CHECHENIA: Refugiados exigen acción y no palabras

Miles de refugiados chechenos acampados en penosas condiciones en la república de Chechenia-Ingushetia, en Rusia, se niegan a colaborar con organizaciones no gubernamentales extranjeras por lo que consideran la falta de acción de la comunidad internacional frente a su situación.

Amandine Reganmey, miembro de la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), un equipo de investigación sobre Chechenia, dijo que eso se debe a que Occidente hasta ahora se limitó a escuchar pero no actuó.

"Muchos refugiados estaban realmente enojados con organizaciones como las nuestras", apuntó Regamey, recién llegado de una misión en la cual recolectó mas de 40 testimonios de abusos humanitarios en Chechenia.

"Estamos hartos de decirles lo que nos pasó y ustedes no hacen nada al respecto. Seguimos hablando, contando nuestra versión, pero si eso no moviliza a Occidente, no tiene mucho sentido", le dijeron los refugiados al voluntario.

Amandine, un experto sobre Rusia y miembro de la Comisión Chechena, fundada en Francia en octubre de 1999 para exigir el fin de la guerra entre separatistas chechenos y el gobierno ruso, es uno de los tres miembros del equipo que redactó un informe sobre la situación para FIDH tras un viaje a Ingushetia y Moscú.

El informe, compilado en colaboración con grupos humanitarios rusos, pidió que se cree un tribunal internacional ad-hoc de crímenes de guerra para Chechenia.

El mismo califica de los dos criminales más buscados al ex presidente ruso Boris Yeltsin y su sucesor Vladimir Putin, a quienes describió como los principales orquestadores de crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad en esa república.

FIDH, que asesora a la Organización de las Naciones Unidas, UNESCO y el Consejo de Europa sobre derechos humanos, pidió a Rusia que cese su ofensiva militar.

También pidió a la comunidad internacional que actúe rápidamente para documentar los crímenes y castigar a Rusia.

La FIDH acusó a Rusia de violar casi todas las reglas de derechos humanos al congregar civiles en un corredor humanitario y después bombardearlos, saquear sus casas, extorsionarlos, efectuar arrestos arbitrarios, golpearlos, torturarlos y fusilarlos.

Cada acusación tiene el respaldo de relatos de testigos y evidencias legislativas dando cuenta de que las tropas rusas libran una guerra contra toda la población chechena y no contra los combatientes por la idependencia, a los cuales tienen obligación de reprimir.

Según testigos, miles de chechenos son detenidos, desnudados para comprobar si el fusil les dejó alguna marca en el hombro, inspeccionados por rastros de pólvora en sus manos, o simplemente golpeados. Algunos son obligados a firmar una declaración admitiendo que son "terroristas".

Magomed Davletmourvaev, de 26 años, que fue retenido 15 días en un campo de Chernokosovo, aseguró a FIDH que "cuando uno esta allí, si le piden que firme un documento diciendo que asesinó a John Fitzgerald Kennedy, uno lo hace".

Incluso el juez ruso Iouri Diomin, enviado por Moscú para investigar violaciones de derechos humanos, dijo a la FIDH que "todos los hombres entre 25 y 40 años que están en buen estado físico, recien afeitados y muestran signos de haber usado armas de fuego, son sospechosos de terrorismo.

"Seguimos interrogándolo sobre hechos específicos y él solo se limitó a lanzar propaganda contra los terroristas chechenos", dijo Regamey.

Diomin incluso acusó al Comité Internacional de la Cruz Roja de colaborar con el terrorismo internacional.

El informe detalla atrocidades, incluso la matanza de tropas rusas prisioneras, que fue supuestamente perpetrada por guerrilleros chechenos.

La FIDH pidió a las autoridades rusas que tengan en cuenta las inhumanas condiciones en que viven 209.000 refugiados chechenos, a los cuales "se está dejando pudrir al otro lado de la frontera con Ingushetia. Ya tenemos idea de lo que veremos. Es la confirmacón de todos nuestros peores temores", dijo Regamey.

Después de seis meses de guerra, las imágenes de esa gente congregada como ganado en tiendas de campaña se ha hecho muy familiar en las pantallas de la televisión occidental.

La FIDH explicó que Rusia no le otorga a esa gente la condición de "desplazados", lo cual obligaría al Estado a proporcionarle ayuda financiera, servicios de seguridad social y la posibilidad de un trabajo y una casa en el plazo de seis meses.

Por el contrario, los refugiados son señalados como "fórmula 7", lo que significa que están solo temporalmente desarraigados y les da derecho a recibir raciones de víveres, un boleto de tren para viajar dentro de Rusia en segunda clase y el derecho a pedir alojamiento.

El informe también alegó que 50.000 refugiados volvieron a Chechenia para ver el estado en que se encuentran sus viviendas y ganado, son retenidos en los campos contra su voluntad.

El jefe de servicios de migración en Chechenia, A. Guireev, reconoció la desesperada situación en los campos de refugiados. Todo depende del ministro de Finanzas, explicó, porque Ingushetia no tiene más dinero ni abastecimientos para apoyar la masiva afluencia de gente.

Desde que el IFHR rechazó una propuesta de las autoridades de Ingushetia de acompañar al equipo las 24 horas del día "por razones de seguridad", los tres investigadores humanitarios tienen libre acceso a los campos.

"Los refugiados no culpan a a la población rusa de su infortunio, sólo a los 'mercenarios' y los políticos que están detrás de ellos", apuntó Regamey.

"Lo que es realmente frustrante es que sabemos que hay otros 100.000 desplazados dentro de Chechenia y no podemos acercarnos a ellos. Nadie puede", agregó. (FIN/IPS/tra-en/sa/sm/ego/aq/hd-ip/00

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