Las encuestas en El Salvador prevén una abstención de cerca de la mitad de los 3,1 millones de ciudadanos convocados para las elecciones legislativas y locales de este domingo.
En estas elecciones serán elegidos 84 diputados de la Asamblea Legislativa y 262 alcaldes.
Las encuestas también revelan que los que sí emitirán el voto podrían determinar una mayor dispersión del poder, pues la adhesión a los partidos mayoritarios cae, mientras crecen ligeramente los partidos pequeños.
Las predicciones basadas en los sondeos de opinión aseguran que la gobernante y derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) mantendrá el control en la Asamblea Legislativa, seguido por el izquierdista y ex guerrillero Frente Farabundo Martí para la Liberación (FMLN) y otros partidos pequeños.
En materia de alcaldías, parece claro que la más importante, la de San Salvador, se mantendrá en poder del FMLN, pues el alcalde Héctor Silva, postulado a la reelección, recibe una aprobación popular de 80 u 85 por ciento.
Francis Hasbun, director de la Fundación para el Desarrollo Económico y Social de Centroamérica, atribuyó la popularidad de Silva a obras como lagunas de sedimentación para el tratamiento de desechos líquidos, un relleno sanitario y limpieza y remodelación de parques capitalinos.
Hasbun explicó a IPS que en esta contienda Arena pretende ganar 35 del total de bancas del congreso legislativo, pero eso está en duda porque el partido en el poder ha sufrido un gran desgaste debido, entre otros factores, a la huelga en el sector de la salud que duró cuatro meses.
La protesta comenzó en diciembre y concluyó el viernes, luego de que, finalmente, el gobierno decidió negociar, a tiempo para las elecciones de este domingo.
Una encuesta realizada a finales de febrero por la empresa Cid- Gallup consigna que la intención de voto por Arena bajó nueve puntos. El FMLN también bajó, pero en menor proporción, pues perdió 4,3 puntos de noviembre a febrero.
La distancia actual entre ambos partidos gira en torno de los cinco y siete puntos porcentuales. Los partidos pequeños alcanzan ya, en conjunto, más de 12 por ciento en las intenciones de voto.
Sin duda, el mayor reto de todas las agrupaciones es lograr disminuir el nivel de abstenciones y de votos indecisos, que ascienden a casi 50 por ciento a pesar de que en esta campaña los partidos mayoritarios han tratado de poner en blanco y negro sus diferencias.
Arena ofrece un trabajo legislativo basado en la seguridad ciudadana y el despegue económico a partir de un mayor apoyo a las exportaciones, la pequeña empresa, la inversión y al desarrollo agrícola y turístico.
Otro de los pilares del programa oficialista es el compromiso con la participación ciudadana, dentro del cual ofrece mejorar los sistemas de control social, el desarrollo de los municipios y la atención a la población vulnerable.
El oficialismo también ofrece un nuevo ordenamiento territorial, incentivos para la protección del ambiente y de los recursos naturales, prevención de la contaminación, uso eficiente de los suelos y así como desarrollo de un clima propicio para la inversión extranjera.
El FMLN propone, en cambio, un plan legislativo que en principio alarmó al sector privado.
El programa incluye el freno a las privatizaciones, revisión y ajuste periódicamente de los salarios, regulación de precios, y conversión del impuesto sobre el valor agregado en un tributo diferenciado, e inclusive reducirlo de 13 a 10 por ciento.
Pero lo que más alarmó a los empresarios fue la propuesta de regular las utilidades de las compaías y la de dar al Banco Central la facultad de fijar las tasas de interés.
Rafael Castellanos, director de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social, que agrupa al sector privado, declaró a mediados de febrero que esa propuesta ahuyentaría la inversión extranjera.
"Tengo que decir que esto asusta porque es un retroceso para el país. De llevarse a cabo nos estancaría y espantará las inversiones necesarias para que el país salga adelante", aseguró el empresario, quien advirtió que el efecto lógico de un control de utilidades es la fuga de capitales.
"La lógica del negocio es generar ganancia. Todo empresario, tanto las señoras de los mercados como el que pone una pequeña tienda, invierten para ganar y por eso arriesgan su dinero, lo mismo sucede con las grandes empresas que invierten millones", agregó.
Los temores se diluyeron un poco tras una reunión, también en febrero, entre la cúpula empresarial y representantes del FMLN, en la cual el presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada, Ricardo Simán, dijo que "hay más coincidencias en los problemas que en las soluciones".
Los empresarios mantienen su oposición a las regulaciones a la economía propuestas por los ex guerrilleros.
Es apenas hasta esta elección que los dos partidos mayoritarios logran desnudar su propuesta para mostrar, en carne viva, dos visiones antagónicas: la del libre mercado y la de la economía regulada. (FIN/IPS/msomj/ip if/00