Turquía proyecta un plan de modernización militar que durará ocho años y costará 31.000 millones de dólares, pero no todos consideran que ayudará a pacificar los conflictos de este país.
La organización sin fines de lucro Federación de Científicos Estadounidenses (FAS), con sede en Washington, cuestionó el armamentismo turco.
"Dado su papel como principal proveedor de armas de Turquía, Estados Unidos tiene un enorme peso sobre la conducta turca en relación con puntos importantes, como el respeto por los derechos humanos y la búsqueda de acuerdos negociados a la guerra civil que ya lleva 15 años con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán y a la división de Chipre", señaló FAS.
A pesar de las quejas del gobierno turco y los medios de comunicación de que Estados Unidos impuso "un embargo paralelo" a las ventas de armas a Ankara, Washington sigue siendo el principal proveedor de armas de este país, agregó.
Muchos critican en Turquía el gran peso que el plan impuso sobre el presupuesto y cuestionaron el armamentismo desde el punto de vista de la paz regional.
"Si hemos de creer el panorama mundial que describen nuestros políticos, Turquía ya está rodeada por un círculo de paz. ¿Por qué entonces aumenta nuestro gasto militar en lugar de descender?", preguntó el columnista Necati Dogru, del diario Sabah.
El debate actual surge del interés del gobierno en adquirir 145 helicópteros de ataque a un costo de 4.500 millones de dólares. Dogru considera que la compra está teñida de corrupción.
"La compra de los helicópteros se decidió en 1998, y entonces el costo se calculó en 2.500 millones de dólares. Pero ahora se asegura que cuestan 4.500 millones, sin ninguna explicación sobre el incremento", argumentó.
Si se concreta el negocio, Turquía confirmará su superioridad ante los países vecinos con su flota de 649 helicópteros de ataque. Irán contaría con 300, Siria con 206 y Grecia con 200.
El analista militar Tanju Akad apoyó el aumento en el gasto de la defensa gubernamental.
"No existe tal cosa como la 'era de la paz', es una ilusión. Todo país debe fortalecer su defensa por todos los medios. El incremento relativo del presupuesto de defensa está más relacionado con la debilidad de la presión pública en otros ámbitos, como la educación y la protección del ambiente", dijo.
Akad sostiene que políticos y la opinión pública también deben presionar por un incremento en el presupuesto de educación y del ambiente en lugar de intentar disminuir el gasto de la defensa.
Actualmente se destina nueve por ciento del presupuesto al gasto de defensa mientras 0,5 por ciento se dedica al ambiente y dos por ciento a la educación.
"Las prioridades en materia de defensa no las deciden el público sino los círculos militares sin ninguna discusión pública", dijo el analista Omer Laciner.
"Lo peor es que estos temas no son de debate público en nuestro país. El gasto militar está envuelto en el misterio. El presupuesto nunca se cuestiona en el Parlamento, simplemente se aprueba como lo propone" el Poder Ejecutivo, agregó.
"Debido al constante desarrollo tecnológico, el potencial de gasto militar es infinito. Siempre hay algo nuevo para comprar", dijo.
"Al depender de las importaciones, nunca se tiene una capacidad de decisión independiente para hacer la guerra. Las superpotencias te arman hasta los dientes pero nunca te dejan hacer la guerra", argumentó Laciner con respecto al armamentismo turco.
Según medios de comunicación de este país, si Turquía decide comprarle los helicópteros a una compañía estadounidense, Washington "anunció que la venta estará condicionada al avance turco en materia de derechos humanos".
"Un punto muy contradictorio", dijo Akin Birdal, ex presidente de la Asociación de Derechos Humanos de Turquía. "Cuando la situación de derechos humanos de un país está bien, entonces debería haber una democracia. ¿Por qué un país democrático debe armarse hasta los dientes?", preguntó.
Turquía "es uno de los mayores compradores de armas del mundo. Esta situación es muy peligrosa. La globalización afectó en forma negativa a la situación de derechos humanos en todo el mundo", dijo Birdal a IPS.
"Por desgracia, Turquía ocupa el segundo lugar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte con 800.000 soldados en sus Fuerzas Armadas. Por lo tanto, necesitamos hacer campaña por la democracia y los derechos humanos, no para aumentar nuestra capacidad militar, sino para reducirla", dijo. (FIN/IPS/tra-en/nm/sm/aq/ip/00