VENEZUELA: Se reaviva disputa entre Chávez y compañeros de armas

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, fue acusado hoy por su compañero de armas y actual gobernador de Zulia, Francisco Arias, de estar detrás de las denuncias en su contra por presuntas irregularidades, reavivando la disputa entre líderes del fallido golpe de Estado de 1992.

Arias dijo en rueda de prensa en la ciudad de Maracaibo que las denuncias fueron divulgadas por el nuevo embajador venezolano en el Vaticano, Ignacio Quintana, quien es un funcionario del Estado.

"El responsable es el presidente", comentó el gobernador del occidental estado petrolero, y lo instó a deponer una actitud que calificó de "inmerecida e injusta".

Chávez y Arias tienen un estrecho pasado común. Desde jóvenes coincidieron desde el ejército en sus visiones sobre la situación del país.

Cuando ambos habían alcanzado el grado de teniente coronel, lideraron el fallido golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 contra el presidente Carlos Andrés Pérez, arguyendo que querían impulsar un cambio.

Ese levantamiento militar fue el detonante de un proceso que derivó en el contundente triunfo electoral de Chávez en diciembre de 1998, que desplazó a los partidos tradicionales, el socialcristiano COPEI y la socialdemócrata Acción Democrática.

También fue el comienzo de una nueva era para la democracia venezolana, cuyo cimiento es una nueva Constitución aprobada en diciembre.

El gobernante Polo Patriótico ganó por abrumadora cantidad de votos tres instancias electorales constituyentes en 1999, y ahora se prepara para las elecciones de mayo para la Presidencia, el parlamento, alcaldías, gobernaciones y legislativos regionales.

Pero la solidez del oficialismo fue afectada el 4 de febrero, cuando Arias y otros dos militares, Jesús Urdaneta y Joel Acosta, celebraron el aniversario del intento golpista en forma separada del gobierno.

En esa oportunidad, denunciaron la existencia de corrupción y aseguraron que Chávez es manipulado por dirigentes de los sectores políticos tradicionales.

La declaración de "los tres comandantes" impactó la escena política local. "Esto no es más de lo mismo, es peor de lo mismo", aseguró Urdaneta, quien dirigió la policía política durante la mayor parte del primer año de gobierno de Chávez.

Chávez y sus tres compañeros de armas cumplieron una condena de cárcel tras el levantamiento. Al rendirse, el actual presidente advirtió que el propósito de impulsar cambios por parte de los comandantes estaba derrotado "por ahora".

Después de cumplir la pena, los cuatro militares pasaron a situación de retiro, pero se mantuvieron en contacto en torno al proceso político de cambios, y nada parecía alterar la solidez de un pasado común.

Los ex compañeros de Chávez apuntaron sus dardos contra los principales colaboradores civiles de éste, el ministro de Relaciones Exteriores, José Vicente Rangel, y el presidente del parlamento de transición, Luis Miquilena.

Chávez abordó el tema el día 12 en un discurso, considerado de despedida de sus ex compañeros de armas, en el cual sugirió que hay "una emboscada" en su contra. "Mil gracias, se los digo delante del país", expresó.

"No podemos seguir hablando toda la vida de los comandantes del 4 de febrero", agregó Chávez, quien se refirió a los otros comandantes como "hermanos de la vida", y planteó que "cada uno tomó su camino y yo siempre respeté grandísimamente la decisión de cada uno".

Las diferencias fueron aderezadas con la entrega de 46 denuncias de presuntas irregularidades administrativas en el gobierno de Chávez, un golpe bajo para quien triunfó con la bandera de la guerra total contra la corrupción.

Urdaneta, quien dio a conocer esas denuncias, lamentó que "nuestro compañero se haya dejado envolver", en alusión a Chávez.

Según trascendió a la prensa, una de esas denuncias refiere a una intervención presidencial en un operativo de requisa de armas que afectaba a una oficina de la coalición gobernante.

"Jamás de los jamases", dijo Chávez, quien además tiene prevista una de sus frecuentes cadenas de radio y televisión para responder una por una a esas denuncias.

Las diferencias entre los comandantes también coincidieron con debates sobre el excesivo protagonismo de los militares, que ocupan un número inusual de cargos en el actual gobierno, y con la definición de candidaturas con miras a las elecciones de mayo.

Los tres militares distanciados de Chávez aspiran a ocupar distintas gobernaciones del país. Arias, quien pretende ser reelegido en Zulia, consideró este martes que las denuncias en su contra podrían estar relacionadas con los próximos comicios.

"No tengo ningún temor al presidente", dijo Arias, tras señalar que quiere y respeta a Chávez, quien "es mi compañero". Pero también consideró que situaciones como las denuncias en su contra hablan "muy mal de su gobierno".

Arias también advirtió que los comandantes retirados "no somos traidores". (FIN/IPS/lc/dm/ip/00

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