Una visita en secreto a Chechenia del jefe de los servicios de inteligencia de Alemania causó la protesta de dirigentes opositores ya que parece contradecir las propuestas de sanciones de la Unión Europea a Rusia por crímenes de guerra en aquella república autónoma.
August Hanning, jefe del Bundesnachrichten Dienst (BND), el servicio de inteligencia alemán, visitó Chechenia los días 22 y 23 de marzo, según se supo en los últimos días.
Las revelaciones coincidieron con la iniciativa tomada la semana pasada por el Consejo de Europa para suspender a Rusia en protesta contra las violaciones de derechos humanos en Chechenia.
Paradójicamente, fue el ministro de Relaciones Exteriores alemán Joschka Fischer, del partido Verde, quien estuvo a la vanguardia de las llamados a sancionar a Moscú.
Sin embargo, aún no queda claro si el Ministerio de Relaciones Exteriores sabía de la visita de Hanning a Gudermes, a 30 kilómetros de Grozny, la capital chechena, acompañado por representantes del FSB, el servicio de seguridad ruso.
El BND depende directamente de la oficina del canciller (jefe de gobierno) alemán.
Seguidores del partido Verde temen que las revelaciones desacrediten la "política exterior ética" de Fischer, que procura vincular la ayuda oficial y las relaciones exteriores con el respeto por los derechos humanos.
Organizaciones de derechos humanos denunciaron la "doble moral" del gobierno y políticos exigieron explicaciones sobre la visita de Hanning en un momento delicado para las relaciones entre Europa y Rusia.
La Comisión de Control del parlamento alemán mantuvo una reunión reservada la semana pasada para analizar la presencia del BND en Chechenia.
Según la versión oficial, la visita de Hanning sólo tuvo el fin de apreciar la situación existente en Chechenia. Los funcionarios alemanes niegan que se hayan entregado fotografías aéreas a las fuerzas rusas.
También negaron que Hanning haya dado a Rusia información sobre si los guerrilleros separatistas chechenos están vinculados con redes internacionales de fundamentalistas islámicos o si utilizan dinero procedente del narcotráfico para financiar su lucha, como habría informado el diario de Moscú Izvestia.
"Por supuesto que intercambiamos información con Rusia en ámbitos como el terrorismo internacional, el crimen organizado y el lavado de dinero. Pero el BND no hizo nada para apoyar la guerra contra el pueblo checheno", declaró el Coordinador de Inteligencia de la Cancillería, Ernst Uhrlau.
En su lugar, el BND "obtuvo información importante para su política exterior y de seguridad", aseguró.
Al final de su sesión, la comisión de control se limitó a divulgar un comunicado señalando que el viaje de Hanning cumplió con los "intereses alemanes".
Pero no todos los diputados concuerdan con esta opinión. "Creo que es al contrario porque (Hanning) puso al gobierno en una posición dudosa", dijo el portavoz de relaciones exteriores del Partido Verde, Helmut Lippelt, en entrevista de radio.
"Fue una mala elección haber ido a Chechenia porque el FSB, la antigua KGB, tiene un papel muy activo en el encubrimiento" de los crímenes de guerra presuntamente cometidos en el territorio, agregó.
El comisionado de Derechos Humanos del gobierno, Gerd Poppe, manifestó su inquietud porque el comité de control no aclaró el asunto.
Poppe pidió a Hanning que explique la visita en una sesión abierta del Parlamento ya que una sesión secreta del comité de control no basta en un momento en que Alemania critica públicamente a Rusia por sus políticas en Chechenia.
El movimiento rebelde checheno denunció en su página en Internet que sabe que los servicios de inteligencia occidentales ayudan a Moscú en su guerra contra Chechenia.
El BND compartió información con los servicios de seguridad rusos por canales de asistencia otorgada tanto a "los refugiados chechenos como a las fuerzas armadas de Chechenia", aseguraron los rebeldes.
En septiembre, y luego de una serie de ataques terroristas contra edificios de apartamentos en las ciudades rusas, el entonces presidente ruso Boris Yeltsin solicitó la ayuda del canciller Gerhard Schroeder para buscar a los responsables y rastrear sus vínculos internacionales.
Moscú justifica su campaña en Chechenia como un golpe contra el terrorismo. Pero defensores de los derechos humanos sostienen que la actitud del gobierno ruso se beneficia de la paranoia occidental frente a grupos terroristas islámicos.
En febrero, el director de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) George Tenet, dijo al congreso estadounidense que la región se había convertido en un "campo de reproducción de una nueva generación de extremistas islámicos".
"A medida que los guerrilleros sean expulsados de Chechenia podrán buscar refugio y fomentar el terrorismo en el Sur del Cáucaso y en Asia Central", advirtió. (FIN/IPS/tra-en/ys/sm/aq/ip/00