YUGOSLAVIA: Estado elimina a incómodos ex amigos

El asesinato del controvertido criminal serbio convertido en héroe de guerra, Zeljko Raznatovic Arkan, suscitó una discusión sobre el empleo de notorios delincuentes en la guerra que desintegró a la antigua Yugoslavia.

"No hubo suficientes voluntarios entre sacerdotes y religiosas, así que debimos aceptar a todos aquellos que querían ayudar", fue la famosa respuesta de Ivan Vekic, ministro croata del Interior, en 1991, cuando se le preguntó por qué participaba tanta gente con antecedentes criminales en la contienda.

Los estudios de sociólogos de Bosnia, Croacia y Serbia sobre el fenómeno coincidieron en que, además de reclutar voluntarios para sus esfuerzos bélicos, los regímenes también hicieron la vista gorda ante los saqueos, el contrabando y otras actividades ilícitas de ex miembros del hampa.

"Mientras duró la carnicería, la prensa controlada por el gobierno los transformó en héroes nacionales. La aureola se desvaneció cuando los hechos que comprometieron a esos regímenes y sus lazos con el crimen quedaron en evidencia", señaló el semanario croata independiente Feral Tribune.

Al final, los criminales "fueron presentados como la hez de la tierra, y algunos acusados de crímenes de guerra", agregó.

Una vez que cesó la guerra, los criminales se incorporaron a la vida política o al mundo de los negocios gracias a la fortuna que amasaron y a los fuertes lazos contraidos con gente en el poder.

"Fue entonces que los regímenes se liberaron de la mayoría de esa gente incómoda, arrestando, asesinando o silenciando a los mercenarios porque sus servicios ya no eran necesarios", apuntó Ivan Colovic, un destacado sociólogo de Belgrado.

Para Ozren Zunec, un sociólogo de Zagreb, la razón de reclutar a esos "gángsters guerrilleros" para la guerra fue sencilla. No tenían escrúpulos y se utilizaron fácilmente para las operaciones más sucias y despiadadas.

"Simbolizaron la defensa armada contra el enemigo, combinada con una conducta estilo Robin Hood hacia la gente común", apuntó Zunec.

Zunec dijo que el ascenso y la caída de Musan Topalovic Caco, de Sarajevo, es un ejemplo clásico. Criminal convicto antes de la guerra, jefe clandestino de varias zonas de la ciudad, Caco se convirtió en uno de los héroes de la defensa de Sarajevo en los años del brutal sitio serbio que comenzó en 1992.

Sus acciones contaban con la aceptación general en Sarajevo hasta 1994, cuando pereció en misteriosas circunstancias. Los analistas políticos especularon que Caco fue asesinado cuando intentó dar un golpe de Estado contra el presidente bosnio Alija Izetbegovic.

El año pasado, varias revistas independientes de Sarajevo publicaron relatos sobre los crímenes de guerra perpetrados por Caco contra civiles de todas las nacionalidasdes.

El principal rival de Caco en la defensa de Sarajevo también fue un criminal, Jusuf Prazina, conocido como Juka. Tras un año de defender la capital y saquear todo lo que quedaba en sus viviendas vacías, cobrando dinero a la gente que buscaba trasladarse con seguridad a Sarajevo, abandonó Bosnia en 1993.

Apareció muerto en una zanja de la autopista cercana a la ciudad belga de Lieja, en diciembre de 1993, con una bala en la cabeza. Su asesino nunca fue descubierto.

Croacia también tiene su cuota de criminales convertidos en héroes de guerra. En diciembre de 1998, el Tribunal Penal Internacional de La Haya para la ex Yugoslavia acusó a Mladen Naletilic, de 54 años, y Vinco Martinovic Stela, de 37, de haber perpetrado crímenes contra la humanidad.

Ambos fueron acusados de colaborar con la mortal limpieza étnica contra los bosnios musulmanes de Mostar, la capital de Herzegovina.

Naletilic y Martinovic, comandantes de las milicias croatas de Bosnia en la guerra de 1992-1995, habrían tenido el respaldo del gobierno de Zagreb.

Ambos fueron detenidos por la policía croata en 1997, cuando Zagreb cedió a la presión internacional para que eliminara a los derechistas que perjudicaban el acuerdo de Dayton para la nueva federación bosnia de croatas y musulmanes.

El tribunal de La Haya logró la extradición de Stela en 1999, mientras Tuta, debido a una operación cardiovascular y su mala salud, sigue en una cárcel de Zagreb.

Miles de personas se congregaron para el funeral de Zeljko Raznatovic Arkan el 20 de enero en el cementerio de Novo Groblje. Muchos de los presentes eran notorios representantes del hampa.

En efecto, la escena pudo haber sido una copia de las exequias de Caco, Juka y otros conocidos criminales transformados en patriotas. Como dijera en Belgrado el político de Sarajevo Sefjudin Tokic, "son todos hermanos de una misma madre, el crimen". (FIN/IPS/tra-en/vpz/sm/ego/aq/ip/00

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