RUSIA: Salarios miserables frenan el desarrollo

Cuarenta por ciento de la población de Rusia sobrevive con salarios inferiores al mínimo requerido para subsistir, calculado en 41 dólares mensuales por persona, y economistas opositores advierten al gobierno que la pobreza está frenando el desarrollo.

La economía rusa comienza a dar señales de crecimiento después del derrumbe de agosto de 1998, pero los salarios rusos alcanzan un promedio nacional de apenas 62 dólares mensuales, una cifra muy baja, como admiten los propios ministros del gobierno de Vladimir Putin.

Mientras, según cifras oficiales, la economía creció tres por ciento en 1999 y el superávit comercial alcanzó 32.000 millones de dólares, el salario real ruso cayó 13 por ciento en 1999 respecto de 1998 y 20 por ciento respecto de 1997, indicó Peter Westin, experto del Centro Ruso-Europeo para Política Económica.

Incluso en Moscú, donde la gente vive algo más desahogada, 53 por ciento de los trabajadores reciben ingresos declarados inferiores al nivel mínimo de subsistencia, según la vicealcaldesa Lyudmila Shevtsova.

La demanda de consumo es, según los economistas rusos, el punto clave para mantener el crecimiento económico, y esa demanda se mantiene contraída por la crisis salarial.

El sueldo mínimo, empleado para calcular, entre otras cosas, los salarios de los empleados estatales de la Federación Rusa, asciende actualmente a 2,9 dólares mensuales. El ministro de Trabajo, Sergei Kalashnikov, calculó que el mínimo debería ser de un dólar por hora, y prometió duplicar los salarios de estatales.

De todas maneras, otro viceprimer ministro, Viktor Khristenko, desechó de inmediato las promesas de Kalashnikov de duplicar los salarios, pues, dijo, las arcas del estado ruso no tienen suficiente dinero. El gobierno piensa aumentar los sueldos, pero no antes de 2001, apuntó.

Kasyanov admitió esta semana que el país padece una aguda falta de liquidez y es incapaz de pagar incluso los bajos sueldos a los empleados públicos.

La pérdida de 80 por ciento del valor del rublo desde el verano boreal de 1998 representó una caída drástica del ingreso real de la población, que, no obstante, no sufrió una caída del empleo.

Para colmo, aquellos que trabajan no reciben, por lo general, sus salarios a tiempo.

Los economistas observan que la población sobrevive apelando a ingresos adicionales por concepto de alquiler de vivienda o la venta de cigarrillos en las calles para llegar a fin de mes con algo de dinero.

Delyagin sostuvo que si bien las cifras oficiales tienden a subestimar el fenómeno, la brecha entre los más ricos y los más pobres ya es suficientemente grande para causar considerables tensiones sociopolíticas.

Los ingresos del 10 por ciento más rico de la población de Moscú es 61 veces superior que los del 10 por ciento más pobre. Esa proporción era de cinco a uno en las vísperas del colapso de la Unión Soviética en 1991 y de 14,5 a uno en 1999, según el economista Mijail Delyagin.

Muy pocos rusos ahorran y la mayoría apenas pueden comprar bienes de consumo esenciales para sobrevivir.

Además, los bancos invierten menos en producción, y el gobierno compra menos. Los economistas advirtieron que esta situación podría provocar un nuevo derrumbe.

El crecimiento económico alcanzado el año pasado comenzará, con seguridad, a tambalear si los ingresos no aumentan en un plazo breve.

La falta de medios causa dentro del país una baja demanda de bienes y servicios, lo cual se convierte en un serio peligro para el desarrollo del país, indico Delyagin. "Ese es el desafío que ahora enfrenta Rusia", agregó.

Tras la devaluación del rublo, que comenzó en 1998, los bienes rusos se volvieron competitivos con las costosas importaciones. La producción industrial rusa aumentó e incluso superó el nivel anterior a la crisis.

El gobierno aseguró que los sueldos atrasados a los empleados federales fueron totalmente abonados. De todas maneras, en enero de 2000 el Estado debía el equivalente a 1.530 millones de dólares a sus funcionarios.

La Duma (cámara baja del parlamento) aprobó una ley que considera penalmente imputables a los empleadores que no pagan a sus obreros.

Mientras, el primer viceprimer ministro ruso, Mikhail Kasyanov, advirtió que el gobierno carece de medios para regular los salarios en el sector privado.

La Confederación Internacional de Sindicatos Libres, que, con 124 millones de afiliados en 137 países, es la mayor organización de trabajadores del mundo, declaró que la crisis salarial rusa constituye una sistemática violación de los derechos laborales.

Mientras, el desempleo, que se mantiene estacionado, afecta, según cifras oficiales, a 1,5 millones de personas, o, según estudios independientes, a 8,7 millones en este país de unos 150 millones de habitantes.

La diferencia entre las cifras se explica por la reticencia de muchos a quedar registrados como desempleados, dada la exigüidad del subsidio que reciben. (FIN/IPS/tra-eng/sb/ms/ego/mj/if lb/00

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