walden.
Meeks señaló, en cambio, que sería preciso disponer de una bola de cristal para saber qué consecuencias puede tener la aprobaciópn del proyecto en los próximos 15 años.
"Llegué a China preocupado porel respeto por los derechos humanos y la cuestión del trabajo infantil, y también me inquieta el futuro de los nuevos empleos que se están creando en Estados Unidos, en tareas que implican el uso de tecnología avanzada. No quiero que los estadounidenses pierdan su trabajo", afirmó.
Hinojosa dijo que le preocupa lo que puede ocurrir con los derechos de los agricultores y otros trabajadores chinos si Beijing ingresa a la OMC.
"No me apresuraré a votar el proyecto antes de considerar su posible impacto sobre la gente común. Quiero saber qué piensa hacer el gobierno de China para proteger sus intereses", explicó. (FIN/IPS/tra-eng/ab/js/mp/if hd/00