La Muestra del Redescubrimiento, que se abre al público este martes en Sao Paulo, reúne más de 15.000 obras en un completo panorama histórico de las artes visuales de Brasil, sin la exclusión y violencia que empañaron la celebración oficial de los 500 años del país.
Indígenas, negros, artesanos populares e incluso locos fueron contemplados en la mayor muestra realizada en el país, que otras 11 capitales estaduales y al menos 17 grandes museos de Argentina, España, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Portugal exhibirán parcialmente de fines de este año hasta 2002.
Los pueblos indígenas, excluidos de las conmemoraciones y brutalmente reprimidos por la policía el sábado en el estado de Bahía, cuando procuraban protestar contra el genocidio que sufrieron, tienen su arte reconocido en uno de los 13 módulos que componen la muestra.
Son 600 obras, algunas traídas desde museos de Europa. Una de las más importantes, por ejemplo, es un manto de plumas rojas que pertenece al Museo Nacional de Dinamarca y fue llevado por los holandeses que ocuparon el Nordeste brasileño en el siglo XVII.
El conjunto procura enseñar que el arte indígena no es uno solo, sino que son más de 200 pueblos con producción e identidad propia, y que evolucionó en esos cinco siglos de contactos con los blancos y su tecnología pero mantiene su estilo, señaló la arqueóloga Lucia van Velthem, curadora del módulo.
Son obras artísticas, aunque hechas para una utilización en la vida, al contrario de la concepción blanca y occidental que desvincula el arte de usos prácticos, explicó Velthem, que estudió en profundidad el pueblo uiana, del norte de Brasil, en la frontera con Suriname.
Además los indígenas están presentes en el módulo sobre arquelogía, de arte producido antes de la llegada de los portugueses en 1500, revelando una "sofisticación estilística" que desmienten prejuicios sobre la tosquedad de los pueblos autóctonos, según la curadora María Cristina Scatamachia.
Dos módulos, Arte Afro-brasileña y Negro de Cuerpo y Alma, revelan la producción de los africanos traídos a Brasil como esclavos y también en sus propios países de origen.
Se trata, principalmente, de máscaras, esculturas y pinturas e incluyen también obras en que artistas blancos de varios países expresan su visión sobre los negros.
La "Muestra del Redescubrimiento: Brasil + 500" dedica también una parte a "Imágenes del Inconsciente", con 300 pinturas, esculturas, alfombras y objetos producidos por internados en hospitales psiquiátricos.
Ese módulo es un homenaje a Nise da Silveira, psiquiatra muerta el año pasado que revolucionó el tratamiento de enfermos mentales con el uso del arte hace más de 60 años, y creó el Museo de Imágenes del Inconsciente en Río de Janeiro, donde se acumularon más de 300.000 dibujos y pinturas de sus pacientes.
Arthur Bispo do Rosario es el más conocido, y reconocido internacionalmente, de los artistas surgidos en los hospicios. Está presente en la muestra histórica con sus tejidos, mantos y pinturas.
El "Redescubrimiento" artístico de Brasil ocupa 50.000 metros cuadrados en cuatro edificios en el Parque de Ibirapuera, local de grandes exposiciones en Sao Paulo, donde se espera más de 1,5 millones de visitantes hasta el 7 de septiembre.
La gigantesca muestra costó 40 millones de dólares y es promovida por la Asociación Brasil 500 años, una iniciativa privada que inició sus trabajos en 1997.
El apoyo financiero de 40 empresas permitió reunir obras caras, pertenecientes a museos de variados países, especialmente europeos, y a coleccionadores particulares.
En la organización del evento se empleó a más de 2.000 personas. Los visitantes tendrán que pagar de siete a 15 reales (3,90 a 8,40 dólares), siendo más cara la visita a todos los módulos y en fines de semana o feriados.
Ese precio recibió muchas críticas, por ser muy caro en un país donde el salario mínimo equivale a solo 84 dólares.
El objetivo de una muestra tan amplia es divulgar una riqueza y diversidad cultural que los propios brasileños desconocen, según el presidente de la Asociación, Edemar Cid Ferreira. A los extranjeros deberá revelar que Brasil no se limita a las visiones estereotipadas que difunde el noticiero, añadió.
Hacía falta una exposición panorámica con ese carácter en el país, dijo Nelson Aguilar, curador general, que también seleccionó las obras del siglo XX incluidas en la muestra, que según él debería hacerse regularmente, no solo en ocasiones excepcionales como el quinto centenario del país.
El "Redescubrimiento" no comprende obras inéditas, porque su objetivo es la historia, no la novedad, explicó Aguilar. Cada módulo recibió una amplia escenografía, exagerada según críticos para los cuales el arte no necesita tales artificios.
El escenario busca atraer el público poco familiarizado con las artes visuales, objetivo de un evento de tal magnitud, justificó Aguilar.
Las artes plásticas convencionales estarán organizadas en orden cronológica, con módulos dedicados al arte de los siglos XVII y XVIII, del siglo XIX, el arte moderno y el contemporánea.
Pero también el "Arte Popular", más identificado con artesanía, tiene su módulo, el más amplio, con cerca de 2.000 objetos, entre piezas de cerámica, trajes, muñecos, máscaras, banderas y figuras religiosas. (FIN/IPS/mo/mj/cr/00