BRASIL-VENEZUELA: Conexión eléctrica gravita sobre cumbre

El proyecto de construir un tendido eléctrico a través de la Amazonia tropezó con la negativa de comunidades indígenas, y ahora amenaza con empañar la reunión entre los presidentes de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, y de Venezuela, Hugo Chávez, prevista para este jueves y el viernes.

"Aún no hemos concretado nada", confirmó este miércoles a IPS la Federación Indígena del Estado de Bolívar, que se abstuvo de dar mayores detalles a la prensa, para no entorpecer negociaciones de último minuto con el gobierno venezolano.

La administración de Chávez ha tratado de lograr la aprobación de las comunidades indígenas para la instalación de las altas torres eléctricas.

El tendido parte desde la poderosa central hidroeléctrica de Guri, en la Guayana venezolana, rumbo a la ciudad de Boa Vista, en el norte brasileño, con la finalidad de surtir a esa zona con unos 200 megavatios diarios. El proyecto surgió como resultado de un acuerdo binacional.

Sin embargo, la obra sufrió reiterados retrasos del lado venezolano, y fue paralizado en octubre de 1999 después de que comunidades indígenas de la zona de Guayana sabotearon cuatro de esas torres para protestar contra el tendido, por considerar que amenaza a sus comunidades.

El proyecto también ha enfrentado críticas de ambientalistas venezolanos, quienes advierten que las torres de alta tensión atraviesan un delicado ecosistema.

La interconexión eléctrica binacional es parte importante de la agenda de la visita de Cardoso a Venezuela. El mandatario brasileño, que permanecerá unas 48 horas en este país, incluso tiene prevista una visita a la zona de Guayana, al sureste del país.

En ese momento, el tendido eléctrico sería crucial, y medios locales aseguran que el presidente brasileño pedirá abiertamente avanzar en la obra.

Cardoso llega a Venezuela en un buen momento para las relaciones bilaterales, que incluye la voluntad política para aumentar el intercambio y las inversiones. En este momento el comercio entre los dos países suma 1.500 millones de dólares.

En torno a la reunión presidencial se han previsto otras empresariales y exploraciones para intensificar la cooperación en áreas como la petrolera, con asociaciones estratégicas entre empresas de los dos países, y la militar. También se examinará un proyecto para un nuevo puente sobre el río Orinoco.

Esta será la quinta vez que los dos presidentes se reúnen en 15 meses.

Chávez, quien en reiteradas oportunidades ha destacado la importancia de acercarse a Brasil, también ha sostenido reuniones con delegaciones empresariales y autoridades de la zona norte de ese país, precisamente la que podría ser abastecida por el tendido eléctrico.

El 17 de marzo, el presidente venezolano visitó las comunidades indígenas de Guayana con el fin de destrabar las obras eléctricas, pero los líderes de las etnias se negaron a firmar una Declaración de Hermandad que los comprometía a apoyar la construcción y el desarrollo del país.

"Me voy defraudado", admitió Chávez en esa oportunidad. Pero el gobierno decidió insistir en su propuesta a estas comunidades y ha mantenido el contacto con la Federación Indígena del Estado Bolívar, que es la interlocutora para eventuales acuerdos.

"No puedo esperar mucho tiempo para dar una respuesta a los amigos de Brasil", añadió el mandatario venezolano, quien impulsó con entusiasmo la participación de las comunidades indígenas en el proceso de creación de la nueva Constitución, aprobada por referendo en diciembre.

Esta Constitución incluye por primera vez en la historia un capítulo especialmente dedicado a los derechos indígenas, incluyendo el derecho originario a sus tierras ancestrales, y a conocer y aprobar los proyectos que los podrían afectar.

"Hemos insistido en plantear nuestra preocupación por el impacto sociocultural" que puede generar la instalación de las torres, dijo a IPS después de la visita presidencial a la zona, uno de los dirigentes de la Federación Indígena, Nicolás Betis.

Betis planteó que en el pasado la experiencia en materia de proyectos de desarrollo ha sido negativa, pues afecta la estabilidad de las comunidades, y recordó que los indígenas de la zona ya tuvieron malas experiencias con la construcción de la carretera hacia la frontera con Brasil.

Los opositores al tendido eléctrico con Brasil temen la llegada de proyectos mineros depredadores. La Federación ha planteado que antes de dar su consentimiento para proseguir las obras espera tener en claro "el tipo de desarrollo" que llegará asociado a la instalación de energía.

De acuerdo con informaciones difundidas en Caracas, toda la parte del tendido correspondiente al lado brasileño ya ha sido concluida, lo cual aumenta la presión sobre las autoridades venezolanas para terminar unos 400 kilómetros correspondientes al lado venezolano.

El tendido debía estar terminado al final de 1998. Según ha trascendido, el retraso en concluir la obra genera una multa de unos 5.000 dólares diarios. (FIN/IPS/lc/mj/ip-if/00

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