Swazilandia apela a mejorar el presupuesto de la educación, tras verse afectada por un desempleo de 45 por ciento y con 25 por ciento de sus 900.000 habitantes infectados por el virus del sida.
"Sólo a través de la educación sabremos cómo protegernos de una epidemia", dijo la operadora sanitaria Thandi Mabusa.
Solomon Dlamini, ex ministro de Educación, cree que si los ciudadanos están armados de una educación básica serán capaces de encontrar trabajo y mejorar su calidad de vida.
"Los hechos demuestran que la calidad de vida de un pueblo tiene una fuerte correlación con el nivel de su educación", declaró el ministro de Finanzas, John Carmichael, cuando presentó el proyecto de ley presupuestal para este año.
La ley asigna 28 por ciento a los gastos estatales para la educación, una proporción sin precedentes.
La Agenda de Reformas Socioeconómicas, lanzada en septiembre por el gobierno, señaló que existe una relación entre un mejor nivel de vida y la educación. El plan proponía un aumento anual de uno por ciento en el presupuesto destinado al sector.
Sin embargo, aunque el gobierno paga los sueldos de los maestros, la educación gratuita universal está por encima de la capacidad del tesoro. Los padres deberán pagar cuotas escolares, y eso puede ser una carga onerosa para la gente pobre del sector rural.
Si la familia swazi tiene que elegir en enviar a uno de sus hijos a la escuela, por lo general será el varón. Las mujeres no tienen independencia financiera, padecen embarazos no deseados por ignorancia sobre la salud reproductiva y son víctimas del VIH (virus de inmunodeficiencia humana).
Organizaciones no gubernamentales están a la vanguardia de la reforma educativa en este país. Su mensaje es escuchado por la última monarquía absoluta en Africa subsahariana, la cual decide qué se enseña en clase y de qué manera.
También ayuda que el polígamo rey Mswati tenga cinco esposas cuyos niveles de educación superan a aquellos de soberanas anteriores. El año pasado la reina LaMbikisa se graduó en derecho y tiene la intención de usar su rango oficial para alentar la educación femenina.
El rey parece estar de acuerdo que la educación, en lugar de los gastos militares, favorecida por algunos estados vecinos, debe ser prioridad nacional.
En su mensaje anual sobre el estado del reino, el monarca puso énfasis en la necesidad de que los alumnos permanezcan en clase, y criticó los embarazos precoces que implican la expulsión automática de la escuela.
Mswati alentó a sus súbditos más ancianos a que se beneficien con la educación para adultos la cual, desde los años 60, enseñó a leer y escribir a miles de swazis.
El dinero de donantes para financiar microproyectos, cooperativas comunitarias y pequeñas y medianas empresas (SME) está disponible a través de donaciones de la Unión Europea, Estados Unidos, China y otras naciones.
Sin embargo, hace falta conocimiento práctico para crear y sostener esas empresas. Carmichael informó al parlamento que se dispondrá de nuevos fondos para la educación prevocacional, con el fin de desviar el énfasis de la formación institucional hacia aquella basada en la industria.
Agnes Motsa, una maestra de primaria, dijo que "aprender un oficio no es suficiente, a los niños se les debe enseñar a pensar con imaginación y a concebir soluciones".
Ese enfoque es el contrario al de la educación impartida en la época colonial, cuando las escuelas de misioneros promovían una enseñanza destinada a producir burócratas de bajo nivel. De una manera sutil, ese legado todavía persiste.
El rey Mswati lanzó en 1999 una Estrategia Nacional de Desarrollo de 25 años con la intención de que el "programa escolar de enseñanza básica se diseñe para formar mentes creativas e inquisitivas".
"La educación abrirá el camino", sostuvo el asistente social Kenneth Dlamini. Mujeres instruidas "se unirán para formar negocios y cooperativas a pesar de las imposiciones de una cultura patriarcal. Estamos listos para verlo", agregó.
En este país, las comunidades construyen sus propias escuelas sobre terrenos municipales cedidos por los jefes. Sin embargo, muchas no tienen electricidad ni agua corriente, y con frecuencia los niños, mal alimentados, deben recorrer largas distancias para ir a clase.
Eso afecta su capacidad de estudiar. Los cambios están en marcha con la ayuda de donantes internacionales y un programa del ministerio de Educación que incluye la introducción de las primeras computadoras en las escuelas a partir de abril.
Por primera vez, los recursos se distribuyen fuera de los centros urbanos, con lo cual los políticos esperan detener la emigración de las áreas rurales. Actualmente, muchos niños del campo emigran a las ciudades para obtener una mejor educación.
La situación de la enseñanza mundial será analizada por el Foro de Educación Mundial en Dakar, al que asistirán representantes de 180 países del 26 al 28 de abril.
Organizado con el auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el Foro reunirá a delegados de los cinco continentes para evaluar los avances logrados desde la conferencia mundial sobre Educación para Todos en Jamtien, Tailandia, celebrada en 1990.
La preparación del foro fue encargada a los nueve países en desarrollo más poblados (Bangladesh, Brasil, China, Egipto, India, Indonesia, México, Nigeria y Pakistan), que se reunieron a principios de año en Brasil y República Dominicana. (FIN/IPS/tra- en/jh/sm/ego/mj-aq/ed dv/00