Chile, el mayor exportador mundial de cobre, registró en los años 90 un vigoroso crecimiento de la producción privada de ese mineral, que en 1999 representó 63 por ciento de la extracción total, en contraste con el 25 por ciento de 1990.
El año pasado este país produjo 4,38 millones de toneladas del llamado "metal rojo", con un aumento de 19 por ciento respecto de 1998, lo cual hizo crecer entre un año y otro su presencia en el mercado mundial de 30 a 35 por ciento, según datos de la Comisión Chilena del Cobre difundidos este martes.
Las estadísticas de este organismo gubernamental señalan que la producción chilena de cobre se triplicó en la década de los años 90 gracias a las inversiones privadas, en su mayoría de consorcios transnacionales, para el desarrollo de nuevos yacimientos en las regiones del extremo norte del país.
El sector privado, que en 1990 aportaba sólo 24,7 por ciento de la producción cuprífera, aumentó su incidencia a 53,2 por ciento en 1995, a instancias del inicio de las operaciones en 1994 de La Escondida, el mayor proyecto minero desarrollado hasta entonces en el país por particulares.
El sector privado comenzó a superar desde entonces los volúmenes de extracción de la estatal Corporación del Cobre (Codelco), entidad que administra y gestiona los grandes yacimientos nacionalizados en 1971 por el gobierno izquierdista de Salvador Allende, derrocado por un golpe militar en 1973.
Hasta 1997, el sector minero, particularmente el cobre, atrajo los mayores montos de inversiones externas en Chile, sobre todo de empresas de Estados Unidos y Canadá, y del mismo modo fueron un atractivo para los grandes grupos empresariales chilenos, a menudo asociados con compañías foráneas.
No obstante, Codelco continúa siendo la mayor firma minera en el país y una de las más importantes del mundo en su rubro. El Estado apoya también a los pequeños y medianos empresarios mineros, a través de la Empresa Nacional de Minería.
Pese al incremento de la producción de cobre y a la creciente participación chilena en el mercado mundial de este producto, la importancia del metal en la balanza comercial de Chile registró una baja, en virtud de la constante diversificación de la oferta exportable.
En 1995, el cobre originó 42 por ciento de los ingresos por exportaciones y en 1999 representó 33,4 por ciento, con ventas por 5.300 millones de dólares sobre un total de ventas externas de 15.913 millones de dólares.
El aporte del metal rojo a la balanza comercial se vio fuertemente afectado desde 1998 hasta mediados de 1999 por una caída en los precios internacionales, vinculada a la contracción económica que acompañó a la crisis financiera originada en el sudeste asiático en 1997.
El precio del cobre se ubicó en 1999 en un promedio de 71,4 centavos de dólar la libra en la Bolsa de Metales de Londres. La cotización llegó a su mínimo en marzo, con 62,5 centavos de dólar la libra, para iniciar una recuperación en julio y llegar en diciembre a los 80 centavos de dólar.
La crisis de precios comenzó en 1998, con una cotización promedio de 75 centavos de dólar la libra. En 1995 se llegó a un récord, cuando la libra de cobre se pagaba a un promedio de 133,2 centavos de dólar, y los precios altos se mantuvieron en 1996, con 103,9, y en 1997, con 103,2 centavos de dólar.
El auge de los precios a mediados de la década estimuló en Chile y otros países productores las grandes inversiones en proyectos de yacimientos cupríferos, lo cual, según algunos analistas, creó una situación de sobreoferta en el mercado mundial que se sumó a la crisis mundial en 1998 y 1999 para provocar la caída de las cotizaciones.
Este año, los precios del cobre mantienen un comportamiento errático, con un promedio de 83,6 centavos de dólar la libra en enero, 81,7 en febrero, y de 78,4 en lo que va de marzo, no obstante lo cual los expertos prevén que el año concluirá con una cotización media entre 81 y 86 centavos de dólar la libra.
La situación de precios en la actualidad está condicionada por la lentitud en la recuperación económica de Japón y la incertidumbre que sobre el conjunto de la economía mundial plantean los precios internacionales del petróleo, señalaron analistas del mercado.
Chile tuvo en la década de los años 90 el mayor crecimiento del producto interno bruto en América Latina, con un promedio anual de seis por ciento, debido en gran medida al aporte del cobre y que, a la vez, pudo ser mayor de no haber mediado la crisis de precios de los dos últimos años.
La minería representa 10,2 por ciento del producto en Chile, correspondiendo siete por ciento al cobre, con un aporte igualitario de Codelco y el sector privado. (FIN/IPS/ggr/dm/if/00