El fotógrafo italiano Oliviero Toscani usa imágenes humanas chocantes para vender ropa y accesorios de la empresa Benetton, pero el brasileño Sebastiao Salgado las utiliza para dar publicidad a la miseria.
"Quiero que la mayor cantidad posible de gente vea mis fotos de manera que no pueda dar vuelta la cara e ignorar lo que pasa en la otra mitad del mundo", dijo Salgado a IPS durante la inauguración de una exposición de sus obras, titulada Exodus, que tuvo lugar este mes en París.
La muestra estará abierta hasta septiembre en el Centro Europeo de Fotografía. El famoso reportero gráfico brasileño pasó los últimos siete años viajando por los agujeros infernales del mundo para juntar en su portafolio a millones de marginados.
Exodus es una colección de 300 imágenes de gente sin hogar, arrancadas de su vida normal por la guerra, el hambre, las inundaciones, la opresión política o los desastres ambientales, o que simplemente buscan una vida mejor. Cada foto cuenta una historia distinta, pero de algún modo todas se parecen.
"Hay miles de personas en movimiento en todo el mundo, y en cualquier país que se encuentren, de cualquier guerra que huyen o cualquier oro que busquen, todas se asemejan", dijo Salgado. "Este es un tema que pide a gritos un debate. Lo sé de corazón, lo he visto toda mi vida", aseguró.
El enérgico fotógrafo de 56 años, quien se exilió en Francia por razones políticas hace 26, es más conocido por sus reportajes gráficos de las minas de oro brasileñas y de los campesinos sin tierra, así como de los pozos petrolíferos de Kuwait en llamas durante meses tras la guerra del Golfo (1991).
Salgado no se avergüenza de la acusación de mostrar lugares comunes de los sufrimientos humanos.
"El reportero es un productor de iconos y estereotipos. Si las imágenes encajan en un mismo molde, son aptas para consumo mundial. Los íconos y lugares comunes deben ser reconocidos por la mayor cantidad de gente posible", afirmó.
"Espero que la gente no se canse de ver esas imágenes. La gente no se cansa de consumir, así que espero sigan viendo mis fotos y reaccionen", agregó el fotógrafo.
Salgado es tan bueno en su trabajo que a menudo fue acusado de transformar el sufrimiento humano en obras de arte, y es cierto, porque las fotos están todas bien enfocadas, iluminadas y encuadradas. No se trata de fotos de acción, sino de retratos profundamente perturbadores.
"Entiendo por qué la gente me critica por explotar las miserias humanas por razones estéticas. Sin embargo, hacer una imagen bella de dolor no me causa problema, porque dice mucho más que una mala foto", expresó.
Salgado, que estudió economía antes de descubrir la cámara, se gana la vida a través de su pequeña y singular agencia fotográfica, Amazonas Images, que instaló junto con su esposa Leila Wanick Salgado en 1994, tras marcharse de la agencia internacional Magnum en 1992.
Su reputación le valió contratos con algunas de las mayores publicaciones mundiales, como The New York Times, Paris Match y El País de Madrid, entre otras.
La agencia Amazonas, con seis empleados, está situada junto al canal San Martín en París y gana dinero organizando exhibiciones, como la última, llamada La Mano Humana, que apareció en 67 lugares distintos en 1993, y con libros que contienen celebradas obras del fotógrafo.
Salgado afirma que el propósito no es la fama ni el dinero, sino hacer que la gente hable. "Estoy harto de oir discusiones estéticas sobre mis fotos. Quiero que la gente hable seriamente sobre las historias que cuentan esas fotos. Si conseguimos hacer hablar a la gente, habrá un efecto de rebote que ayudará a los indigentes del mundo".
Salgado está decidido a usar sus fotos para que la visión comfortable del mundo muestre también su lado incómodo. Para reunir las imágenes de Exodus, visitó 47 países en cuatro continentes.
"Sin embargo, con la televisión e Internet ya no hay excusas para ignorar los horrores que tienen lugar en el otro lado del mundo o en el propio patio trasero", dijo Salgado en el prefacio de su libro sobre las fotos de Exodus.
"Y, aunque la gente sepa sobre los cientos de miles que huyen de Kosovo o los millones que cuelgan de los árboles para escapar de la inundación en Mozambique, no hace lo suficiente para ayudar", lamentó.
Las agencias humanitarias del Norte existen, en gran parte, para hacer relaciones públicas en favor del Sur, y es allí donde Salgado encontró su plataforma de acción, porque se ha convertido en un promotor de la causa humanitaria.
Sus fotos, que incluyen las famosas imágenes de "antes y después" de la hambrienta Leila, ayudaron a impulsar una campaña de asistencia alimentaria en los años 90 por la agencia francesa Acción Contra el Hambre, y mantienen con vida la campaña Freres des Hommes en favor de los campesinos brasileños sin tierras.
Hasta ahora, hay 16 exposiciones de Exodus previstas en ciudades de todo el mundo, pero muchas más serán organizadas por organizaciones no gubernamentales (ONG) que reciben carpetas con fotos de Salgado para promocionar su trabajo, la ayuda humanitaria. (FIN/IPS/tra-en/sa/da/ego-mlm/cr-hd/00