La Confederación Europea de Sindicatos (CES) reclamará ante la cumbre extraordinaria de la Unión Europea (UE), que se celebrará el jueves y viernes en Lisboa, una redistribución social del crecimiento económico y el respeto a las conquistas sociales y laborales.
El documento al respecto de la CES, que agrupa a la mayoría de los sindicatos de los 15 países de la UE, fue difundido este miércoles en Madrid por las dos centrales sindicales mayoritarias de España, Comisiones Obreras (procomunista) y la Unión General de Trabajadores (prosocialista).
En el escrito, que también fue entregado al presidente de turno de la UE, el primer ministro portugués Antonio Gutérres, la CES señaló que la introducción de nuevas tecnologías debe darse en el marco de una economía basada en la inclusión social y no solo en la competitividad internacional.
La actitud de la CES responde al objetivo fijado para la cumbre de Lisboa de estudiar la liberalización total de tres grandes sectores económicos: las telecomunicaciones, los transportes y la energía.
Dos primeros ministros de ideologías diferentes, el británico socialdemócrata Tony Blair y el centroderechista español José María Aznar, coincidieron en destacar el aspecto social que, a su juicio, requerirá la nueva política, en una carta conjunta que enviaron a Guterres.
Aznar y Blair plantearon la necesidad de establecer un calendario y fechas límites para completar las reformas económicas.
Pero también destacaron que es preciso "combinar el dinamismo económico y la justicia social para conseguir que la economía del conocimiento sea un éxito y que ofrezca trabajo y prosperidad para todos en Europa".
Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, también coincide en que no se puede apostar por tener una sociedad más rica y menos justa socialmente.
Pero esas aspiraciones políticas chocan contra el muro de expertos que apuestan por el crecimiento económico, el combate a la inflación y por la liberalización del mercado de trabajo, completado ello con la eliminación o merma de las conquistas laborales.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, al intervenir el lunes ante el Parlamento Europeo, se mostró preocupado por el aumento de los precios al consumo en España, Irlanda e Italia y reclamó a esos países "moderación salarial".
Además, otros gobiernos, como el británico y el italiano, presidido por el ex comunista Massimo D'Alema, propondrán la adopción de una política común para reducir los subsidios al desempleo, como una medida orientada a incentivar a los desocupados a buscar trabajo.
Fuentes próximas a la Comisión Europea señalaron que es necesario pugnar por la justicia social pero que, a pesar de la bonanza económica, en una economía globalizada es insostenible el actual modelo de protección social europeo, considerado el más avanzado del mundo.
Por eso, la CES, que agrupa a unos 60 millones de trabajadores, se muestra preocupada. La UE debe coordinar de manera estrecha las políticas macroeconómicas y estructurales, para lograr el pleno empleo y su estabilidad, según la organización sindical.
El objetivo, además de mantener las conquistas sociales, debe ser reducir la desocupación a cinco por ciento en 2005, o sea la la mitad del actual promedio de 10 por ciento, aunque en algunos países, como España, supera el 15 por ciento, advirtió la central regional.
Para ello "es imprescindible que las orientaciones sobre el empleo no se subordinen a las grandes orientaciones de política económica", según la CES, que también exigió que las decisiones del BCE y los ministros de economía y finanzas no se contrapongan al combate a la desocupación ni reduzcan las conquistas sociales.
La CES le recordó a los gobernantes que la fuerte caída de la inflación ha recibido la contribución decisiva de los trabajadores que aceptaron la moderación salarial. Pero, añadió, ahora "hay que abordar los graves problemas de desigualdad, especialmente entre mujeres y hombres, y de exclusión social".
Además, subrayó que se debe valorar el modelo social europeo con énfasis en su renovación "y no en sus recortes o en su destrucción".
"El movimiento sindical europeo apoya el desarrollo de la sociedad de la información y del conocimiento (…), de forma que se aborden las consecuencias de la introducción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el empleo, los derechos laborales y la protección social", agregó.
En definitiva, "se trata de promover una economía basada en la inclusión social y no solamente en la competitividad internacional", por lo que reclamó la participación de los trabajadores en los procesos de cambio estructural.
Por último, la CES se propuso hacer oír con fuerza su voz, y realizar una gran manifestación sindical el 19 de junio, en Oporto, donde se celebrará la cumbre que marcará el fin de la presidencia portuguesa de la UE y en la que se adoptarán las resoluciones sobre el debate de este jueves y viernes en Lisboa. (FIN/IPS/td/mj/ip/lb/00