La entrega del niño náufrago cubano Elián González a su padre, Juan Miguel González, acercó el desenlace de una historia que puso a prueba la capacidad del gobierno de Estados Unidos de hacer cumplir sus propias leyes.
"De todas maneras el perdedor era Estados Unidos, porque se había creado un estado de potencial ingobernabilidad a partir de que la policía de Miami anunció que se negaría a cooperar", comentó una analista latinoamericana en temas de seguridad hemisférica, que prefirió mantener su nombre en reserva.
El curso tomado en las últimas semanas por el caso de Elián, sobreviviente del naufragio en noviembre pasado de una embarcación con emigrantes cubanos indocumentados, reveló la debilidad del gobierno de Bill Clinton.
Sectores del exilio cubano contrarios a la repatriación habían aumentado su presencia frente a la casa de Lázaro González, el tío abuelo de Elián, quien dijo estar dispuesto a resistir por la fuerza la orden del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) de entregar al niño, de seis años, a su padre.
Las autoridades locales habían anunciado también su intención de no colaborar con el INS, si decidía ingresar por la fuerza a la casa de Lázaro González para sacar al niño, centro de una disputa por su custodia que quedó atrapada en el conflicto entre La Habana y parte de la comunidad cubana residente en Miami.
Se calcula que cerca de 800.000 emigrantes cubanos y sus descendientes viven en la zona de Miami, que concentra a la vez a la mayor parte de los sectores adversos al gobierno de Fidel Castro, quien convirtió el caso en símbolo de las consecuencias de la política migratoria de Estados Unidos.
La vigencia desde los años 60 de la Ley de Ajuste Cubano, que da derecho a residencia a los ciudadanos cubanos al año y un día de permanencia en territorio estadounidense, cualquiera sea la forma en que hubieran llegado, incentiva el tráfico ilegal de emigrantes, causante de miles de muertes, según La Habana.
El naufragio en el que murieron la madre de Elián, Elizabeth Brotons, y otros 10 pasajeros, fue uno de los frecuentes accidentes sufridos por emigrantes clandestinos cubanos que pagan hasta 8.000 dólares por llegar a Estados Unidos.
Agotados todos los esfuerzos por lograr una transferencia voluntaria de la custodia del niño, agentes federales penetraron en la madrugada de este sábado en la casa de Lázaro González, en el barrio la Pequeña Habana de Miami, para trasladarlo a Washington y entregarlo a su padre.
Lázaro González había perdido hace nueves días la custodia temporal de Elián, pero aún así se negaba a acatar la orden de la secretaria de Justicia, Janet Reno, quien defendió la operación como "muy cuidadosamente planificada" y puesta en marcha luego de frustrarse "toda una noche de negociaciones".
En tanto, el gobierno cubano exhortó a la población de la isla a abstenerse de realizar manifestaciones públicas y mantener una actitud "serena, discreta y digna", a fin de evitar conductas que puedan influir negativamente en el curso de la situación.
"La necesidad de luchar por Elián continúa, pero la entrega del niño a su padre significa un giro favorable hacia la solución justa, honorable y correcta del problema", dijo el gobierno cubano en el tercer comunicado sobre lo que calificó de "grata noticia".
"Esta es una derrota de la mafia", pero la batalla no ha terminado y hay que seguir atentos, dijo un comentarista radial en alusión al proceso de apelación presentado por los familiares de Miami ante una corte de Atlanta, previsto para el 11 de mayo.
Esa Corte decidió el martes que el menor no saliera de Estados Unidos hasta tanto no se emitiera el fallo sobre una demanda para que se le otorgue asilo político en Estados Unidos.
La decisión judicial descartó el inmediato regreso de Juan Miguel González a Cuba, aunque eliminó argumentos legales para continuar obstaculizando la devolución del niño.
El INS reconoció en esa fecha el derecho del padre, que se encontraba en Cuba, a hablar por su hijo y estableció como plazo de repatriación el 14 de enero, incumplido por una serie de recursos judiciales interpuestos por Lázaro González.
La resolución del INS fue apoyada el 25 de marzo por el juez Michael Moore, quien desestimó la solicitud de asilo para Elián y consideró que el menor debía ser repatriado.
Juan Miguel González comenzó en marzo a ser representado en por el prestigioso abogado Gregory Craig, cuya actuación se considera decisiva en el vuelco del caso, aprovechado por el presidente cubano Fidel Castro en su batalla ideológica contra Estados Unidos.
"Castro jugó a ganador en esta historia y logró sacarle buenos dividendos: desacreditó a sus enemigos del exilio y aprovechó la situación como elemento de cohesión interna", comentaron fuentes diplomáticas en La Habana.
Desde el 5 de diciembre se sucedieron en la isla manifestaciones populares en demanda del retorno de Elián y el cese de la Ley de Ajuste Cubano, que según La Habana entorpece el cumplimiento de los acuerdos migratorios de 1994 y 1995.
Juan Miguel González viajó a Washington el 6 de enero, acompañado de su esposa Nercy Carmenate y su hijo menor, Hianny, luego de recibir de las autoridades estadounidenses seguridades de que podría reunirse con Elián muy pronto.
Castro había solicitado también visa para un grupo de compañeros de escuela de Elián, su maestra, médicos y otros especialistas considerados necesarios para ayudar al niño a recuperarse de las secuelas del naufragio y su larga estadía en Miami, mientras se espera la audiencia de la corte de Atlanta.
En La Habana, una casa de descanso de la Unión de Jóvenes Comunistas fue acondicionada como escuela y albergue para el proceso de readaptación de Elián. (FIN/IPS/pg/ag/ip/00