CUBA: La crisis económica no da tregua tampoco en el 2000

La población de Cuba seguirá soportando este año la severa crisis económica que cambió de manera radical su forma de vida desde comienzos de los años 90, estiman expertos.

Un estudio del economista Armando Nova, de la Universidad de La Habana, pronosticó que en el 2000 se mantendrá la limitada disponibilidad de divisas y las duras condiciones de créditos que frenan el desarrollo económico.

"La recuperación del nivel de vida alcanzado en la década de los años 80 se presenta como algo remoto" mientras el crecimiento macroeconómico no se refleje en una recuperación del consumo individual, señaló.

El descenso de los precios internacionales del azúcar y el níquel, el alza de los valores del petróleo y un crecimiento del turismo a ritmo más lento que otros años, se suman a los efectos de las sanciones económicas de Estados Unidos contra este país.

Nova, en su trabajo "La economía cubana en la década de los 90", prevé que el aumento del producto interno bruto (PIB) oscilará entre 3,5 y 4,6 por ciento, muy por debajo del 6,2 por ciento registrado en 1999.

También sostiene que la producción de azúcar será de unas cuatro millones de toneladas, mientras que el valor de las exportaciones crecerá entre 12 y 15 por ciento, respecto del año anterior, con la consiguiente restricción de la capacidad importadora cubana.

Sin embargo, "existen potencialidades productivas internas no aprovechadas", que podrían ser utilizadas si se continúan y profundizan las reformas económicas dirigidas a cambiar las relaciones de producción, agregó.

El gobierno cubano dio luz verde en 1993 a la introducción de un paquete de reformas que empezaron por la esfera de las finanzas internas, incluyeron apertura al trabajo por cuenta propia y llegaron hasta el área productiva.

Estudios especializados plantearon entonces la posibilidad de una apertura interna a pequeñas empresas privadas, a partir de la ineficiencia estatal para satisfacer algunos servicios y para enfrentar pequeñas producciones.

Pero en 1997 medios académicos comenzaron a alertar sobre la tendencia oficial al congelamiento de algunas de las medidas que, en su momento, fueron vistas por las autoridades como concesiones imprescindibles para superar la crisis.

Mientras en Cuba apenas se habla de reformas, la población sufre los efectos del alto precio de los alimentos, el alza de tarifas en algunos servicios básicos, los cortes de energía eléctrica y la deficiencia del transporte urbano.

Fuentes citadas por el experto aseguran que la oferta global pasó de 24.731 millones de pesos (igual al dólar al cambio oficial) en 1990 a 18.061 millones en 1999, medido a precios constantes de 1981.

El momento más duro de la década fue 1993, cuando apenas alcanzó a 14.642 millones de pesos.

"El consumo privado en 1993 descendió 35 por ciento, respecto de 1990, creció en forma sostenida a partir de 1994, pero aún dista de alcanzar los niveles logrados en 1989, cuando sumó 8.597,3 millones de pesos", según el estudio.

En tanto, el índice de precios al consumidor, que descendió 11,5 por ciento en 1995, creció 1,9 por ciento en 1997, y 2,9 por ciento en 1998.

Al mismo tiempo, el salario medio pasó de 180 a 223 pesos, el pasado año las casas de cambio abiertas por el gobierno mantuvieron la venta de dólar entre 20 y 21 pesos cubanos y más de 60 por ciento de la población logró tener acceso al dólar.

"El crecimiento del PIB entre 1994 y 1999 de cuatro por ciento como promedio anual" demuestra la capacidad de las autoridades "para manejar la crisis" y, al mismo tiempo, su incapacidad para salir de ella, afirma Nova.

Esa incapacidad se refleja en las altas y bajas que registró el PIB en la pasada década. En 1996 la economía logró crecer 7,8 por ciento, respecto del año anterior, pero en 1997 fue sólo de 2,5 por ciento y en 1998 de 1,2 por ciento, para volver a dispararse hasta 6,2 por ciento en 1999.

Los expertos de la economía cubana se dividen entre quienes catalogan los años 90 como una década perdida y los que piensan que se trata de un período de crisis, pero también de transformaciones y búsquedas de vías de desarrollo.

Sólo en el sector azucarero, si se toma como precio promedio 10 centavos de dólar la libra de azúcar, Cuba perdió 4.500 millones de dólares al dejar de producir 21 millones de toneladas del dulce en la pasada década, afirma Nova.

A fines de 1999 no se había logrado recuperar los niveles de producción registrados en 1989 en productos agrícolas como tomate, pimiento, cebolla, arroz, cítricos, banano y frutas tropicales en general, según cifras oficiales.

El turismo desplazó al azúcar como principal fuente de divisas de Cuba con ingresos brutos de 2.142 millones de dólares en 1999, pero mantuvo un nivel de eficiencia aún bajo al tener que invertir 70 centavos de dólar por cada dólar ingresado.

La producción de níquel, cemento, tabaco, harina de trigo, detergentes, energía eléctrica, gas manufacturado y la extracción de petróleo se recuperaron, pero un número importante de sectores se mantiene por debajo de los índices de 1989.

Existen datos que indican que el año pasado se mantuvo el déficit de la cuenta corriente que, como norma, se registra desde 1993. Las exportaciones cubanas alcanzaron un valor de 1.447 millones de dólares, mientras las importaciones fueron de 4.332 millones.

Cuba tenía a fines del pasado año 374 asociaciones con capital extranjero, en 32 sectores de la economía, con un monto de 300 millones de dólares de inversión extranjera directa durante el año, según cálculos especializados.

Nova estimó que la deuda externa de Cuba pudo crecer hasta 12.000 millones de dólares en 1999, mientras que el monto de las remesas recibidas desde el exterior por diversas vías alcanzó los 1.004 millones de dólares. (FIN/IPS/da/dm/if/00

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